Esta noche se conocerá quién es el nuevo ganador de Pasabalabra, si Óscar o Moisés. Después de meses de dura pugna entre ambos, se sabrá por fin quién se lleva un bote que supera, ni más ni menos, 1.800.000 euros.
Es curioso, pero este premio coincide casi en fechas con el que hace 20 años se llevó el jerezano Manolo Romero, el primero en superar el millón de euros en un concurso de televisión en España. Romero, concursante en programas tan reconocidos como Saber y ganar o Boom, además del propio Pasabalabra, donde precisamente fue el primer en conseguir ese gran bote, rememora lo ocurrido y, por supuesto, si sabe algo, guarda silencio sobre lo que pueda ocurrir esta noche en Pasapalabra y en El Hormiguero.
"Recuerdo que, después de varios meses de concurso, el programa en el que gané el bote de Pasabalabra se grabó a finales de febrero y que su emisión se retrasó unos días debido a los atentados de Madrid del 11-M, que la cadena entendió que no era el momento de emitirlo", dice cuando se le pregunta por un premio que, sin duda, le cambió la vida.
"A ver, fue algo más de un millón de euros. Una cantidad así te cambia la vida, y hace veinte años, más. Yo por ejemplo ya tenía abierta la librería (El Laberinto, en Jerez), pero invertí buena parte en la compra del espacio en el que se encuentra hoy. Ese dinero —del que una parte muy importante va a Hacienda, que todo hay que decirlo— te permite hacer muchas cosas, que es lo que he hecho durante todo este tiempo", afirma Romero, que no lo dice, pero por ejemplo, es un viajero impenitente. Ha viajado por todo el mundo para su conocimiento y disfrute pero, por ejemplo, también ha hecho muchos pequeños viajes también, sobre todo por Andalucía y Extremadura, relacionados con su doctorado en Historia del Arte, conociendo de primera mano muchos de las edificios y monumentos de los que habla.
A Manolo Romero no le molesta que se refieran a él como "concursante", aunque la etiqueta de profesional, "concursante profesional", le gusta menos, por una sencilla razón: "Yo no vivo de los concursos, vivo de mi trabajo y, es verdad, los concursos me han aportado un buen dinero, pero, repito, no vivo de los concursos. Se puede decir que ahora sí hay concursantes profesionales, como los de El Cazador’, para ellos sí es su trabajo”, dice.
Romero, a veces hablando en su círculo de amigos, se muestra un tanto displicente con la dinámica de algunos concursos en cuanto a las preguntas, aunque dice entender que así ocurra en los concursos que él llama "de estudiar". Se trata de las llamadas ‘preguntas cerrojo’, “que tienen que existir, aunque es un hecho que muchas veces son preguntas sobre temas de escaso interés y que, directamente, nadie sabe".
Sobre su futuro —como concursante, se entiende— Romero afirma que recientemente ha participado en un par de casting y que, finalmente no le han llamado. Sobre si está cansado de participar en concursos y precisamente toda esta dinámica previa que conllevan, el historiador del Arte lo tiene claro: "Para ir a ganar dinero no me canso; para ir a hacer el tonto, sí".