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La Virgen más pequeña de Andalucía, de 11 centímetros, da el salto a la gran pantalla

Villaverde del Río, un pueblo sevillano que no se concebiría sin su milenaria Virgen de Aguas Santas, vive estos días la revolución de que sus milagros lleguen al cine con un filme, 'El tamaño del corazón', en el que han participado, durante tres años, más de 150 vecinos

La Virgen de las Aguas Santas, Patrona de Villaverde del Río, solo mide 11 centímetros de altura.
La Virgen de las Aguas Santas, Patrona de Villaverde del Río, solo mide 11 centímetros de altura. MAURI BUHIGAS
18 de febrero de 2025 a las 20:07h

Cuenta quien presenció el momento en el Ayuntamiento de Villaverde del Río que incluso cuando empezó a gobernar un alcalde de IU, hace ya varios lustros, poco dado a los rezos, este mandó quitar de su despacho muchos símbolos que no le agradaban. El regidor asistió a la severa limpieza hasta que alguien fue a quitar el cuadro de la Virgen de Aguas Santas, la Patrona del municipio, coronada canónicamente en 1979, y entonces fue el propio alcalde quien dio una voz y alzó la mano para frenar el despropósito. “La Virgen se queda ahí”, dicen que advirtió. El gesto lo dice todo de lo que representa esta Patrona, gobierne quien gobierne, en este pueblo sevillano de 7.800 habitantes en cuya hermandad está apuntada más del 60% de la población y que ahora está volcada en la promoción de una película sobre su Virgen en la que han trabajado, a destajo y durante casi tres años, más de 150 vecinos de todas las edades. 

La película, El tamaño del corazón, se ha estrenado hace solo unos días, simultáneamente, en el cine Cervantes de Sevilla y en la Casa de la Cultura del municipio. Y el lleno ha sido tan apoteósico en todos los pases –que continúan esta semana, incluso con listas de espera- que hasta el alcalde actual, el socialista José María Martín, se ha envuelto en la única bandera en que se ven reconocidos todos los villaverderos. “Habría que ser muy valiente para no ser de nuestra Patrona”, confirma el primer edil de Villaverde, consciente de que “la devoción por Ella está por encima de la política”. Martín recuerda que “no hay ni una sola familia en todo Villaverde que no tenga por lo menos una mujer que se llame Aguas Santas”. 

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Ermita de Aguas Santas, donde hay una réplica de la Virgen que data de 1907 y en cuya explanada exterior se celebra la romería en su honor a finales de mayo. MAURI BUHIGAS
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Carlos de Luna, el director de 'El tamaño del corazón', posa delante del cartel proyectado en la sala de la Casa de la Cultura de Villaverde. MAURI BUHIGAS

Es fácil comprobarlo paseando simplemente por estas calles, entrando en cualquier establecimiento, en la plaza de Andalucía, en la parroquia de la Purísima Concepción: en todas partes se encuentra a una Aguas Santas o Agüi, cariñoso diminutivo que aquí facilita el discernimiento entre abuelas, madres o nietas o entre compañeras de trabajo. “Llegará el día, con lo avanzados que vamos, en que también podremos bautizar a los hombres como Aguas Santos, ¿por qué no?”, se atreve a profetizar el alcalde. “Sería un orgullo y también los hombres tenemos derecho a llevar el nombre de nuestra Patrona”. 

Una Virgen milenaria

La Virgen lleva viendo pasar regidores por la localidad desde el arranque más remoto de la Edad Media, es decir, desde la época visigoda de San Isidoro de Sevilla, pues una de las dos versiones de la leyenda en torno a esta Virgencita de solo 11 centímetros de altura, la más pequeña de toda Andalucía, asegura que fue San Leandro quien se la regaló a su hermano, San Isidoro, pero que unos devotos la ocultaron en las faldas de Sierra Morena con motivo de la invasión islámica. Esta versión la recoge el poeta Alonso Díaz en 1611. La otra versión es de fray Juan Álvarez de Sepúlveda en 1680, según la cual, aunque la imagen se le apareciera a un pastor en tiempos de aquel arzobispo, San Isidoro, la Virgencita acabó tabicada cuando llegaron los musulmanes a la península y no se recuperó hasta la época cristiana, cuando se reveló a un clérigo que la restituyó al culto. En cualquiera de las dos versiones, el lugar de esas faldas de la Sierra es el mismo: un prado de Villaverde del Río junto al río Siete Arroyos. 

