Manuel y Mari Carmen están de pie junto a una silla de ruedas. "No necesitamos ayuda, porque más de aquí ya no puede llegar", dice ella, la hija. Él, ya entrado en años, vive cerca. Por las mañanas va con una trabajadora, y por las tardes con alguna de sus hijas. Los accesos a la playa en silla por la arena no son fáciles, el reto de todos los años. Cuentan que antes había una asociación pero que "parece que se han quedado sin fondos del Ayuntamiento, eso es lo que nos han dicho". La Puntilla es una playa familiar y una playa de toda la vida de El Puerto. La playa de la ciudad, de los portuenses. A un lado, Puerto Sherry, hacia donde peregrina un grupo de chicas con bolsas y botellas a eso de las siete de la tarde. Conecta ese Puerto de veraneo un paseo estrecho junto a los pinares del Aculadero. Urbanizaciones de los de aquí y los de allá.
Las playas de El Puerto, este año, tienen un problema administrativo importante. No hay apenas personal de Salvamento. Uno solo vigila todo el entorno. No hay servicio de botiquín. Es decir, no hay personal de enfermería. El único vigilante es de servicio mínimo. Si hay suerte, puede echar un cable Protección Civil. El año pasado estaban llenas las playas con el refuerzo de la Junta, esos chicos de polos blancos con letras verdes. A eso se suma la falta de personal de Policía Local en El Puerto, la huelga de los pantalones, en la que los agentes apenas dan algunos servicios y lo hacen en pantalones cortos, denunciando que no tienen ropa adecuada. "La ciudad sin Ley", dice una persona en la playa. Estamos a martes durante el paseo. Solo unas horas después, en la madrugada del miércoles, habrá decenas de sancionados por botellones en el pinar, y hasta lanzarán botellas a la Policía Nacional algunos, en un suceso que se salda con un detenido.
"Nadie me conoce por mi nombre, Alfonsa", dice La Morena, su mote. Portuense de pura cepa, pasea con las amigas por la orilla, mojándose los pies. Dentro de un rato estará jugando al bingo playero. "Aquí no tenemos de ná,¿esto cómo va a ser?". Recuerda la playa cuando venía con su madre, hace mucho tiempo. "Veníamos con el arroz, los cuatro pimientos fritos, y yo he tenido aquí casetas con mi marido, cuando se podían tener". Ya entonces no había socorristas apenas. Ahora, tampoco. "Porque a mí las medusas no tienen cojones de picarme... El otro día vi a uno con los ojos grandes que parecía un choco... Oj, pero ha sido la primera, sin cachondeo". Ahora, para las medusas, "el socorrista no puede ni echar agua con vinagre ni amoniaco, no les dejan", dice su amiga, Milagros.
En el bar El Castillito, el chiringuito de la playa, vienen a decir entre exagerando y no exagerando que gastan "cinco litros de vinagre todos los días". Porque el establecimiento es el botiquín de la playa. Adolfo Mayo es Fito, el propietario. "Aquí somos el botiquín, los servicios... Damos el vinagre y curamos. Vienen seis, siete y ocho al día". No se les va a cobrar un café, claro. "Hacen falta unos servicios en condiciones y adecuados. Y baños, porque la fosa séptica la descargamos. Nos exigen que sean públicos, pero han quitado los servicios que teníamos en una caseta". Medio siglo tiene El Castillito. Por entonces sí había una zodiac de Cruz Roja, rememora. "Ha habido gente que casi se ahoga este año...".
Fue el caso a mediados de julio de un señor mayor al que le dio, según explican en la playa, una bajada de azúcar, lo que hizo que perdiera el pie, que comenzara a ahogarse. Fue en la esquina del espigón de La Puntilla. En distancia, a unos 700 metros corriendo por la orilla de la torreta del único vigilante. Un mundo entre arena, y gente, y entre que llega el aviso y se da parte. Y sin botiquín, o sea, sin la ayuda de un segundo vigilante para la reanimación, ni del personal de enfermería. En la caseta, un cartel de avisar al 112 si pasa una desgracia. A mitad de la playa, un telefonillo hacia emergencias. Y si es algo más leve, pero habitual, como cortes, picaduras... El coche o un taxi. Hay dos ambulancias en El Puerto en los servicios mínimos de la playa: una en Valdelagrana y otra en Las Redes. No en La Puntilla.
Junto al paseo, un grupo de mujeres juegan también al bingo con ejemplar distancia. Luisa lamenta la falta de socorristas, los cuartos de baños... "No es que las playas estén dejadas de Dios... Es que El Puerto está dejado de Dios...". Tres hermanas lamentan "que hayan quitado las casetas para bañarse los minusválidos". La madre no viene por la falta de ese servicio. Son Maru, Pepi y Sole. La primera de ellas tiene respeto a eso de bañarse, por si tropieza.
