Un satélite de más de dos toneladas, el peso de un rinoceronte, caerá hoy sobre la Tierra. La Agencia Espacial Europea (ESA) ya está pendiente del cielo. El ERS-2 lleva sin funcionar desde 2011, año en el que se le acabó el combustible y agotaron las baterías.
Desde entonces viene perdiendo altura y se ha situado a 80 kilómetros de la atmósfera. Para hoy está previsto que se produzca su entrada en nuestro planeta y comience a desintegrarse. El satélite se irá perdiendo en su mayor parte en la parte superior de la atmósfera, pero hay riesgo de que trozos de gran tamaño lleguen a la superficie terrestre.
Los expertos han mandado un mensaje de tranquilidad indicando que estos restos del satélite caerán en alguno de los océanos de la Tierra. Las probabilidades de que algún fragmento del ERS-2 impacten contra alguna persona son de una entre cien mil millones.
El ERS-2 lleva desde 1995 en el espacio, donde fue lanzado para realizar labores de observación de la Tierra, monitoreando las zonas marítimas, de vegetación y las regiones polares.
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