Un reciente estudio realizado por los investigadores jerezanos David J. Caramazana y Manuel Romero Bejarano ha revelado que la patata llegó a la península ibérica en 1563, una década antes de lo que se creía hasta ahora. Este hallazgo se basa en seis documentos encontrados en el Archivo Municipal de Jerez de la Frontera.
El estudio, titulado Nuevos datos para la historia de la patata, ha sido publicado en el Anuario de Estudios Atlánticos. Entre los documentos analizados destaca un contrato de compraventa fechado el 10 de diciembre de 1563, en el cual el comerciante Gonzalo Díaz vendió aproximadamente 450 arrobas de "patatas" (equivalentes a 5.000 kilogramos) a Francisco García, a un precio de tres reales y 21 maravedís por arroba.
El documento detalla que el cargamento se encontraba en un barco encallado en El Puerto de Santa María, a unos 15 kilómetros de Jerez. Para efectuar la entrega, se acordó que la embarcación remontaría el río Guadalete hasta el muelle conocido como El Portal de Jerez.
Uno de los aspectos más destacados del contrato es la referencia a la calidad del producto, describiéndolo como "buenas patatas sanas e buenas e a buestro contento". Los investigadores interpretan que esta descripción sugiere que las patatas estaban destinadas al consumo humano.
Además, el contrato especifica las condiciones de pago, lo que indica unas expectativas comerciales significativas. Caramazana y Romero señalan que el término "patatas" en este contexto se refiere a la especie Solanum tuberosum, comúnmente conocida como patata. Aunque no se precisa el origen exacto del tubérculo, los autores sugieren que podría proceder de las Islas Canarias.
Hasta este descubrimiento, se consideraba que la introducción de la patata en la península ibérica había ocurrido en 1573
Hasta este descubrimiento, se consideraba que la introducción de la patata en la península ibérica había ocurrido en 1573, específicamente en el Hospital de la Sangre de Sevilla, y que su uso era principalmente botánico hasta el siglo XVII. Sin embargo, este nuevo estudio adelanta la fecha de llegada y comercialización para el consumo humano al año 1563.
El análisis también incluye otros contratos datados en Jerez entre 1563 y 1568, en los cuales se mencionan términos como "patata", "batata" o "vatata". Estos documentos permiten evaluar la recepción marítima de estos productos y su posterior distribución comercial.
Es conocido que la patata llegó primero a las Islas Canarias, donde comenzó a cultivarse en la década de 1560. Incluso se tiene constancia de un primer envío de este tubérculo a Flandes en 1567.
Durante los siglos XV y XVI, Jerez de la Frontera se consolidó como una ciudad clave en el ámbito político y comercial entre Sevilla y el Estrecho de Gibraltar, gracias al control del río Guadalete. Esta posición estratégica le permitió establecer redes comerciales tanto hacia el Atlántico y el mar del Norte como hacia el Mediterráneo.
El Archivo Municipal de Jerez conserva numerosas referencias sobre la constante llegada de productos, alimentos e incluso animales exóticos procedentes del Nuevo Mundo desde las primeras décadas del siglo XVI. Este flujo comercial incluyó el intercambio de vino desde 1531 y la organización de embarques hacia Perú y el río de la Plata a partir de 1535.
Los investigadores concluyen que, gracias a esta nueva documentación, se puede afirmar con mayor certeza que la patata llegó a Andalucía y se comercializó para el consumo humano en 1563, redefiniendo así la cronología conocida sobre la introducción de este alimento en la península ibérica.