“De este conflicto tiene que salir un Sáhara mucho mejor. Los saharauis tienen derecho a la vida, y no a vivir en los campamentos, que es el peor sitio del desierto. La guerra va a ser larga y los marroquíes van a tener que retirarse, eso creo, los saharauis no pueden ir más que hacia la victoria, a recuperar su libertad”, expresa Fernando Peraita, presidente de la Asociación de Ayuda al Pueblo Saharaui de Sevilla, que viene organizando concentraciones de forma periódica en la capital hispalense para que no se olvide la causa que defiende su pueblo.
El Frente Polisario, que gobierna la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), y Marruecos, llevan en guerra desde el pasado mes de noviembre. Entonces, los saharauis bloquearon el paso hacia Mauritania al entender que el gobierno marroquí llevaba tiempo incumpliendo el acuerdo de paz firmado en 1991. Marruecos considera la zona entre el puesto y la frontera como tierra de nadie y el Frente Polisario lo considera territorio propio. La región del Guerguerat, considerada prohibida para los ejércitos de ambas partes, está bajo control de la Misión de Naciones Unidas para el referéndum en el Sahara Occidental (Minurso), la fuerza de cascos azules que lleva casi tres décadas sobre el territorio para organizar el referéndum de autodeterminación pactado, pero nunca realizado.
"Los saharauis no podían aguantar más, estaban ya desesperados por la situación. En los campamentos no se puede estar”, expresa Peraita a lavozdelsur.es, para quien esta guerra “sólo puede acabar con victoria saharaui, no tiene otra salida”. El representante de la Asociación de Ayuda al Pueblo Saharaui de Sevilla asegura que realizarán concentraciones cada 15 o 20 días y que está prevista la celebración de una marcha en Madrid, entre mayo y junio, en defensa de la causa saharaui, si las condiciones sanitarias lo permiten.
El reciente anuncio del Gobierno central, que informó de la firma de un contrato con Marruecos para que Navantia construya un patrullero para el país marroquí, le parece a Peraita un hecho “gravísimo”. “Que en tiempos de guerra le vendan a Marruecos una fragata para matar a saharauis, amparándose en que da empleos —hasta 250, según la ministra María Jesús Montero—, pone a los obreros en una situación terrible, aceptando un trabajo que conduce a la muerte de saharauis”. Aunque no espera “nada” del Gobierno español, porque “siempre ha estado del lado marroquí”, se queja de la “sumisión” ante el reino marroquí.
El Gobierno de coalición, formado por PSOE y Unidas Podemos, está dividido en este conflicto. El Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, que dirige Arancha González Laya, ministra independiente aunque más cercana a los postulados socialistas, mostró al inicio del conflicto “la importancia de la estabilidad en esta región estratégica, eje clave entre África y Europa”. El vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, por su parte, pidió en redes sociales la celebración “sin más demora, un referéndum libre, limpio e imparcial para la libre determinación del pueblo del Sáhara Occidental”.
Los saharauis también se encontraron, hace unas semanas, con el inesperado reconocimiento del Sáhara como territorio de Marruecos, por parte del presidente saliente de EEUU, Donald Trump. “Lo lógico seria que Biden no reconociera la marroquinidad del territorio saharaui”, incide Fernando Peraita, aunque añade: “No creo que los americanos aguanten esa posición tan dura”.
“Volvemos al punto de partida, al 6 de septiembre de 1991, cuando se firmaron los acuerdos de paz”, sostenía Mohamed Zrug, representante del Frente Polisario en Andalucía, en declaraciones a lavozdelsur.es, hace unos meses. “El Frente Polisario, bajo una fuerte demanda del pueblo saharaui, no ha tenido más remedio que defenderse”, reseñaba, declarando el estado de guerra para “defender la parte liberada y exigir responsabilidades a la ONU”.
“Marruecos ha seguido haciendo todo tipo de fechorías, alterando el mapa social de la población a través de grandes oleadas de colonos, algo contrario al derecho internacional, violando derechos humanos y explotando y esquilmando los recursos naturales”, insistía Mohamed Zrug. “El Frente Polisario es el legítimo representante del pueblo saharaui”, abundaba, “y durante los últimos años ha alertado de los peligros derivados de la escalada de violencia vivida en la zona”.
“Es lamentable que no se lo hayan tomado en serio las mismas potencias que han menospreciado al pueblo saharaui creyendo que es incapaz de defender a su país”, decía Zrug. Y señalaba a dos países: “Francia y España tienen que ser conscientes de que jalear a un régimen déspota y colonial —en referencia a Marruecos— no puede llevar a resultados distintos a los que se ha llegado”. “Los saharauis están solos y tienen que combatir hasta la victoria”, insiste Fernando Peraita, de la Asociación de Ayuda al Pueblo Saharaui de Sevilla.