Al teclear "peor hotel de España" en buscadores de internet, no es raro encontrar a uno de Jerez, concretamente al situado en el número 28 de la calle Medina. En artículos periodísticos de hace unos años, se hicieron eco de los comentarios negativos que el Hotel Joma, con más de 50 años de vida, acumula en plataformas de reservas, sobre todo en TripAdvisor, donde tiene 2 de 5 puntos, basados en 165 opiniones. En otras como Booking y Kayak, donde solo pueden comentar personas que se hayan hospedado, tiene 6 de 10 puntos en ambas, basándose en unos 2.000 comentarios en cada caso.
Los últimos que hay en Booking, de agosto de 2022, son variopintos. Las puntuaciones bajas, 2 de 10, se alternan con las aceptables, de 7 y 8. “Gustó que al llegar nos regalasen botella de agua fresquita”, escribe una usuaria, a la que no le gustó “los baños, un poco antiguos, pero salía agua calentita y fresquita, por lo que bien”. “Hotel barato, ya lo conocía, aunque es antiguo y un poco desastre, pero ya contaba con eso”. “El personal muy amable y servicial”, señala otro huésped. Uno más agrega que es "un poco ruidoso, había una pareja discutiendo por la mañana temprano a voces y nos despertó, por lo demás todo bien".
Ahora, la propiedad del Hotel Joma lucha contra ese estigma. Y, de hecho, se han hecho varios cambios en las instalaciones, un edificio de cinco plantas que la familia Sánchez Saborido fue ampliando con el paso de los años. Hay sofás nuevos en recepción, se han comprado mesitas de noche, colchas, cortinas, somieres, cojines, almohadas, colchones, se han colgado los televisores de las habitaciones —y los que se estropean se cambian por otros más grandes— y hasta se hecho una “obra gorda” para mejorar las tuberías.
Todo por continuar con el legado de Manuel Sánchez, fundador del Hotel Joma allá por los años 60 del siglo pasado. Antes sus padres, de Granada, tuvieron un hotel en la ciudad de la Alhambra, pero cuando falleció su padre, su madre Virtudes lo vendió y se mudó a Jerez, donde empezó regentando una pequeña pensión, que se fue ampliando poco a poco, hasta convertirse en el actual Joma.
“Mucha gente viene asustada por los comentarios negativos y luego no entienden por qué son tan malos, porque la habitación está limpia y es cómoda”, comenta Jesús Sánchez, hijo de Manuel, cuando atiende a lavozdelsur.es en la recepción del hotel, donde hay sofás nuevos y, al fondo, una barra que no se utiliza. Rosa Saborido, mujer de Manuel y madre de Jesús, es la actual gerente del hotel, pero su hijo la ayuda “en todo lo que puede”.
Del Joma viven ahora ocho trabajadores, incluyendo a Rosa y Jesús, a los que hay que sumar cuatro recepcionistas y dos limpiadoras. “Somos un hotel muy familiar, muy pequeño, con ocho personas remando en el mismo barco, y eso se nota”, aporta el hijo del matrimonio formado por Manuel y Rosa, tercera generación de hoteleros de la familia, aunque él estudiara Periodismo. “Me gusta porque me encanta la decoración y buscar cosas por internet”, aporta.
Jesús, desde Madrid, donde reside, se ocupa de encargar todo lo que vaya haciendo falta en el hotel, mientras su madre, en Jerez, está preocupada de los problemas cotidianos. En persona, aseguran, no reciben críticas tan malas. “La verdad es que estos artículos han sido golpes duros, pero nunca se ha contemplado el cierre”, señala Jesús Sánchez. “Esto es la herencia de mi padre, y antes de mi abuela, y haremos todo lo posible para mantenerlo”, agrega.
El Hotel Joma tiene ahora 35 habitaciones disponibles para huéspedes, aunque en sus cinco plantas hay muchas más, que permanecen cerradas porque “no están preparadas”. Con la crisis de 2008, cuando “venía muy poca gente”, fueron cerrándolas por la falta de demanda. En los próximos meses esperan ir abriendo poco a poco. Para llegar a ellas se puede hacer por las escaleras o por un ascensor que está pasando la recepción.
Las habitaciones, de dos, tres o cuatro personas, tienen camas individuales o de matrimonio, con colchas de tonos azules, cabeceros y mesitas de noche renovadas, blancas, y cojines recién comprados. Además, suele haber un armario, y un cuarto de baño amplio, con bañera, y sanitarios antiguos. Los que enseña Jesús, claro, se acaban de limpiar. El aire de renovación que ha querido imprimir la propiedad del hotel, pero también que tiene más de 50 años.
“Hay mucho comentario falso”, sostiene Jesús Sánchez, volviendo al tema central de la conversación. “No creo que sea la competencia”, agrega, pero sí que “gente que se hospeda lo exagere y muchos sean mentira directamente”. Ellos nunca han contestado a las reseñas negativas, por órdenes de su madre como gerente, pero él sería partidario de responder. “Cuando un cliente tiene un problema intentamos darle una solución, o cambiarlo de habitación u ofrecerle alternativas”, señala.
Lo cierto es que la propia plataforma Tripadvisor, en su informe anual de 2020, confiesa que durante ese año casi un millón de reseñas recibidas en el portal eran falsas, el 3,6% del total. Y que había detectado el 67% de los comentarios falsos y baneado a más de 20.000 usuarios. Aunque la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) eleva hasta el 6,2% las reseñas falsas de hoteles en Tripadvisor, que son del 8,4% en Amazon y del 2,1% en Booking, tras analizar seis millones de opiniones.
“Los comentarios que me valen son los de Booking, porque son personas que se han quedado seguro, los otros pueden ser mentira”, sostiene Jesús Sánchez, quien comenta también que “cuando has tenido una mala experiencia sueles comentar, pero no tanto cuando es buena”. En el Hotel Joma hacen autocrítica, aunque consideran exagerados los comentarios negativos. "A mi padre esto le encantaba, lo había mamado en casa, y mi madre empezó a llevarlo cuando él falleció. Hasta el día de hoy lo lleva, mejor o peor, pero ahí sigue", remata Jesús.
Comentarios