Una tragedia histórica con casi 100 muertes que evidencia la vulnerabilidad de España ante el cambio climático

La DANA que ha azotado el Levante peninsular no tiene precedentes en el terrible contador de muertes, que apunta a que seguirá subiendo

Inundaciones por la terrible DANA, que evidencia la exposición de España ante el cambio climático.

Los recuentos de distintas administraciones han elevado la cifra hasta las 95 muertes a consecuencia de la peor gota fría acontencida en España. Es el mayor desastre natural en lo que a pérdida de vidas humanas se refiere desde que hay registros. Apenas alcanza la historia para cifrar eventos relacionados con la naturaleza que superen estos hechos. Hay que acudir a libros de historia y sus estimaciones para pensar en eventos al estilo del maremoto de Cádiz de 1755.

Porque con la última actualización de datos, el suceso que se ha centrado principalmente en la provincia de Valencia supera ya a la tragedia de Biescas, la más reciente de entre las de mayor gravedad en los últimos tiempos. Además, la Generalitat Valenciana advierte de decenas de desaparecidos. Se darán imágenes propia de sucesos ocurridos en otros países, la de encontrar personas con vida bajo los escombros pasadas horas o incluso días. Pero también hay que asimilar que las cifras de muertes seguirán creciendo.

Un evento extremo de los que ocurrían con poca frecuencia. Pero que son cada vez más graves, de mayor intensidad, y que se repiten con más frecuencia, como expresaba el catedrático de la Universidad Pablo de Olavide del área de física de la tierra David Gallego Puyol: "Es uno de los eventos más extremos de las últimas décadas en el clima en España, bastante anómalo e influenciado por el cambio climático".

España afronta tres días de luto oficial en todo el país, coincidente con celebraciones como el Día de Todos Los Santos y la más festiva Halloween, celebraciones que se están cancelando en muchas localidades. Además, está por concretarse qué zonas son declaradas catastróficas. Habrá consecuencias, como uno de los mayores desembolsos de la historia para el Consorcio de Compensación de Seguros, el organismo público que afronta las indemnizaciones en casos como este, ya que si las empresas privadas compensaran masivamente a todos los tomadores, su continuidad sería casi imposible.

En clave política, este suceso ha abierto un debate sobre las medidas de prevención, especialmente en la Comunidad Valenciana. A su llegada al poder, hace un año, suprimió la Unidad de Emergencias Valenciana, a la que desde el PP calificaron de "chiringuito". "La Unidad Valenciana de Emergencias, primer organismo de Ximo Puig suprimido por Carlos Mazón. Es el primer paso de la reestructuración del sector público anunciada por el Gobierno Valenciano", señalaban los populares en un tuit. Igualmente, desde la Generalitat insisten en que no ha supuesto una pérdida de recursos ni de coordinación. 

Pero más allá de disputas concretas que se ciñan a una comunidad autónoma, casi un centenar de muertos son un aviso de sobra para poner nombres y apellidos a que el cambio climático es un riesgo para el ser humano. Y que España está especialmente expuesta. Y dentro de España, además, las ubicaciones costeras. Así lo recordaba Juanma Moreno en el Congreso Internacional sobre Cambio Climático celebrado en Jerez hace justo una semana.

Y este evento, como advierte el doctor Gallego Puyol, tiene completa relación con este cambio climático. En esta ocasión, han convergido un aire caliente procedente del Mediterráneo con un aire frío procedente del Norte de Europa, que se había desplazado. Algo que no es tan extraño, y por eso a menudo la Península ha recibido lluvias fuertes. Pero no a estos niveles. Se produce este fenómeno apenas un mes después de que en un islote de Baleares una boya de control registrara la temperatura del mar en 31,87 grados. Este verano, con otro récord previo en agosto basado en la media de todas las boyas de control, el Mediterráneo alcanzó su temperatura máxima histórica, 28,15 grados. El Mediterráneo superó la temperatura de aguas del Caribe, ese mar donde se generan temporales con frecuencia.

Esa DANA, además, desplazaba su centro a las provincias de Cádiz, Huelva y Sevilla. Un aviso nivel rojo de la Aemet ponía sobre aviso a miles de ciudadanos. Exactamente como avisaba Gallego Puyol, el problema de estos eventos es que son imprevisibles. Explicaba que puede cumplirse y sobrepasarse la peor expectativa, y a la vez que no llueva absolutamente nada. Pero las condiciones para tomar precaución se dieron, con la mirada puesta en lo ocurrido en Valencia. Si finalmente hubieran caído los 120 litros adicionales a los casi 100 que cayeron antes, y sobre todo, en periodos muy cortos pero muy intensos, las inundaciones en Jerez del miércoles podrían haber provocado situaciones de riesgo para las personas. Ya iniciada la noche, parece que el riesgo se diluye. Pero es un aviso. Porque por más que tantas personas han iniciado el día conociendo detalles sobre lo acaecido en Valencia, lo cierto es que situaciones como tratar de mover el coche en lo peor de la lluvia, o adentrarse en zonas anegadas, ha vuelto a darse en Jerez, solo que sin las terribles consecuencias de la noche anterior en la Comunidad Valenciana. Después de este 30 de octubre, una tragedia histórica en España, no podremos decir que no sabíamos en qué se traduce el cambio climático. Episodios extremos, impredecibles, más frecuentes, más trágicos.