¿Podría volver a repetirse el maremoto de 1755? 266 años después de aquel día de Todos los Santos

El día de Todos los Santos de 1755, las costas de Huelva y Cádiz fueron escenario de un dramático tsunami. 266 años después, la zona acoge un simulacro para medir la eficacia del Plan de Contingencia ante el riesgo de maremotos

Recreación de un maremoto en Cádiz.
Recreación de un maremoto en Cádiz. LA SEXTA

El pasado mes de agosto, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) presentaba un estudio en la revista Scientific Reports en el que se confirmaba el riesgo real de un tsunami en España, aunque todavía no es posible predecir cuándo tendrá lugar. La causante sería la falla de Averroes, una fractura en el sur de la Península Ibérica, en el mar de Alborán, que en media hora inundaría enclaves de Málaga, Granada o Cádiz, así como partes del norte de África, incluidas Ceuta y Melilla.

Este fenómeno, aunque suena a ciencia ficción, ya sucedió hace 266 años, en 1755, como consecuencia del llamado terremoto de Lisboa. Todo comenzó con un largo e intenso temblor que pudo sentirse en casi toda Europa y hasta en Latinoamérica, aunque fue especialmente fuerte en el sur de España. Para alimento de las creencias de la época, ocurrió el día de Todos los Santos, cuando buena parte de la población se encontraba en misa, tal y como relata José Antonio Aparicio Florido, presidente del Instituto Español para la Reducción de los Desastres (IERD), en un programa especial realizado para Cádiz Televisión.

Modelo de propagación del tsunami y áreas del litoral que se verían afectadas. ICM
Modelo de propagación del tsunami y áreas del litoral que se verían afectadas. ICM

En Sevilla, miles de fieles que, en fecha tan señalada, asistían a misa en la Catedral, huyeron despavoridos cuando comenzó a sentirse el terremoto. Este provocó fuertes desprendimientos y desperfectos en bóvedas y tabiques. Una vez fuera del templo, cuenta la leyenda que los sevillanos pudieron ser testigos de un milagro: las Santas Justa y Rufina parecían sostener los laterales de la Giralda para evitar que, con el seísmo, ésta se derrumbara. Leyendas populares que han llegado hasta nuestros días.

Sin embargo, lo peor estaba aún por llegar. Minutos después de sentirse el terremoto, un maremoto, con olas que alcanzaron hasta quince metros de altura, destruyó numerosas poblaciones del Algarve y afectó gravemente a las costas de Marruecos, Huelva y Cádiz. Conil fue completamente destruida y solo en Ayamonte murieron más de mil personas. Muchas otras poblaciones gaditanas, como Sanlúcar de Barrameda, El Puerto de Santa María o Jerez de la Frontera, sufrieron víctimas y graves desperfectos.

Recreación de un posible maremoto en Cádiz por el equipo de Al Rojo Vivo de la Sexta.
Recreación de un posible maremoto en Cádiz por el equipo de Al Rojo Vivo de la Sexta.

En la ciudad de Cádiz, el fenómeno se vivió con auténtico pavor. Hacia las diez de la mañana, como en Sevilla, comenzó a temblar la tierra. Varias mujeres embarazadas que asistían a las misas de Todos los Santos, del propio susto, dieron a luz en los pasillos de San Antonio y en la puerta de la Iglesia de San Agustín, según explica también José Antonio Aparicio. Poco después, hacia las once de la mañana, se levantó un terrorífico tsunami que avanzó hacia la ciudad a una velocidad de 400 kilómetros por hora.

El gobernador dio entonces la orden providencial de cerrar las Puertas de Tierra de la muralla para impedir que el agua entrara por ellas. Así, se evitó la muerte de miles de personas y la destrucción de buena parte de la ciudad. Sin embargo, con todo, no se pudo evitar que las altas olas rompieran parte de las murallas portuarias y que el mar invadiera el barrio de la Viña tres veces, falleciendo, al menos, quince personas ahogadas. 

Es aquí donde nace otra de las leyendas más famosas de todo Cádiz: cuando las aguas estaban invadiendo la ciudad por primera vez, Francisco Macias, capellán de la Iglesia de la Virgen de la Palma, salió a la calle con el estandarte de la Palma, lo clavó en el suelo y, acompañado por otros feligreses que rezaban junto a él, gritó: “¡Hasta aquí, Madre mía!”, y junto entonces, según cuenta la tradición popular, las aguas retrocedieron. Hoy, en ese punto exacto de la Calle de la Palma, hay una placa conmemorativa para recordar cómo la Virgen obró el milagro y paró las aguas, evitando una catástrofe aún mayor.

Placa situada en la Calle de la Palma, donde se obró el milagro
Placa situada en la Calle de la Palma, donde se obró el milagro

Precisamente, para impedir que un desastre así vuelve a causar la muerte de tantas personas y ante los informes científicos que alertan de las posibilidades de un nuevo maremoto en esta zona de la península, las autoridades han puesto en marcha una serie de simulacros para medir la oportunidad y eficacia del Plan de Contingencia ante el riesgo de maremotos, terremotos e inundaciones en Andalucia. El trabajo científico y preventivo puede ser clave para, como ha ocurrido desde hace un mes en la isla de La Palma, en Canarias, se eviten tragedias humanas, aunque las materiales sean inevitables.

En concreto, el ejercicio de simulacro de maremoto tendrá lugar este miércoles, 20 de octubre, y se coordinará desde el Puesto de Mando Avanzado (PMA) instalado en el municipio onubense de Aljaraque, zona establecida como segura en caso de maremoto en el litoral occidental andaluz. Su ejecución supondrá un importante punto de partida para el desarrollo de la normativa específica en caso de maremoto, con el fin de estar preparados ante la posibilidad cierta de que ocurra un suceso similar al del 1755, pero en esta ocasión sin daños personales.

Sobre el autor:

Marta Sánchez Gento.

Marta Sánchez Gento

Titulada en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid y máster en Estudios Latinoamericanos por la Universidad de Granada. Empecé escribiendo en varias revistas de flamenco y en suplementos culturales, y fui becaria en el Instituto Cervantes de Madrid y de Toulouse. Recibí una beca Iberoamérica para estudiar durante un semestre en la Universidad de Buenos Aires y allí conocí otras formas de hacer periodismo. He formado parte del equipo de Contenidos de Bodeboca y de su Magazine Vignerons, y también he puesto voz al programa 'Entre tu orilla y la mía' de Radio Corazón Tropical.

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