Una mujer del municipio gaditano de Conil de la Frontera se ha ofrecido a limpiar "casas, pisos y escaleras" a cambio de alimentos para sus hijos, en un grupo de Facebook. Agradeciendo de antemano a las usuarias y usuarios de esta red social, ha facilitado públicamente su número de teléfono para que puedan contactar con ella.
La provincia de Cádiz es la provincia con mayor tasa de Andalucía —los últimos datos facilitados por el SEPE relativos a enero de 2022 elevan a 155.117 personas registradas en las oficinas del Servicio Público de Empleo Estatal, de ellas, 62.078 son hombres y 93.039 son mujeres—. Asimismo, la cifra que aporta el Instituto Nacional de Estadística (INE) sitúa en el cuarto trimestre de 2021 al 25,94% de la población desempleada en la provincia. Es la segunda del país en tasa de paro, la primera en la comunidad andaluza. De momento, ni hay planes especiales, ni se les esperan.
En un contexto así, muchas personas se ven obligadas a tirar de la economía sumergida para sobrevivir, debido a la falta de oportunidades que presenta el territorio. La precariedad y la falta de perspectiva afloran esta economía de guerrilla basada en el trueque, la compraventa del mercado virtual y en el espíritu de pura supervivencia de antaño.
lavozdelsur.es se ha puesto en contacto con la mujer del anuncio, que prefiere no revelar su identidad, quien asegura que finalmente no le ha hecho falta recurrir a la medida desesperada, aunque insiste que estaba dispuesta a hacerlo, pero finalmente hubo una persona que se ofreció a ir a comprar con ella al mercado. Y luego, también un hombre que suele ayudar a gente de Conil, a través de un anónimo, le ofreció una compra y dejó preparada una cesta en unos congelados para abastecerle de carne cuando le faltara.
Esta madre, con tres hijos menores, se muestra "súper agradecida" por el apoyo que ha recibido. No obstante, reconoce a este periódico sentirse frustrada: "Envío currículos y de momento no me sale nada. Cada día renuevo los anuncios donde digo que limpio casas o que busco trabajo de camarera, y muy rara vez me sale para limpiar alguna casita, pero eso no me da para tres niños que tengo, el alquiler y las facturas". A pesar de todo, intenta ser positiva y buscar la manera de sacar a sus niños adelante. Actualmente su marido también se encuentra desempleado, a la espera de entrar de cocinero a mediados de este mes.
Mientras, en una realidad paralela, en el plano empresarial, la Confederación de Empresarios de Cádiz (CEC) presentó el pasado viernes un informe macroeconómico, financiado por la Diputación de Cádiz, sobre la economía sumergida de la provincia. En él se desprende la evolución de la pérdida de recaudación que ha supuesto para la provincia esta economía, entre los años 1986 y 2020, y desde la institución se han comprometido a "cuestionarse algunos elementos" para tomar medidas.
Un enfoque en términos de "insolidaridad"
Sorprende que el vicepresidente de la CEC, José Andrés Santos, haya evaluado "el problema" en términos de "insolidaridad, ya que la economía en negro repercute en una mayor presión para los que sí cumplen", sin pararse a reflexionar sobre el problema estructural (y endémico en la provincia) que lleva a esta práctica.
El informe revela que la economía sumergida acarreó en la provincia una pérdida de recaudación anual de aproximadamente 1.505 millones de euros (cifra de 2020) y que este dato supone que cada habitante de la provincia de Cádiz ha de afrontar un sobrecoste de unos 1.209 euros al año en impuestos de más que si toda esa actividad se regularizara. Criminalizar al que busca el chapú o a quien se gana unos euros bajo cuerda para sobrevivir no parece el mejor camino para hallar soluciones.
"Es bueno que nos planteemos abiertamente cuál es el escenario que hay en la provincia para que nos cuestionemos algunos elementos y para que cada administración desde su puesto de competencia pueda tomar medidas", ahondaba en rueda de prensa José María Román, alcalde de Chiclana y vicepresidente de la Diputación. Román, que también es responsable del área de Coordinación y Desarrollo Estratégico, Productivo y Social ha abogado por un cambio cultural global, afirmando que "es necesario que la ciudadanía se conciencie de que esto merma la capacidad de crecimiento de la provincia y la calidad del bienestar que puede aportar el Estado".
Sin alternativas reales, más allá del empleo estacional y precario, no parece que sea fácil dar la vuelta a esta tortilla. Casos como el de la joven conileña, en la vida real y diaria de la provincia, lo atestiguan. La solución es desesperada para muchas.