El 26 de enero de 2020, Laura Espinosa, una joven de 14 años, se quitó la vida. Antonia y Yolanda, sus padres, encontraron su cuerpo en su habitación y, desde entonces, llevan cinco años luchando para demostrar que la muerte de su hija fue debido a la violencia escolar que sufrió en el colegio Sagrada Familia de Cornellà (Barcelona).
En la habitación de Laura había dibujos y notas que dejó y que la Policía no encontró en la inspección que realizó. Sus padres fueron también los que hallaron estas pruebas que ahora, junto a testimonios de compañeros que ya son mayores de edad y han perdido el miedo a hablar, van a permitir que se reabra un caso que quedó archivado.
"Conocimos a una nueva abogada y le ha dado un vuelco al caso, consiguiendo su reapertura. Esperamos que la justicia haga su trabajo y la Policía investigue. Es lo único que nos queda", ha señalado Antonio en el programa Código 10 de Cuatro.
Yolanda, su madre, ha recordado aquel fatídico día: "Era una niña buenísima, no se metía en problemas. No había traído nunca nada en la agenda. Un domingo normal estábamos aquí en casa, ella haciendo las cosas porque dice que no había adelantado mucho. Fui al mercadillo a comprarle unas medias para el cole, dijo que no venía. Hicimos una paella, ella dijo que no tenía mucha hambre. Cuando eran casi las seis de la tarde, le dije a mi marido que le dijese a Laura que saliese, que iba a hacer unas palomitas y que ella eligiese la película. Cuando piqué a la puerta, pues ya está". Fin.
Por favor, retuitea.
— José Manuel López Viñuela - Padre de Kira López (@JMporKiraLopez) March 5, 2025
🔴Tienes que verlo. Seguramente vas a llorar, pero esto sigue pasando. Ayer 4/3/25 estuve en @Codigo10tv@cuatro hablando del caso de Laura Espinosa, alumna del Sagrada Familia de Cornellà (Barcelona) que se quitó la vida con 14 años por presunto acoso… pic.twitter.com/CxLuSlDyUX
Un final que, como en la gran mayoría de víctimas de la violencia escolar, se intentó silenciar por parte de instituciones y administraciones. Una muerte que, una vez más, se trató de tapar para beneficio de los presuntos acosadores y sus cómplices.
A la crueldad de la violencia escolar se sumó también la inhumanidad mostrada por algunos compañeros de su clase que llegaron a hacerse selfis con el féretro de Laura. "Vinieron los compañeros de la clase riéndose, jugando y teniendo una actitud un poco rara. A Laura la han matado ellos, me dijo mi sobrina, que estaba estudiando magisterio. Había compañeros suyos haciéndose fotos con el féretro de mi hija. Haciéndose selfis y cachondeándose de la situación", ha narrado Antonio. Yolanda ha añadido que "una madre me confirmó que a Laura le estaban haciendo acoso escolar".