Más de un milenio después, en esta misma explanada que es hoy el destino de la Romería de la Virgen de las Aguas Santas el último domingo de mayo, el hermano mayor de la corporación, José Luis Benítez, muestra sendas copias de los libros de ambos escritores del siglo XVII confeccionadas por él mismo. “El gran poema de Alonso Díaz lo mandé copiar de la Biblioteca Nacional, donde solo existe un ejemplar”, explica él mientras repasa sus versos, en cuyas quintillas se narra la leyenda que aquí conocen grandes y pequeños, porque se ha transmitido de generación en generación, en torno al pastor Juan Bueno al que se le apareció la Virgen aunque él, en principio, creyese que era una muñeca. Once centímetros es la longitud del dedo de una mano. “El título de la película, El tamaño del corazón, nos recuerda precisamente qué tamaño es el importante”, explica Benítez, quien además ha sido el guionista del filme.  

El milagro de una muñeca

La película traslada al espectador a unos años indeterminados del Medievo y nos cuenta en lenguaje audiovisual aproximadamente lo mismo que Díaz y Álvarez de Sepúlveda cuatro siglos atrás, a saber, aquella experiencia de Juan Bueno cuando pastoreaba sus cabras mientras el ganado sufría una sequía pertinaz que hizo desaparecer fuentes y arroyos hasta el punto de que, mientras dormía una siesta, el pastor soñaba con ellos, hasta con ríos caudalosos. Al despertar, no pudo creer lo que veía: una caudalosa fuente brotando de una peña y sus cabras bebiendo de ella. Al acercarse al agua para beber él también, descubrió flotando una pequeña imagen de la Virgen que a él se le antojó una muñeca. La metió en el zurrón y, cuando llega a una taberna de pueblo, ya a la atardecida, empeña la supuesta muñeca a cambio de un vaso de vino. La tabernera guarda la Virgencita en un arca y, cuando a la mañana siguiente vuelve el pastor con dos monedas para desempeñarla, la muñeca había desaparecido, misteriosamente, del interior del arca. Juan piensa que la tabernera ha querido quedarse con ella y se marcha enfadado con su rebaño, pero al llegar de nuevo a la fuente descubre que, sobre la peña, está su muñeca. Al querer comprobar con una especie de cuchillo de qué estaba hecha, se sorprende porque le brotan tres gotas de sangre. 

Solo entonces empieza a pensar Juan que no debe de ser una simple muñeca, sino una imagen de la Virgen María. Cuando les cuenta sus percepciones al cura y a las autoridades locales, todo el pueblo acude al lugar de la doble aparición, y disponen llevar la imagen a la parroquia. Y, del mismo modo que había desaparecido del arca de la tabernera, también desapareció de la iglesia, aunque el pastor ya se imaginaba dónde estaba. Juan explica lo sucedido al mismísimo arzobispo de Sevilla, quien envía notarios a Villaverde y dispone finalmente que, mientras tanto, se guarden la imagen y el cuchillo del pastor en un arca de plata dentro del Sagrario. Cuando los notarios confirman la veracidad de lo ocurrido, el arzobispo determina dedicarle a la imagen una capilla en la iglesia mayor, pero, al ir a buscarla, había desaparecido por tercera vez. Y entonces ni Juan Bueno ni el obispo necesitaron más para interpretar que la voluntad de la Virgen era permanecer en aquel lugar, en aquella peña sobre las aguas que Ella había santificado, y por eso se mandó construir la ermita sobre el mismísimo risco, sobre la misma fuente. 

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Detalle de los azulejos que, en la fuente de la ermita, representan gráficamente el proceso de los primeros milagros en torno al pastor Juan Bueno. MAURI BUHIGAS
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La réplica de la Virgen, en su ermita, preside el altar en su risco, representando la leyenda del pastor Juan Bueno al que se le apareció. MAURI BUHIGAS

“Salvo quienes hacen de abuelo narrador y de cura, que son profesionales, todos los demás actores son aficionados que han dado lo mejor de sí para hacer la película realidad”, explica Carlos de Luna, su director, entusiasmado con el resultado en estos días del estreno y recordando “el enorme esfuerzo de todos por buscar localizaciones tanto en Villaverde como en localidades cercanas como Alcalá de Guadaíra, Olivares o Lora del Río, entre otras” incluso en plena canícula del pasado mes de agosto, “pues teníamos que grabar el campo completamente seco para ilustrar las primeras secuencias antes del milagro”. 