Luisa asegura que hasta un pescado "me dio un bocado pero no fue muy fuerte. Imagínate si me hago algo. Yo no sabía ni que haya botiquín. Que el señor Germán se entere. Hay mucha mierda en el pueblo, que somos incívicos. Está el que lleva el bolso, que me parece bien, pero que arreglen esto. El alcalde, el Calleja, todos... Yo ya busqué a Germán. En vez de tanta promoción, arreglen El Puerto. Yo no lo he votado, pero me tiene que atender". A Luisa le habría "gustado tener un chalé y vivir en Vistahermosa, ser pudiente, pero no puede ser, y tiene que solucionar los problemas. Esta mujer se cayó en los escalones entrando", dice señalando a una de las amigas, con un vendaje en la rodilla.
"Este fin de semana vuelve el servicio"
Cuestionado el Ayuntamiento de El Puerto respecto a la situación administrativa actual, aseguran que este fin de semana se recupera el servicio al completo. A cuenta de la falta de personal de salvamento, sanitarios y servicios en general, este año El Puerto no tiene bandera azul.
Marina Peris, teniente de alcalde de Seguridad, señala que la adjudicación definitiva "se ha ralentizado debido a que la empresa ganadora del concurso de contratación podría haber incurrido en una baja temeraria, tal y como se desprende del análisis técnico realizado a su oferta". Es decir, que la oferta no cubriera todo lo contratado. "De ahí que se haya tenido que solicitar a la empresa ingente información para su estudio pormenorizado por parte de la mesa de contratación, que tiene que determinar que aunque haya una bajada grande de precio sobre la licitación no implica un riesgo de incumplimiento del contrato", indica el Consistorio.
Por tanto, "a pesar de que los trámites administrativos se iniciaron a principios de año por parte del servicio correspondiente, Protección Civil, la tramitación del expediente y los plazos administrativos se ha visto retrasados por este motivo". Mientras tanto "ha habido que recurrir a contratos menores para contar con los servicios mínimos, que se refuerzan con el personal de Protección Civil para prestar el mejor servicio posible mientras no entra en activo el contrato con Innova Coptalia", la adjudicataria.
"Al final habrá servicio de Salvamento en octubre y no en julio"
Diego Jesús Cairón es representante de los empleados en el servicio mínimo actual por CNT y uno de los propios socorristas. "Lo que hay en las playas de El Puerto es un paripé. Somos seis para todo el litoral. Valdelagrana entera tiene dos socorristas, y uno es patrón de la lancha, así que vigilando está una persona", resume.
A eso se suma la falta de botiquín. "Yo por mi cuenta me he llevado uno para casos leves. A un niño con un corte no puedo decirle que no lo ayudo a curar". Este jueves hay reunión para organizar la recuperación del servicio completo desde el viernes. "Pero es que en mayo ya nos reunimos y Marina Peris nos dijo que a ver si había suerte para empezar el 15 de junio. Empezaron a mover papeles un mes y medio antes. En todas las localidades alrededor está en marcha. ¿Por qué aquí no? No se han movido, no hay más".
La empresa, Innova Coptalia, "ha sacado todo adelante de la noche a la mañana. Podría quejarme de ellos, pero el problema es el Ayuntamiento. La bandera azul perdida es una condecoración, digamos, pero lo importante es que haya un servicio, personal, organización... Hay compañeros que estaban hartos de esperar para trabajar, estudiantes, por ejemplo, que deberían llevar desde el 15 de junio en las playas, y han renunciado a volver al puesto porque se han buscado las papas por otro lado".
A este paso, apunta, "si el contrato es de tres meses, nos veremos en octubre con socorrista y hasta la primera quincena de agosto solo con servicio mínimo", un absurdo, apunta. Cada día realiza unas cinco o seis intervenciones, señala. "Este miércoles en La Muralla he estado solo. No había lancha, nada, yo solo. Imagina que hubiera tenido que ir a un ahogamiento".
La sensación es la de que ha habido suerte. "El problema no es una medusa en sí, el problema es una alergia. No puedes ir a pinchar adrenalina si no tienes botiquín. ¿Desde dónde tiene que ir alguien a pinchársela? Tiene que ser un sanitario, y no hay enfermeros en la playa". El año pasado falleció una persona. Pudo ser un ataque al corazón en pleno baño, indica. Ya en La Puntilla estuvo en una situación grave un hombre pero salió adelante. ¿Es seguro bañarse en El Puerto?, se le pregunta. "Los trabajadores del servicio de Salvamento están muy preparados. Hay experiencia, sabemos resolver problemas. Pero vamos a la falta de personal. Por falta de trabajadores, El Puerto no es seguro".
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