El diestro Rafael de Julia ha anunciado este fin de semana a través de un comunicado en sus redes sociales que deja temporalmente los ruedos "por un tiempo indefinido" debido a su "estado de salud". La decisión llega tras su deslucida actuación el pasado 23 de marzo en Las Ventas, donde mostró una inusual falta de reflejos y fuerza ante los toros de Adolfo Martín, llegando a estoquear tres reses tras la cornada sufrida por su compañero Damián Castaño.
El torero de Torrejón de Ardoz enfrenta un problema de salud mental aún sin diagnóstico definitivo. Aunque De Julia no ha especificado la naturaleza de su dolencia en su mensaje, ha prometido informar en las próximas semanas sobre su "evolución y cuadro clínico" a aficionados y seguidores.
El comunicado del matador agradece las muestras de apoyo recibidas y deja claro que su "llama no se ha apagado", expresando su deseo de volver a vestirse de luces. Sin embargo, este parón le impedirá actuar en la esperada corrida goyesca del 2 de mayo en Las Ventas, Día de la Comunidad de Madrid, donde estaba anunciado junto a Francisco José Espada y Diego García, quien confirmará su alternativa con toros de Baltasar Ibán y Luis Algarra.
La actuación de marzo, que generó preocupación y críticas entre aficionados y prensa, parece haber sido el detonante de esta decisión. Aquella tarde, la falta de vigor físico y concentración del torero contrastó con su trayectoria, marcada por momentos gloriosos como la tarde del 20 de mayo de 2001 en la Feria de San Isidro, cuando abrió la Puerta Grande de Las Ventas tras cortar dos orejas a toros de Carriquiri y Astolfi.
De Julia, que tomó la alternativa en 2001 de manos de Uceda Leal en el coso madrileño, es una figura arraigada en la tauromaquia española. Desde 2014 forma parte del equipo docente de la Escuela de Tauromaquia de la Comunidad de Madrid José Cubero 'Yiyo', donde ha transmitido su conocimiento a nuevas generaciones de toreros.
Una carrera en suspenso
El anuncio ha conmocionado al mundo taurino, que ahora espera novedades sobre su salud. Mientras, el diestro se centrará en su recuperación, dejando en suspenso una carrera que ha combinado éxitos en los ruedos con una labor formativa clave para el futuro de la fiesta.
Este caso reabre el debate sobre la presión psicológica en el toreo, un arte donde el riesgo físico y mental es inherente. La reacción de apoyo al torero refleja la solidaridad de un sector acostumbrado a lidiar con la adversidad, pero también consciente de la fragilidad humana tras el traje de luces.
De Julia se suma así a la lista de toreros que han afrontado públicamente problemas de salud mental, rompiendo tabúes en un entorno tradicionalmente reacio a hablar de estas vulnerabilidades. Su futuro en los ruedos dependerá ahora de su recuperación, mientras la afición aguarda noticias con la esperanza de verlo pronto de vuelta en la arena.