"Me fui porque en la provincia no había oportunidades, ni en Andalucía en general", este leitmotiv repetido hasta la saciedad se ha convertido en el denominador común de ocho historias con sello gaditano que hablan sobre la resignación, la nostalgia del hogar y la necesidad de abandonarlo a falta de un futuro laboral posible. La última EPA habla por sí sola: el mercado laboral en la comunidad autónoma es precario, inestable y marcado por los continuos fraudes en la contratación.
Claudia Ruiz es jerezana, tiene 26 años, fotógrafa, y reside en Madrid desde hace dos años. "Traté de buscar trabajo en Jerez pero fue muy difícil, la mayoría de las veces me llamaban para proyectos con una remuneración muy baja, incluso gratis, y todos funcionaban de forma irregular", explica a lavozdelsur.es. "Viendo que la industria audiovisual ya es una montaña rusa de por sí, decidí marcharme a la capital donde ya tenía una oferta de empleo regulado".
Claudia Ruiz, en su primera exposición en 'Casa Patas'.
"Tenía que vivir con mis padres ya que me resultaba imposible independizarme, además en Jerez el tema audiovisual sigue en pañales y no recibe apoyo ni de instituciones, ni de particulares, así era muy difícil encontrar estabilidad", enfatiza. "Lo mejor de vivir en la capital son los contactos, en mi caso todas las personas que conozco están interrelacionadas, trabajo en el sector del flamenco y aunque la materia prima está en Andalucía, la industria está aquí". Pese a las dificultades que atraviesa su sector, Claudia ha conseguido "vivir de la fotografía", y asegura que esto solo es posible "en una ciudad que alimente ese trabajo".
Los inconvenientes de vivir fuera son también comunes en todos los gaditanos entrevistados, la nostalgia de la familia y de forma muy especial la comida, destacan por encima de lo demás. "Echo de menos a mis padres y hermanos, y también a mi mascota", comenta la joven fotógrafa que añade la problemática de lo que ya se conoce entre muchos jóvenes que salen de casa. "Cuando te conviertes en emigrante ya no eres de ninguna parte, vuelves a casa y te sientes extraño, te quedas en medio y sientes que no perteneces a ningún sitio por completo".
María Moreno, diseñadora 3D.
La falta de trabajo para las generaciones más jóvenes de la comunidad es también una afirmación recurrente en casi todas las conversaciones del día a día. No en vano, y pese a que estos meses de verano suelen ser los menos castigados por el paro, la provincia sigue con 138.400 personas desempleadas en el segundo trimestre de 2019. Una cifra que por localidades sigue estando liderada por Jerez con 26.644, Algeciras (13.229), Cádiz ciudad (12.595) y San Fernando (10.918).
Además, la provincia gaditana supera los 135.000 emigrantes residiendo en otras comunidades de España, con Cataluña (36.528) y Madrid (30.725) en cabeza, según los datos del instituto de Estadística y Cartografía.
Las ofertas de empleo y el salario
Gaditanos de diferentes perfiles han decidido hacer las maletas y marcharse de su localidad natal para poder trabajar "de lo suyo", y este también es el caso de Marco Herrero, informático de 28 años. Abandonó Jerez hace cuatro años. "No había terminado mis estudios pero me ofrecieron un trabajo en la capital, conociendo mi sector laboral en Andalucía y al no disponer de experiencia previa pensé que tendría más posibilidades aceptando".
Por su parte, destaca el aumento de la emigración andaluza en general a Madrid, "en el trabajo somos muchos andaluces y a veces bromeamos diciendo que nos contrataremos los unos a los otros cuantdo tengamos oportunidad". Bajo su punto de vista las ventajas e inconvenientes de vivir lejos de casa y concretamente en la capital de España van ligados, "aquí hay mucha más oferta que en cualquier sitio de Andalucía y los sueldos son mejores pero cuando te planteas volver a casa te das cuenta de que tendrás que sacrificar algo, tu sueldo, tu carrera o una posición mejor. Vas a tener que dar un paso atrás para volver a Andalucía".
Marco Herrero junto a un cartel de vinos de Jerez en Madrid.
En el plano artístico, María Moreno también de 28 años es diseñadora 3D y vive en la capital, se marchó de su ciudad natal, Jerez, al no disponer de oferta en los estudios que quería cursar dediseño. "No estoy segur de cuales son las ventajas de vivir fuera, lo veo más como una obligación ya que en nuestra tierra es muy difícil conseguir trabajo de lo que hemos estudiado y no hay oportunidades", explica.
"Cuando hice mis primeras prácticas profesionales me di cuenta de la importancia que tenía la empresa donde las realizase, eso te posicionaba", detalla Abraham Fernández, montador de sonido de 26 años. "La empresa en la que realicé mis prácticas del grado de Imagen y Sonido sigue siendo el lugar donde actualmente trabajo". Para él, el mundo audiovisual en Madrid es "infinitamente mejor" al que podría encontrar en Jerez donde "ni siquiera existen empresas que contraten perfiles como el mío".
Para este profesional del sonido volver a casa siempre es agridulce "cuando vuelvo a Jerez no queda nadie, toda nuestra generación está fuera y los que se han ido ya van a quedarse fuera". Reflexiona sobre el evejecimiento de la problación jerezana dado el número de emigrantes que conoce en Madrid y otras zonas de la península. "Pocos vuelven porque las condiciones son muy difíciles pero en mi caso echo mucho de menos los chicharrones y la tranquilidad de una pequeña ciudad".
