Uno de los militares ahogados en Córdoba llevaba peso extra en su mochila a modo de castigo

La cadena de mando puso lastre a 20 soldados por hacer mal un ejercicio previo a la prueba en el lago en la que murieron dos militares

Maniobras en Cerro Muriano, Córdoba.
Maniobras en Cerro Muriano, Córdoba.

Hace un mes, dos soldados del Ejército fallecían ahogados durante unas maniobras en Cerro Muriano, en la provincia de Córdoba. La muerte de ambos se produjo durante un ejercicio en el que tenían que sumergirse en un lago a pesar de que las condiciones del propio lago y de visibilidad no eran las más propicias. De hecho, todo el equipo de mando fue apartado de forma inmediata.

Este lunes ha adelantado la Cadena SER que los primeros militares en sumergirse, incluido el soldado de 24 años que murió ahogado (la otra víctima falleció al lanzarse para rescatarlo) llevaban más peso en sus mochilas como castigo. En total, 20 de los militares que hicieron la actividad tenían un lastre ordenado por la cadena de mando por hacer mal un ejercicio anterior.

El abogado Luis Romero, que representa al soldado sevillano, lo ha confirmado, de forma que "casi la mitad de los soldados cargaba desde dos semanas antes del siniestro con lastre en su mochila", concretamente una mina inerte en su macuto, mientras que los mandos, ni los soldados de la segunda sección portaban dicho peso extra, que presuntamente fue colocado por el mando.

De este modo se internaron en el lago parte de los militares que formaban la primera sección a la que se ordenó entrar en el agua. El cruce de la balsa se produjo con la luz del día, cerca de las 9:00 horas, aunque la actividad de los militares se había iniciado horas antes, todavía de madrugada, alrededor de las 6:00 horas, con una práctica de topografía y otra subterránea.

Se explicaron los objetivos y la manera de llevarlos a cabo, se dieron las instrucciones, e incluso se llevó a cabo previamente una prueba fallida antes de que los efectivos entraran en el agua. Además, los soldados entraron en el agua sin chaleco para aligerar el peso, según las fuentes.

Al respecto, se había dispuesto una cuerda atada a dos encinas, una especie de guía que dividía la superficie del agua por su parte más corta --la distancia entre orilla y orilla era de unos cien metros--, al tiempo que "no había línea de vida, ni ambulancia ni flotadores o salvavidas a los que poder asirse en caso de peligro", según remarcan las fuentes, para agregar que en la balsa "no se hacía pie".

En este sentido, la práctica se frustró unos minutos después de entrar en el agua los primeros efectivos. De hecho, la segunda compañía no llegó siquiera a iniciar el ejercicio. Los mandos y el resto de soldados que estaban fuera del agua fueron los primeros en socorrer a los compañeros, que pedían auxilio desde el agua, entre ellos, el cabo, Miguel Ángel Jiménez Andújar.

Otro de los soldados fue rescatado del agua en parada cardiorrespiratoria. Le salvó la vida otro militar antes incluso de que llegara la ambulancia, al hacerle la maniobra de reanimación cardiopulmonar (RCP). Algunos de los efectivos que iniciaron el rescate terminaron teniendo que ser a su vez rescatados y atendidos por hipotermia. El Ministerio de Defensa apartó del mando al capitán que ordenó el ejercicio horas después del suceso.

 

Sobre el autor:

Emilio Cabrera.

E. C.

Periodista.

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