En la calle Nueva de Jerez, en el flamenco barrio de Santiago, hace tiempo que están acostumbrados a escuchar gritos y peleas constantes. Hace unos años, los sones eran otros. Bulerías, fandangos, soleás, seguiriyas... Ahora, enfrente de la desaparecida peña Los Juncales, hay tiroteos. Y bronca a menudo.
No deja de ser curioso que el último incidente se produzca en la víspera del Día del Flamenco, que se celebra este 16 de noviembre, justo enfrente de la recordada peña. Donde antes brotaba el flamenco y las juergas se prolongaban hasta altas horas de la madrugada, ahora hay un solar y un muro medio derrumbado. A pocos metros, en el número 32 de la calle Nueva, se pueden ver dos agujeros provocados por los disparos que en la noche de este miércoles sobresaltaron a los vecinos.
En torno a las 22.15 horas del miércoles, dos personas dispararon contra otra, que recibió varios impactos. De momento, según fuentes consultadas por lavozdelsur.es, no se teme por su vida. En un primer momento, fue trasladado al Hospital de Jerez, para ser derivado al Hospital Puerta del Mar de Cádiz, donde permanece ingresado con pronóstico reservado.
La Policía Nacional busca ahora a los autores de los disparos, acusados de un presunto delito de homicidio en grado de tentativa. En la mañana de este jueves, agentes y miembros de la Policía Científica recababan datos en el lugar de los hechos. Un cordón policial impedía el paso a ambos lados del bloque de pisos, de apenas tres plantas, donde hace tiempo que la tranquilidad es una quimera.
A las 10.05 horas, se disuelve el dispositivo policial, y la calle Nueva vuelve a su tradicional ajetreo. Un vecino hablando por teléfono, otra residente que viene de hacer las compras, cargada de bolsas... "Esto es criminal, lo que hay aquí", comenta uno.
"Aquí no se puede vivir", agrega una vecina, que lleva dos décadas en la calle. Ella paga su alquiler, no se entromete en los asuntos turbios y asegura que la convivencia es todo lo normal que puede ser cuando tienes como vecinos a personas relacionadas con el narcotráfico.
El espíritu de la calle Nueva no es ni mucho menos el de hace unas décadas. En la mencionada peña Los Juncales eran habituales las fiestas flamencas, con presencia de vecinos de la zona, como los Cantarote, los Zambo, los Junquera... como antes estuvieron Fernando Terremoto, Manuel Morao, Tío José de Paula, Gregorio Tío Borrico, Manuel Soto Sordera... O donde acudía Camarón. Noches inolvidables que se antojan muy lejanas.
Desde hace unos años, reinan en la calle miembros de un clan, procedentes de Jaén, que tenían el punto de venta de cocaína y heroína más activo de todo Jerez. La ex alcaldesa Mamen Sánchez, en septiembre de 2022, decía que este clan "ya no está en el barrio, lo que supone una buena noticia para los vecinos". Unos meses antes se había llevado a cabo una operación policial —Operación Invernadero—, que acabó con la detención de cuatro personas —algunas de ellas con más de una decena de detenciones previas—, y con la interrupción de su plan: extender el negocio de la droga a Picadueña Alta.
Los carteles que alertan de que la calle Nueva es una "zona videovigilada" son bien visibles, pero eso no coarta las intenciones de quienes siguen delinquiendo, a pesar de los amplios dispositivos policiales desplegados en esta arteria del barrio de Santiago. Las operaciones para intentar controlar la delincuencia y el tráfico de drogas existen, pero el problema persiste.
En varios bloques de la calle Nueva hay inquilinos que viven como ocupas, "enganchados a la luz y el agua", cuentan vecinos, que hablan de los numerosos problemas que sufren, pero que no se entrometen en los asuntos de estos clanes por miedo a represalias. "Con nosotros no se meten, mientras se peleen entre ellos...", es un comentario recurrente de unos vecinos que añoran los años dorados de la calle Nueva.
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