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El pasado 9 de enero, Alma, la hija de Anabel Pantoja y David Rodríguez, ingresaba en el Hospital Materno Infantil de Gran Canaria. Su estado era bastante delicado y una buena parte de la familia, incluida Isabel Pantoja, se desplazó hasta tierras canarias para acompañar a la influencer en tan delicado momento.
Sobre el motivo del ingreso de la pequeña no se comentó absolutamente nada hasta que el Tribunal Superior de Justicia de Canarias publicó un comunicado en el que informaba del inicio de una investigación para "aclarar las causas y el mecanismo de producción de lesiones apreciadas en la bebé, considerando únicamente su interés superior".
Aquí comenzaba lo que Anabel Pantoja ha relatado como un calvario. "Esto es una pesadilla, pero confiamos en la justicia", ha indicado a la revista Lecturas. Una pesadilla que tendrá que alargarse al menos durante los seis meses que durará la instrucción del caso, en el que tendrán que declarar desde los médicos que asistieron a la pequeña hasta testigos y personal de asuntos sociales.
Tras recabar todos los testimonios, el juez tomará una decisión sobre si se inicia una causa judicial contra la pareja o se archiva el caso, entendiendo que los hechos ocurridos no fueron constitutivos de delito.
"Hemos vivido una situación muy desagradable. Se nos comunica y se nos cae el mundo al suelo. ¿Cómo puede ser? ¿Qué ha pasado? Vamos a darlo todo y, por supuesto, colaboramos. Y vamos a contarle al juez lo que ha ocurrido para que todo quede claro", ha confesado la sobrina de la tonadillera a Lecturas.
Sobre su declaración ante el juez, Anabel Pantoja ha relatado que "no nos defendimos de nada porque lo único que hemos hecho es amar, cuidar y proteger todo lo que tenga que ver con mi hija. Espero que entendáis el dolor por el que estamos pasando".