Cruzar el mar en busca de una nueva vida es el objetivo común de las 31.763 personas migrantes que llegaron a España en 2022, según el Balance Migratorio de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA). La provincia de Cádiz registró 2.245 llegadas, 427 en embarcaciones. Muchos de los migrantes que huyen de la violencia y de la vulneración de sus derechos humanos acaban en Algeciras, puerto al que llegó Yassine Kanjaa, el marroquí de 25 años que asesinó al sacristán Diego Valencia.
El crimen de este yihadista fomentó el racismo hacia una comunidad abocada a tener que defenderse cada vez que un radical acomete fechorías. Esto, ni es el islam ni son las intenciones de la mayoría de las personas que cruzan el Estrecho. Oulaid El Bachiri, de 20 años, también marroquí, natural de Nador, llegó a España con 14 años en una patera. Desde hace un año y seis meses, es jefe de cocina del restaurante El escondite, en Conil, fundado por el madrileño Íñigo Oller.
“Nosotros no hacemos cosas malas, solo buscamos trabajo, no queremos hacer nada malo, solo vivir y ayudar a nuestras familias que están en Marruecos”, dice el joven sentado en el bonito patio de la antigua casa de Doña Lola, finca del siglo XIX donde se instaló el restaurante hace unos dos años.
Tras cuatro años en centros de menores e incluso malviviendo en edificios abandonados, el joven decidió cambiar el rumbo de su historia. “Pasé días en la calle, tienes que aguantar”, dice cabizbajo. En 2020, cuando cumplió la mayoría de edad, puso de su parte para salir adelante. Se enteró de la existencia de Afasode, la Asociación de Familias Solidarias para el Desarrollo de Chiclana, y se puso en contacto con ella.
“No tenía a nadie en España y Juan Molina, el secretario, me ayudó”, comenta Oalid a lavozdelsur.es ataviado con el uniforme de trabajo. Acaba de limpiar una lubina que, en unos minutos será devorada por un grupo de alemanes amantes de la cocina tradicional. Él fue uno de los 27 jóvenes extutelados por la Junta de Andalucía a los que ayudó esta asociación a través de su proyecto Emprendiendo el vuelo.
Gracias a ellos, Oalid estuvo durante unos seis meses bajo un techo mientras encontraba un trabajo que le permitiera ser independiente. “Entré como fregadero en un restaurante de Chiclana, pero solo tres meses y terminó la temporada”, explica Oalid, que chapurrea el español tímidamente.
Tras su primera experiencia laboral, Juan Molina le ayudó a buscar una segunda y acabó en Conil, donde ha podido emanciparse. Desde hace casi dos años vive en una casa con un amigo en este municipio gaditano arropado por el turismo.
"No puedo olvidar el favor que me han hecho"
“Yo no puedo olvidar este favor que me ha hecho Juan, cuando fui me dio comida, me dio una habitación para dormir, y me ayudó a buscar mi trabajo. Él me ha ayudado mucho”, expresa el marroquí agradecido desde el restaurante donde comenzó fregando platos y, en muy poco tiempo, ha ido subiendo escalones.
De pinche pasó a segundo de cocina y ahora hace las funciones de jefe de cocina. Si íñigo le deja solo, se queda tranquilo porque, según cuenta el dueño, se desenvuelve como pez en el agua. “Con él he aprendido muchísimo”, dice Oalid tras servir consomé caliente en un día de fuerte viento.
Hay que preparar los platos, pero se muestra sosegado. Sus movimientos transmiten que está todo bajo control. En la cocina hay comida muy distinta a la que solía comer en su tierra natal. “Me gusta la ensaladilla rusa. Como soy musulmán no puedo comer cerdo, pero si como pescado”, cuenta el joven que, cuando cuelga el uniforme, aprovecha para entrenar en el gimnasio.
El que la sigue, la consigue. Con su esfuerzo y dedicación ha logrado encauzar su vida y tener un sueldo. “Vine a España par buscar una vida mejor. En Nador no hay mucho trabajo, y te puedes encontrar un trabajo pero no vas a cobrar mucho”, expone.
Ahora, tras luchar contra las dificultades, dejarse ayudar y mantener una actitud admirable, Oalid disfruta de su puesto. Él es consciente de que “muchos niños vienen aquí para cumplir sus sueños y muchos están en la calle”, por ello, lanza un mensaje de ánimo. “Yo no puedo creer que vine y estoy trabajando ahora mismo. Tenéis que buscar trabajo, buscar para mejorarte. Solo cuando tienes ganas vas a encontrar algo mejor”, expresa el marroquí, que considera que “en España hay muchísimo trabajo”, en comparación con su país.
Oalid, que acaba de volver de las vacaciones y de haber visto a su familia, es el rostro de la superación y la perseverancia. Los sueños de cumplen. Todo tiene su recompensa.
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