Han sido víctimas de la violencia de género y violencia vicaria y ahora, según denuncian a lavozdelsur.es, están sufriendo la violencia institucional por parte de Francisca Verdejo, jueza del juzgado de violencia sobre la mujer número 2 de Barcelona.
Son varias las madres afectadas que se están uniendo para denunciar que "cuando vamos a los juicios, la señora Verdejo no nos deja presentar pruebas ni testigos y apenas no deja hablar. Además, nos da un trato vejatorio".
Tres madres han ofrecido su testimonio a este medio sobre la experiencia vivida con la referida jueza en el citado juzgado. Por temor a las represalias, ya que todavía tienen casos pendientes, los nombres que aparecen a continuación no son los reales.
Su hijo regresó con quemaduras
Silvia es una madre divorciada que ha sufrido maltrato físico, verbal y violencia vicaria. En su día no denunció por miedo, pero una fiscal actuó de oficio. Su caso llegó al juzgado número 2 de Barcelona. "Allí no se vieron ningún tipo de pruebas. No me llamaron nunca del juzgado para corroborar audios donde mi ex dice que me cogió del cuello. La jueza Francisca Verdejo puso libre al maltratador y le dio la custodia compartida al maltratador de un bebé de pocos meses. Nuestros hijos están en peligro".
A día de hoy, el pequeño sufre importantes secuelas que están afectando a su desarrollo por la situación que está viviendo. "La primera vez que regresó de estar con el padre vino con quemaduras en las manos. Puse una denuncia y pedí orden de protección para el niño. Esta señora lo archivó sin ver ni preguntar qué había pasado ni nada. Todavía tengo pendiente otro juicio con ella donde se determinará todo.
"Somos por lo menos cinco o seis mujeres que tenemos procedimientos abiertos con ella. Queremos quitarle la careta. Queremos luchar por nosotras y por nuestros hijos. Es una señora que dice unas cosas en medios de comunicación y luego no es lo que ella hace. Hemos sufrido violencia institucional por parte de ella", cuenta Silvia.
"Francisca asistió a un consejo del observatorio contra la violencia y ella misma se declaró como imperfecta y que si ha cometido algún error, que le gustaría saberlo para poder corregirlo. Es todo lavado de imagen. Luego va a por las mujeres. Vamos con un poco de miedo porque tenemos procedimientos abiertos contra ella. No queremos que tome represalias hacia nosotras", añade.
"Nos está haciendo la vida imposible"
Sara es otra de las madres afectadas que confiesa que "la magistrada Francisca Verdejo nos está haciendo la vida imposible a las mujeres que denunciamos violencia de género y caemos en sus redes. Un mosso d'Esquadra me dijo que si me había tocado esta –por la jueza– la había cagado.
Esta mujer llegó a pedir un biombo para no tener que ver a su agresor, pero "no me lo pusieron. Es mi derecho en un caso penal de violencia de género, mis abogadas lo pidieron, pero nada. También me dijo la magistrada que yo me invento que le doy el pecho a mi hijo y que como soy autónoma escondo fondos. Sale de su propio delirio. Ni siquiera la otra parte ha aportado documentación alguna sobre esto.
"Hay muchas mujeres que estamos sufriendo esta violencia extrema. Es terrorífico. Me hace llevar a mi hijo a un punto de encuentro y tengo que ver a mi agresor, que dijo que mataría al niño. Tengo una denuncia interpuesta contra él y ella ha activado estas visitas, que no sería lo suyo según la ley de violencia de género. Mi hijo nunca había visto a este señor y gracias a esta jueza he tenido que llevarlo".
Una de las madres que va al punto de encuentro, que también tiene su caso en el referido juzgado, tiene que llevar a su hijo "a pesar de que ha sufrido abusos sexuales por parte del supuesto padre".
Sara también quiere añadir que "él me sigue acosando a día de hoy y yo tengo que aguantar porque no tengo ni orden de alejamiento. Me sigue acosando por redes. Hace dos años que denuncié”.
Sin poder aportar pruebas ni testigos
Tras más de 15 años de relación, Ainhoa decidió separarse del padre de su hijo hace unos meses. Desde que tomó esta decisión, su ex se ha dedicado a insultarla, amenazarla de muerte e increparla cuando la ve por la calle. "En ocasiones ,todo esto ocurre delante de nuestro hijo menor. Ha ejercido violencia vicaria poniendo al niño en mi contra. Tenemos la custodia compartida y me dice que no voy a volver a verlo más".
Después de unos meses "aguantando estos episodios de maltrato, decido denunciar. Se celebra un juicio con la titular del juzgado 2 de Barcelona y sufro violencia judicial. En el juicio se me impide explicar mi situación y tampoco aportar prueba alguna, no dejándome incluir la declaración de testigos. Cuando entro en la sala, lo primero que me dice la jueza es que ha leído mi caso y ha decidido archivarlo directamente sin permitirme declarar. Indica que lo descrito se trata de una desavenencia con el padre de mi hijo y que lo que tenemos por resolver debería ser en un juzgado por lo civil".
Ainhoa denuncia que la jueza "no me deja que me explique, interrumpiéndome constantemente y cuestiona que yo denunciara por maltrato después de cuatro meses de la desaparición y no antes. A los dos meses de archivar mi denuncia, el padre de mi hijo me agrede en la calle. Con los testigos que presencian lo ocurrido y con los informes del hospital vuelvo a denunciar. Al día siguiente se celebra un juicio rápido con un juez sustituto que no me concede orden de alejamiento. Se me notifica que se realizará un juicio de nuevo con la jueza Verdejo. Mi expareja declaró que yo le incito a ser violento, justificando así la agresión".
"Por todos estos motivos –afirma esta madre– me siento desamparada, sola en esta lucha, permitiendo que un agresor psicológico y físico viva a pocos metros de mi domicilio. Domicilio en el que entraba hasta hace pocos meses con el pánico que a mí me provocaba. Mi hijo, cada vez que vuelve de las estancias con su padre, cada vez lo hace más triste y confundido".
Las madres afectadas han creado en redes el grupo Madres Protectoras Barcelona con el fin de que "investiguen a esta jueza y se haga justicia con nosotras y con nuestros hijos".