“La madre pierde toda su libertad cuando firma el contrato para la gestación subrogada”. Ese es uno de los argumentarios clave para la plataforma Stop Vientres de Alquiler, un proyecto de divulgación feminista que ofrece charlas y conferencias sobre este asunto.
En Jerez de la Frontera será la activista Teresa Domínguez la que dé ,hacia finales de octubre y organizado por la Marea Violeta, un taller sobre los vientres de alquiler, con claves sobre su origen, sobre lo que está pasando en España y sobre cuáles son “las consecuencias reales de esta práctica en el mundo”. Así lo detalla por teléfono a lavozdelsur.es
“Hay que ir a la raíz del problema porque cómo es posible que, ante una práctica que es per se ilegal en nuestro país, se permita que ciudadanos españoles acudan a terceros países para realizarla y que no suceda nada”, se lamenta esta activista feminista, integrante también de la Marea Violeta de Jerez.
Según explica a este medio, la Fiscalía General del Estado ha abierto recientemente una investigación contra la filial española de una empresa ucraniana tras conocerse que estaba implicado en varios delitos, “no solo de tráfico de menores sino también de blanqueo de capitales y organización criminal”, detalla.
En España, el Código Penal prohíbe la compra venta de seres humanos, sin embargo, una instrucción del 5 de octubre de 2010 de la Dirección General de los Registros y del Notariado, sobre régimen registral de la filiación de los nacidos mediante gestación por sustitución, permite la inscripción en el registro de los menores que han nacido por esta práctica si existe una resolución judicial en el país de origen que acredite la paternidad de los progenitores.
“Nosotras lo que pedimos es coherencia porque si en nuestro país no es legal esta práctica, que se pongan los medios necesarios para que no se permita que los españoles puedan acudir a terceros países porque eso es cometer fraude a la ley”, defiende Domínguez en declaraciones a lavozdelsur.es.
Esta integrante de Stop Vientres de Alquiler ahonda en esas empresas que se dan de alta como agencias inmobiliarias y se dedican a la mediación con empresas extranjeras dedicadas a esta práctica. “Nos consta que están tocando a clínicas privadas para facilitar la intermediación a quienes acuden a informarse porque tienen algún problemas de fertilidad. Su último recurso es enviarlos a este tipo de agencias. De manera encubierta los están incentivando económicamente”, denuncia.
Alemania ha acabado con los vientres de alquiler
Desde esta plataforma piden acogerse a la regulación del país alemán, donde los menores que nacen a través de un vientre de alquiler y cruzan la frontera son tutelados por el Estado, “porque tampoco se les puede dejar en un limbo”, argumenta Domínguez. El Gobierno a través de sus organismos específicos es quien se encarga de buscarles a esos menores “una familia adecuada”. Esto ha hecho que “prácticamente hayan acabado con los vientres de alquiler”, asegura.
En otros países como Estados Unidos, la madre “desaparece por completo” de los papeles del niño, con lo que se le impide a ese menor la posibilidad de encontrar sus orígenes en un futuro. Esto es algo que no sucede en Ucrania. Aquí la mujer sí aparece en la fe de nacimiento del bebé por lo que el niño tiene nacionalidad ucraniana. “Por eso están atrapados allí”, expone Teresa Domínguez a lavozdelsur.es recordando los episodios vividos a principios de año con las familias subrogantes que había acudido al país ucraniano para recoger a los menores nacidos por vientres de alquiler y que no tenían permitida la entrada a España hasta tener una sentencia judicial. “En esos países es más barato que en otros lugares como California, allí eso no pasa, pero también pagan más”, lamenta.
La raíz del problema radica en la feminización de la pobreza, un problema real que utilizan las empresas para captar a estas mujeres. De hecho, explica, “se dan casos en los que trasladan a una mujer mexicana a California, la embarazan, la tienen allí retenida y cuando da a luz la devuelven a su país”. Una práctica habitual en los países latinoamericanos en los que “se aprovechan de la vulneración absoluta de las mujeres”, pero también en países del este de Europa como Ucrania, donde las mujeres son trasladadas a otros lugares como República Checa o Georgia.
A estas madres se les paga “una miseria” pero claro “para ellas les puede solucionar parte de su vida. Es terrible”.
Ilustración de la web nosomosvasijas.eu
La libertad de la madre es “una mentira”
Para esta activista no sólo se puede pensar en el bienestar de los países desarrollados, “que está muy bien”, sino que hay que pensar en esas mujeres, su propia libertad física pero también psicológica.
“La libertad de la mujer es el argumento más falaz de la historia”, cuestiona al preguntarle sobre el presunto “altruismo” de algunas de estas madres. “Siempre hay una compensación, ese es el eufemismo que usan”, sentencia. Pero además hay más ya que esa supuesta libertad no es real. “Cuando firmas un contrato pierdes toda la libertad para decidir sobre tu cuerpo, sobre tu vida y sobre el bebé que llevas dentro y te limitan en muchísimos sentidos, no solo en el físico, sino que tienes que ceder tus datos personales y también deciden por ti sobre cómo y dónde vivir”, puntualiza.
Durante el embarazo la madre no tiene ningún poder de decisión e incluso si hay algún inconveniente, son los padres que han pagado por el bebé quienes deciden si interrumpir el embarazo o no, llegado el caso.
Los vientres de alquiler son considerados por numerosos organismos y movimientos feministas como una nueva forma de esclavitud hacia la mujer, por eso reclaman que se construya un convenio internacional como el que se hizo con la esclavitud. “No se puede usar la vulnerabilidad de unas en favor de la libertad reproductiva de otras personas”, argumenta Teresa Domínguez para lavozdelsur.es.
Desde Stop Vientres de Alquiler demandan que se derogue la instrucción de 2010 que permite esta forma de “explotación reproductiva” y se sancionen a las personas que acuden al mercado exterior “porque es la única forma de que se cierren las puertas”, finaliza.
No existen datos oficiales sobre la gestación subrogada o vientres de alquiler que corroboren que en los últimos años haya aumentado el numero de familias que utilizan esta práctica para ser padres, aunque asociaciones posicionadas en contra estiman que este es un negocio que aumenta un 6 % cada año. Los últimos datos sobre adopciones internacionales hechos públicos por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, reflejan que en los últimos cinco años de los que se tienen cifras (de 2013 a 2017), se han producido 3.912 adopciones de menores en España. Sí es cierto que según estos datos, se han pasado de las 1.191 adopciones en 2013 a las 531 en 2017.
Sobre la gestación subrogada, el Gobierno informaba en 2017 que se habían producido 979 inscripciones por esta práctica entre 2010 y 2016 tras una petición que el grupo parlamentario socialista hizo al Gobierno de Mariano Rajoy en septiembre de 2016 y que era respondida más de un año después. Es el único dato oficial hasta la fecha.
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