La violencia vicaria es un concepto que empezó a acuñarse en el año 2012 tras la definición dada por Sonia Vaccaro, psicóloga clínica y perita judicial experta en victimología. Una violencia contra la madre que se ejerce sobre las hijas e hijos con la intención de dañarla por "interpósita persona".
Con el filicidio de Alboloduy (Almería), donde un padre envenenaba mortalmente a sus dos hijas, en Andalucía se elevan a diez las víctimas por violencia vicaria desde 2013, año en el que empezaron a ser contabilizadas como tal en España, donde 54 menores han sido asesinados a manos de sus padres desde el referido año. De estos diez casos, cuatro han sido en Almería, tres en Málaga, dos en Jaén y uno en Cádiz.
En la comunidad andaluza, aunque todavía no se había acuñado el término de violencia vicaria, hay que añadir un caso que conmocionó a toda España, el de Ruth y José, que fueron drogados y quemados ya muertos en una hoguera en octubre de 2011 por su padre, José Bretón. El monstruo de Las Quemadillas, como es conocido, fingió que había perdido a sus hijos en un parque, pero las cámaras de seguridad demostraron que no estaba contando la verdad.
Tras casi un año de investigaciones, los forenses pudieron comprobar que unos huesos hallados en los restos de una hoguera en la finca familiar de Las Quemadillas, que en principio se pensó que eran de animales, correspondían a los pequeños.
Bretón fue condenado a 40 años de prisión, la máxima condena en España, por el doble crimen de sus hijos. En el último caso de violencia de género, el filicida se quitó la vida tras asesinar a sus dos hijas.
Comentarios