Un día, viendo un partido del Liverpool por televisión, Francisco Rivas vio una bandera arcoíris en la grada, y se le ocurrió que él haría lo mismo la próxima vez que acudiera al Ramón de Carranza, el estadio del Cádiz CF de sus amores. Despegó un escudo de una que tenía en su casa y lo cosió en la bandera LGTBI, luciéndola en las gradas del Fondo Sur, donde suele sentarse, en varias ocasiones. Hasta que se topó con un guardia de seguridad que le impidió el paso. “No entras por ser gay”, le espetó a Francis, como lo conocen sus amigos y familiares, que decidió acceder por otra puerta para ver el partido, pero denunció el “ataque homófobo” que sufrió.
El guardia, que actuó por su “cuenta y riesgo”, fue despedido y a Francis, que llevaba tiempo con la idea de crear una peña cadista, se le ocurrió darle forma a Nenas Cadistas en 2016, la primera peña LGTBI del Cádiz CF, la primera abiertamente gay en Andalucía y la segunda en España, junto a otras de equipos como el Atlético de Madrid, el Espanyol de Barcelona o el Valencia CF. “Enfocamos la peña al colectivo tras el ataque homófobo”, cuenta Francis Rivas a lavozdelsur.es, “sacamos la parte positiva del incidente, tras el que nos apoyó el club, la afición, la Federación de Peñas… todo el mundo”, explica.
La peña Nenas Cadistas, además de animar al club amarillo, organiza y colabora en la puesta en marcha de iniciativas que luchan contra la homofobia en los estadios y fuera de ellos, como talleres formativos, charlas en colegios y jornadas para fomentar la tolerancia y el respeto al colectivo LGTBI. “Hacer una campaña contra la homofobia debería ser lo normal en los clubes de fútbol”, dice Antonio Caro, responsable de proyectos de la Fundación del Cádiz CF. El hecho de que los futbolistas respalden estos mensajes hace que “el chico de 16 o 17 años que pretende ser homófobo se frene dentro del estadio”, añade Caro.
Francis Rivas, de Nenas Cadistas, posando en el Carranza. FOTO: MANU GARCÍA
“En 2019 fuimos valorada la peor Fundación según racistas, homófobos, maltratadores, intolerantes, acosadores, agresores, xenófobos, machistas, violentos, etc. Gracias a todos estos en 2020 nos proponemos caeros aun peor”, se puede leer en la felicitación navideña de la Fundación del Cádiz CF. “Intentamos prevenir para que no haya más incidentes como el que sufrió Francis”, agrega Antonio Caro. “Los futbolistas del Cádiz CF son ídolos para los pequeños, por eso el hecho de ir a los colegios y que los jugadores hagan campaña con la tarjeta arcoíris, hace que aprendan a tolerar al colectivo LGBTI”, agrega.
Francis Rivas entró por primera vez en el estadio Ramón de Carranza con apenas siete años, cuando lo llevó su abuelo, y desde entonces ha escuchado de todo. “A mí que digan maricón en un campo no me ofende, pero depende del contexto, aún hace falta mucha pedagogía y muchas campañas para que la gente se conciencie”, expresa el presidente de la peña Nenas Cadistas. Rivas confiesa que no ha sufrido muchos episodios de homofobia en los estadios, pero sí conoce a compañeros que esconden su condición por miedo a represalias. “Hay quien va reprimido a otros estadios, por miedo a que les digan algo. Hay gente que me ha dicho que no se le ocurriría decir que es gay. Eso es muy duro”, señala. “No vas a ir pregonándolo, pero tampoco escondiendo lo que eres”.
“La lucha contra la homofobia tiene que continuar, y con más fuerza si cabe”, dice Rivas, “aun queda mucho para ir a un estadio y no escuchar alguna vez maricón como insulto”. Antonio Caro, de la Fundación del Cádiz CF, cree que “se están dando pasitos para atrás y el fútbol tiene un gran altavoz, habría que aprovecharlo para defender la tolerancia, en mi opinión”. La peña Nenas Cadistas, por su labor, recibió recientemente uno de los Premios Andalucía Joven 2019 por su “lucha de los derechos LGTBI”. Francis Rivas añade que “no queremos premios, sino que las instituciones nos respalden, hagan campañas y colaboren”.
Antonio Caro, responsable de proyectos de la Fundación Cádiz CF, durante la entrevista. FOTO: MANU GARCÍA
Pocas voces se alzan contra la homofobia
En 2015, la Federación Estatal de Gais, Lesbianas, Transexuales y Bisexuales impulsó la campaña La Liga Arco Iris, con la que pretendían que jugadores profesionales usaran cordones multicolores en sus botas. A la iniciativa se sumaron algunos futbolistas, aunque los clubes se suman a cuentagotas a propuestas de este tipo.
Hay casos aislados de apoyo explícito, como el de Antoine Griezmann (FC Barcelona), que en una entrevista dijo que “el fútbol es un deporte hermoso. No puedes tener una imagen homófoba”. Pero lo normal, aún, es que haya mensajes contra el colectivo LGTBI. “Respeto a los homosexuales, pero no quiero a esa gente en el vestuario”, llegó a decir hace unos años Ivan Rakitic, también jugador del FC Barcelona.
“Las aficiones necesitan pedagogía, porque sin referencias éticas o morales se pierde el norte. El público podría reclamar un deporte más evolucionado, pero su prioridad no es ésa, sino escapar de sus problemas, volcar las tensiones diarias y liberar emociones”, señala Miguel Ángel López, director de la extinta revista Zero, en declaraciones a Público. La Ley 19/2007 contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte, se sigue quedando corta. ¿Hasta cuándo?
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