Abraham Fernández en el estudio donde trabaja en Madrid.
La independencia familiar algo "fundamental"
Hay sectores que son igualmente complicados en cualquier parte del territorio español, al menos esa es la opinión de María Barrones, trabajadora social de 27 años que emigró a Madrid hace dos años en calidad de estudiante. "Me fui para estudiar un master de Cooperación al Desarrollo en la Universidad de Comillas y pronto tuve que buscar un empleo pues mantener el nivel económico en Madrid no es sencillo". Así, comenzó a trabajar en un Leroy Merlín, mientras lo compaginaba con sus horas de clases y prácticas profesionales. "Una vez que terminé estos estudios superiores busqué empleo de mi sector pero me resultó imposible y continué trabajando en la empresa de vendedora".
"Actualmente me han hecho indefinida y tengo un sueldo mayor". Para ella, la independencia familiar es un algo "fundamental" y que la ha empujado a quedarse en Madrid a vivir. "Ahora puedo hacer planes de futuro porque tengo un sueldo y esto en mi ciudad es muy difícil".
María Barrones en Madrid.
Por otro lado, Cataluña y concretamente su capital, Barcelona, también es uno de los destinos más elegidos a la hora de cambiar de ciudad y buscar trabajo. Este es el caso de otra jerezana, Mercedes Pérez, periodista y con un máster en Publicidad. "Actualmente trabajo en una agencia de comunicación y publicidad en Barcelona". En su caso, dejó la provincia gaditana hace ya seis años, "primero estuve un año trabajando en el sector servicio en Escocia, luego me trasladé a Barcelona para estudiar un máster sobre publicidad".
"En mi ciudad no había trabajo, y el sector publicitario tiene muy pocas salidas", afirma al explicar las razones de su partida. "Diría que el 95% de personas que conozco aquí son andaluces y gallegos. De hecho, la mayoría de amigos que tengo ahora viven en Madrid y Barcelona, sino han optado por distintas ciudades de Europa". Mercedes apunta las ventajas de haber cambiado de comunidad, "esta ciudad demuestra ser mucho más avanzada que Cádiz, no solo económicamente, también a nivel social y cultural, hay más inquietudes", ella lo achaca al nivel económico de Cataluña.
El caso de Jody Díaz, técnico de automatizaciones escénicas, es más particular, el ha estado yendo y viniendo a la provincia desde el 1999, primero para estudiar sonido en Manchester (Inglaterra) y porteriormente a Bilbao en el 2015. "Siempre que he vivido en la provincia de Cádiz he estado trabajando en el extranjero", encontró trabajo en las producciones internacionales, "por lo cual suelo pasar más o menos la mitad del año fuera de casa", explica. Para él, aquí reside el equilibrio perfecto, ya que trabaja con europeos y estadounidenses, y a la vez "puedo disfrutar de mi gente y de mi tierra".
"La emigración andaluza se disparó en mi ambiente hace unos tres o cuatro años, lo noto siempre que estoy en casa", detalla, "mis amigos y amigas se fueron a Madrid, Barcelona, Londres, y Alemania". Con el paso del tiempo "solo nos queda la esperanza que algunos de los que se fueron vuelvan", apunta el jerezano. Cuando Jody está trabajando en el extranjero, confiesa extrañar su casa y a su gente, "Jerez es un sitio curioso para mi, un pueblo que te recibe con los brazos abiertos seas de donde seas".
"Echo de menos el jamón, el sol y el salero"
Los gaditanos también frecuentan el extranjero, cuanto a los datos internacionales, Europa es el destino elegido por 10.448 de ellos, siendo la tercera provincia de Andalucía solo superada por Málaga (11.959) y Sevilla (11.716). Helena Bueno es periodista, y una de las jerezanas que eligió ir un poco más allá de las fronteras españolas. Hace dos años tomó un vuelo a Inglaterra, "y aquí sigo", asegura convencida de su elección. "Estaba trabajando en un restaurante en mi ciudad, pues encontrar trabajo como periodista me resultaba muy complicado, y entonces pensé que para trabajar de camarera en mi ciudad, sería una buena idea irme un tiempo fuera y aprovechar para aprender otro idioma".
Reconoce que contó con cierta ayuda en su aventura, pues "tenía un familiar en el pueblo donde trabaja ahora, Farnham. Empecé en un hotel en el que támbien trabajaban muchos españoles y ahora trabajo en un pub con mi pareja". Para ella, la mayor ventaja de su emigración a Inglaterra ha sido a nivel personal: "He crecido mucho, sobre todo en el aprendizaje de otra lengua y cultura".
Helena Bueno en el pub donde trabaja en Farnham (Inglaterra) junto a una botella de vino jerezano.
"A los ingleses les interesa mucho nuestro país y siempre me preguntan de dónde soy", destaca como punto positivo de su nuevo entorno. Como inconveniente también apunta que "tener un diferente lenguaje hace difícil la plena inclusión en el trabajo y las relaciones sociales, sumado a la incertidumbre del Bretxit. Pero sobre todo, Helena asegura que echa de menos "el jamón, el sol y el salero jerezano, aquí son simpáticos pero no tan amigables como los andaluces".
Comentarios