Miguel Ángel González, uno de los dos guardias civiles asesinado el pasado viernes en aguas de Barbate por los narcos, había salvado en una operación anterior a uno de los criminales de la droga.
Alba, su pareja, ha dejado claro en varios medios que la lucha contra los narcos no era su labor. "Ese no era su trabajo, allí no había personal suficiente y mi pareja era Guardia Civil pero del GEAS. Se dedicaba a rescatar a la gente con vida o sin vida y no se dedicaba a ir detrás de narcos, ni tenía que estar ahí".
Y a un narco había rescatado semanas atrás en una operación en la que la Guardia Civil tuvo un encontronazo con una embarcación de los narcos que estaba cruzando de noche el Estrecho. La lancha de los narcos se rompió y Miguel Ángel rescató del agua a uno de los delincuentes para que no se ahogaran.
Mientras que esto sucedía, como ocurre en muchas ocasiones en el Campo de Gibraltar, en la orilla había ya gente esperando por si podía alcanzar algún fardo de los que no pudieran rescatar del agua los agentes.
La madre de Miguel Ángel, Francisca, ha contado la historia de este rescate que llevó a cabo su hijo. "Él hubiera salido a flote del agua, pero le pasaron por encima con la narcolancha. Ha sido un asesinato".
El agente de San Fernando, que iba a ser condecorado en breve por su labor en la Guardia Civil, recibió a título póstumo la Cruz de Oro de la Orden del Mérito del referido Cuerpo. "No queremos ninguna medalla. Se debería valorar el trabajo que hay allí, de toda la gente que está luchando sin medios. Que pague el que tenga que pagar. No deberían de dar medallas cuando una persona ha fallecido", ha destacado la pareja de Miguel Ángel.
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