Santa Olalla del Cala tiene apenas 2.000 habitantes. Es un pueblo tranquilo de la Sierra Norte de Huelva, ubicado a unos 20 minutos de la localidad pacense de Monesterio, y a unos 10 minutos del municipio sevillano de El Real de la Jara. Una calle larga desemboca, como pasa en tantos pueblos, en la plaza principal, que es la del Ayuntamiento. Tiene Santa Olalla un castillo por el que se llega, desde ese centro neurálgico del pueblo, hasta la finca donde la Guardia Civil tiene todas las miradas.
De Noemí Villar no hay noticias desde el pasado 29 de junio. Pero esta semana, la Guardia Civil tomó el pueblo, desconectándolo del mundo. Había controles a la salida y a la entrada. El objetivo era Antonio El Morenito, quien fuera pareja de Noemí cuando ésta desapareció. Por el momento, ha habido cuatro detenciones. Una, la del sospechoso, El Morenito, que se encontraba en la Puerta del Sol, en Madrid, a casi 500 kilómetros de donde estaba inicialmente buscado. Las otras, de familiares.

De Antonio El Morenito cuentan en el pueblo que, efectivamente, era una persona con muchos problemas. Incluso, apuntan a algún tipo de trastorno que le provocaba agresividad. "Nunca pareció estar bien de la cabeza", señalan varias personas que le trataron. Mejor no encararse, no discutir. O hasta no mirarle fijamente.
Aunque especialmente conocido es el padre, también conocido como Morenito. Un hombre que había labrado su vida a pesar de dificultades. Tras una ruptura, señalan fuentes del pueblo, se hizo cargo de sus hijos. No daba problemas, no levantaba una voz, pues no era nada hablador. Pero sí se habla de las amenazas que le habría proferido en más de una ocasión su hijo y que no eran un secreto en Santa Olalla del Cala. No se le ha profesado en estos años antipatías ni entraba en discusiones con nadie. La hermana del sospechoso volvió hace apenas unos meses al pueblo.

En el momento de su detención, Antonio El Morenito ya tenía una nueva pareja. Que tampoco se llegó a integrar en el día a día del pueblo de forma clara. La desaparecida, Noemí, tampoco hizo grandes relaciones en el entorno, parece. De hecho, su desaparición fue denunciada por su hermana, que vive en la provincia de Ciudad Real, y por nadie del entorno.
La casa en la que vivía Antonio se encontraba este viernes precintada, aunque sin vigilancia, aparentemente, de la Guardia Civil. Sin riesgo, parece, de que nadie vaya ya a entrar o salir. Porque ahora el foco está en la finca de la familia y, en un segundo plano, también en la finca de una tía. La Guardia Civil no abandona el entorno, y sospecha que la peor noticia se confirme en un pozo. Igualmente, este viernes un operario ha desbrozado matojos en la finca.


Los caminos que rodean a estas fincas cuentan con amplia presencia de Guardia Civil, para evitar que medios de comunicación o curiosos traspasen sus límites. El delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández, ha informado de que los detenidos pasarán a disposición judicial este sábado, cuando estén cerca de cumplirse las 72 horas de máximo para que un arrestado pase frente a un juez.
El Morenito, por su parte, ya ha sido trasladado a la Comandancia de la Guardia Civil de Huelva. Tendrá que ser puesto delante de un juez también, el que instruye la causa. Y con casi toda probabilidad será conducido a la vivienda y a la finca, en busca de cualquier tipo de intento de reconstrucción.


Entre tanto, el pueblo se sacude de la conmoción que ha supuesto el suceso y la amplia presencia de agentes de Guardia Civil y de periodistas, que desde primera hora se hacían notar en bares del pueblo. A cuenta de uno de esos periodistas, en una entrevista en Canal Sur, la tía del Morenito acabaría siendo detenida. Porque relató a las cámaras que Noemí había salido del pueblo por su propia voluntad.
Eso preocupó a los agentes, y su relato ha pasado a ser de primer nivel. Quizá por eso, algunas personas prefieren no hablar directamente ya con la prensa y prefieren hacerlo sin dar su nombre. Nunca se había vivido algo parecido en Santa Olalla del Cala.