Los esports (deportes electrónicos) tuvieron 147 millones de espectadores frecuentes y 192 millones de espectadores ocasionales durante 2018, según los datos del último estudio de audiencia de ESL España y Movistar. España es el tercer país con mayor crecimiento del sector. Nombres como El Rubius, Willyrex, Vegetta777 o Ibai Llanos, algunos de los gamers con más seguidores del país, quizás no le suenen a quienes no jueguen habitualmente, pero son el referente de muchos adolescentes que quieren seguir sus pasos.
Con estos datos, y tras la experiencia vivida durante casi dos décadas de Salón Manga de Jerez, donde “la sección de videojuegos era la que más movimiento tenía”, José María Ruiz, Chema, impulsor del evento, se ha lanzado a la aventura de crear una academia de esports en la ciudad. "Quisimos aprovechar la afluencia que tenía el Salón Manga para otras actividades", cuenta Chema, quien promueve esta iniciativa en colaboración con Raquel López, creadora de Epic Kids Lab, una escuela de emprendimiento para niños con sede en la plaza Benavante de Jerez, donde está el epicentro de una iniciativa que ya tiene presencia en Sevilla, pero también en el País Vasco, en Asturias, y en el continente americano.
Top Players Academy, que es como se llama la academia, prevé iniciar las clases online próximamente —deja para más adelante las presenciales debido a la pandemia—, y tiene dos vertientes, una dirigida a niños que quieran dedicarse profesionalmente a los esports y otra para quien quiera recibir una educación complementaria basada en los videojuegos. "Muchas veces se aprende más con un videojuego bien enseñado que con un libro", asegura Chema Ruiz, quien cuenta que la academia está dirigida a jóvenes de entre doce y 18 años, principalmente. "Cuando llegan a la mayoría de edad ya ves la evolución y sabes quién quiere continuar profesionalmente y quién no", agrega.
Fortnite, League of Legends (LOL), Valorant y Fifa son los cuatro esports, que forman parte de competiciones oficiales, que impartirán en la academia, que insiste en distinguir entre "el que quiere profesionalizarse y quien quiere aprender y educarse en valores a un nivel menos profesional". "Los padres —agrega Raquel— también se quedan más tranquilos sabiendo con quién juega su hijo". Además, la academia contará con una psicóloga infantil, un nutricionista y un preparador físico que les enseñe conductas posturales para evitar lesiones.
"Los que dicen que los niños que juegan a videojuegos son asociales no caen en la cuenta de que su sociedad está en los juegos", explica Chema. "Cuando juegan lo hacen en equipo, quedan con amigos, todo eso son actos sociales". Esa idea, agrega el impulsor de la academia de esports, "viene de los 80, cuando jugabas solo en tu casa. Hoy en día no deja de ser una relación social constante. Es algo menos presencial, que es lo que asusta a la sociedad, pero es social", dice. Por eso, insiste en "implicar a los padres y madres en la enseñanza de los videojuegos", ya que "es algo más que jugar con amigos".
"Los profesores guiarán a los niños no solo para ser mejores en el juego, sino en los valores que transmite", cuenta Raquel, quien asegura que "se potencia el trabajo en equipo y la perseverancia". Ella lo sabe de primera mano, ya que su hijo adolescente es gamer. "Él juega por divertirse, por estar rodeado de sus amigos", dice. "La forma de comunicarse hoy en día no es la de cuando yo era pequeña. Ahora los niños están locos por sentarse en el ordenador para hacer un clan con sus colegas y jugar". La clave, agrega, pasa por "utilizar a tu favor la situación, si tu hijo es bueno, lo disfruta y le gusta, deja que potencie sus habilidades, aunque no lo entiendas".
"Ahora hay profesiones impensables hace diez años", expresa Raquel López, quien desde Epic Kids Lab asegura que "basa la educación en la innovación para crear puestos de trabajo en el futuro". "Hay que ir abriendo la mente a la gente, porque lo que hoy es un divertimento, mañana puede que sea su modo de vida", señala. Chema insiste en la idea de educar a los padres y madres de los jóvenes, y cuenta un caso reciente: "Un amigo mío, que es padre de un as del Fortnite, le regaló un extra para su personaje y no desactivó la tarjeta de crédito. La broma le salió cara, pero era tan fácil como desactivarla pulsando un botón".
La academia busca así cubrir un hueco en Jerez y la provincia, como epicentro, pero con la intención de tener alumnos de todo el país gracias a las clases online. Aficionados hay, desde luego. Más de 300 millones de personas en todo el mundo siguen de forma habitual los esports. La final del Mundial de League of Legends de 2017 tuvo 75 millones de espectadores, más que la final de la NBA. En Twitch, una plataforma de retransmisión online en la que más del 80% de su tráfico está íntimamente ligado a los esports, hay más espectadores que en los mayores canales de televisión de EEUU, y mucho más que en los españoles.