El Teléfono de Notificación de Situaciones de Maltrato Infantil (900 851 818) de la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación recibió durante 2020 un total de 4.583 llamadas de menores, lo que supone un descenso del 19,54% respecto al año anterior. La mayoría de las llamadas a este servicio gratuito de la Junta de Andalucía, 3.254, fueron comunicaciones por posibles situaciones de maltrato, que generaron 2.860 expedientes en las diferentes delegaciones territoriales relativas a 4.687 niños, niñas y adolescentes.
El confinamiento domiciliario en el primer semestre del año provocado por el coronavirus complicó las posibilidades de comunicar o visibilizar los casos de malos tratos, según la Consejería. Pero también las opciones de denunciarlo de forma anónima, al convivir de forma permanente los y las menores con las supuestas personas que les maltratan.
En palabras de la Consejera Rocío Ruiz, "la invisibilidad en que pudieron quedar muchos niños y niñas ante las circunstancias de aislamiento en los hogares, que dificultaba detectar posibles situaciones de maltrato en el ámbito familiar, fue una de nuestras mayores preocupaciones durante el confinamiento".
Por este motivo, se mantuvieron operativos durante el estado de alarma los teléfonos de atención a la infancia y adolescencia, con lo que pese a reducirse el número de llamadas respecto al año anterior, el número de derivaciones por posibles casos de malos tratos apenas varió respecto al año anterior. Sin embargo, se ha incrementado en 6,64% el número de niños, niñas y adolescentes implicados en las posibles situaciones de maltrato, 4.687 frente a 4.395.
Junto a posibles situaciones de maltrato infantil en el ámbito familiar, se detectó también un número relevante de llamadas para alertar sobre "incumplimientos" de las medidas establecidas en el confinamiento con la finalidad de proteger a los y las menores, así como las relativas a la ocupación de inmuebles en mal estado durante ese periodo. Los técnicos también constataron numerosas llamadas dando cuenta de dificultades para respetar el régimen de visitas establecido durante el estado de alarma en caso de separación o divorcio, y que provocaron situaciones de incomunicación respecto a alguno de los progenitores.
La situación de tensión vivida en el interior de algunos hogares andaluces fue también objeto de llamadas de menores, que relataron episodios de violencia física por parte de alguno de sus progenitores o de la pareja sentimental de alguno de ellos. Pero también hubo una mayor implicación ciudadana a la hora de proteger a los más vulnerables, y se percibió un aumento de llamadas de vecinos o allegados alertando de estos posibles casos de malos tratos.
La mayoría de las comunicaciones hacían referencia a situaciones de maltrato emocional (38,3% de las llamadas, 1.757) o físico (28,5%, 1.307 llamadas). Asimismo, el 27,1% de las consultas tenían que ver con posibles casos de negligencia o abandono de las necesidades físicas y psicológicas básicas de un menor (1.243) o incluso violencia sexual (2,8% de las llamadas, 128 casos). Hay que tener en cuenta que un mismo menor puede sufrir varios tipos de maltrato, de ahí que no coincida el número de situaciones denunciadas con el número total de denuncias.
El resto de llamadas correspondieron a información sobre casos ya notificados, comunicación de situaciones no consideradas como maltrato infantil, orientación, apoyo y asesoramiento sobre maltrato, solicitudes de información sobre cuestiones no relacionadas directamente con el maltrato infantil y comunicaciones de pornografía infantil, violencia sexual y casos de abandono de centros de menores.
Respecto al sexo de los y las menores implicados, el 49,58% (2.324) fueron hombres, el 45,30% (2.123) mujeres, y se desconoce para el 5,12% restante (240). En relación con la edad, el 27,33% (1.281) tenía entre 0 y 5 años; el 32,71% (1.533) entre 6 y 11 años; el 32,86% (1.540) se encontraba entre los 12 y 17 años, y se desconoce la edad para el 7,10% restante (333).
Sobre el origen de las llamadas, en el 3,99% de los casos derivados a los servicios competentes fueron los propios niños, niñas o adolescentes afectados quienes realizaron la llamada (114), frente al 9,44% de comunicaciones realizadas por familiares (270). Otras 38 llamadas (1,33%) fueron realizadas por vecinos o allegados, un 0,42% corresponde con llamadas de profesionales (12), y en el 84,82% de los casos derivados las personas no facilitaron esa información (2.426).
El confinamiento también tuvo incidencia en el volumen de llamadas recibidas en el resto de líneas de atención a la infancia. Así, en el teléfono de información general en materia de infancia y adolescencia (900 92 11 11) se recibieron a lo largo del pasado año 1.046 llamadas, un 19,48% menos respecto a las 1.299 del año anterior. De la misma manera, en la Línea de Ayuda a la Infancia (116111) se recibieron durante 2020 un total de 71 llamadas, un 35,4% menos que en el periodo anterior, de las que 62 (87,32% fueron realizadas por personas adultas.