Nadie cree a Julia Wendell, la joven polaca que hace menos de una semana se convertía en noticia mundial al asegurar que era Madeleine McCann, la joven británica desaparecida en 2007 en el Algarve portugués.
Aunque en un principio los padres de Maddie se interesaron por la versión de Julia y mostraron incluso su disposición a realizarse las pruebas de ADN para saber si se trataba de su hija, con el paso de los días han descartado esta posibilidad al entender que la joven polaca no está diciendo la verdad.
Las apariciones de Julia le han ido restando crédito, así como la aparición en escena de una médium influencer como portavoz. El circo ya estaba montado. Scotland Yard ya descartó la posibilidad de que Wendell fuese Madeleine, a la que dieron por muerta tras su desaparición.
La policía polaca también ha rechazado la historia. El portavoz de la Policía provincial del lugar donde reside la joven, Pawel Noga, ha descartado, en declaraciones a Gazeta, la versión dada por Julia. "La actuación de los agentes en esta fase contradice la versión presentada por esta mujer".
Los padres de Julia también han sacado un comunicado en el que dejan claro que "es obvio que no es Maddie". También han revelado que la joven polaca tuvo una serie de problemas en el pasado y "no quiere tomar su medicación. Hemos intentado entender las cosas que le pasaban y la hemos ayudado con terapias, medicación y psiquiatras", han señalado.
Los progenitores también han denunciado las "amenazas, mentiras y manipulaciones" que han recibido de su propia hija. "Hemos tratado de prevenirlo y le suplicamos que se detuviera, pero se negó a que la trataran en uno de los mejores hospitales psiquiátricos de Polonia".
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