El 21 de enero se cumplieron cien años del nacimiento en la calle Sol de Lola Flores. Un acontecimiento que se celebró por todo lo alto en Jerez y que dio el pistoletazo de salida a un buen número de actos y homenajes que se realizarán en todo el mundo con motivo del centenario de una artista universal.
Con motivo de esta efeméride, en algunos foros se ha abierto el debate sobre la jerezanía o no de La Faraona, argumentando los más críticos que Lola ni siquiera está enterrada en Jerez. Sus restos descansan en el madrileño cementerio de La Almudena, donde también están enterrados su hijo Antonio Flores y El Pescaílla.
En el año de su centenario, con muchas miradas apuntando al estado en el que se encuentra la casa en la que nació en Jerez, ¿en qué situación está el panteón familiar donde descansa eternamente la irrepetible artista?
Territorio Necrópolis, una cuenta de YouTube que rinde visita a tumbas curiosas y célebres, ha visitado recientemente el mausoleo de la familia Flores.
Las esculturas en bronce de Lola y su hijo Antonio, en tamaño natural, con un ramo de flores a sus pies, dan la bienvenida al lugar. En el interior del panteón, con un cuadro de la Virgen del Rocío presidiendo la sala, se encuentran los tres sarcófagos donde reposan los cuerpos de los artistas.
Un par de jarrones con flores y varias fotos familiares son los únicos elementos que adornan la última morada de La Faraona. Su tumba es de las más visitadas del cementerio madrileño junto al muro de las Trece Rosas y el Monumento a los Caídos.
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