Muchísimas familias se han volcado en la producción de la película aportando mobiliario con sabor de época, herramientas y su propio trabajo, pues no han sido pocas las costureras, las maquilladoras o los peluqueros, además de técnicos de la imagen y la fotografía que han trabajado codo con codo para que, como dice el alcalde, “dentro de muchos años quede este documento también histórico que será un orgullo para continuar con la devoción hacia una Virgen de la que se tienen réplicas por toda la comarca”. Muchos de estos objetos utilizados en la película integran ahora una exposición visitable en la planta alta de la Casa de la Cultura.

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Foto de familia de algunos de los vecinos participantes en la película 'El tamaño del corazón' en la exposición sobre el filme que puede visitarse en la Casa de la Cultura. MAURI BUHIGAS

“Hasta en Cantillana tienen una réplica de nuestra Virgen”, dice una vecina que entra en la parroquia de la Purísima Concepción a la atardecida, antes de que el párroco, Mario García, encienda las velas del altar para la misa vespertina. Entre las escasas mujeres de los bancos, el hecho de que haya tres Agua Santas confirma la estadística de la que presume el alcalde. “Mi hija también se llama Agüi”, dice una de ellas. “Y mis dos sobrinas”, añade otra. “Y la devoción no se crea usted que se limita a nuestro pueblo, sino que se extiende por Brenes, Alcalá del Río, Cantillana y hasta Sevilla”, insiste una tercera. El párroco termina de encender las velas del altar mayor y se acerca a la capilla de la verdadera Virgen de Agua Santas, la de los once centímetros que, ataviada con sus ropajes de reina, su peana y su corona, no parece tan pequeña. “La devoción por la Virgen es tremenda entre todos los vecinos”, confirma. 

En rigor, su devoción no solo se extendió por buena parte de Andalucía, sino también por Extremadura y hasta por países latinoamericanos como Ecuador o Perú. Una réplica de la imagen, con solo un centímetro más y facturada por el artista local Antonio Torres Sarmiento, es la que se venera en el ermita desde 1907. 

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El párroco de Villaverde del Río, Mario García; el consiliario segundo e historiador del arte Manolo Porfirio González; y el hermano mayor, José Luis Benítez, frente al altar de su Virgen, la más pequeña de Andalucía. MAURI BUHIGAS
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Los vecinos se han volcado con auténtica pasión en el vestuario de la película, que ahora se expone al público. MAURI BUHIGAS

Una Virgen franciscana

La época de máximo esplendor de la devoción de esta Virgen coincide con los siglos XVI, XVII y XVIII, pues fue en 1595 cuando el prior de las ermitas de este orden, que disponía de un convento cerca de la ermita de Villaverde, se hizo cargo de la misma. Los dieciséis frailes se vinieron a vivir entonces a la propia ermita, que era mucho más pequeña, y como era imposible aviarse en tan poco espacio, decidieron construir otro convento sobre la loma que separa el parque de la ermita del pueblo. De ese otro convento franciscano solo quedan hoy tres grandes muros, pues cuando la Desamortización de Mendizábal los franciscanos no fueron una excepción y el convento terminó expoliado. Desde entonces, 1836, la Virgen de Agua Santas recibe culto en la parroquia del pueblo. 

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Restos del monasterio franciscano que acogió a la Virgen de Aguas Santas en su época de máximo esplendor, hasta la Desamortización de 1836. MAURI BUHIGAS

“Pero, hasta entonces, nuestra Virgen recibía peregrinaciones de muchos lugares y, además, se trata de la Virgen de la provincia que más veces ha ido a Sevilla”, confirma su hermano mayor, que este año deja el cargo después de un lustro. No es casualidad que sea a la capital hispalense porque la leyenda le atribuye un origen sevillano y, además, el propio pueblo de Villaverde era propiedad del Arzobispado de Sevilla desde la época de la conquista cristiana. “Hasta en 11 ocasiones ha ido nuestra Virgen a la capital”, insiste Benítez, “y siempre para remediar alguna sequía o para combatir alguna epidemia”. El itinerario está diversamente documentado: cruzaba el Siete Arroyos y se dirigía a Sevilla por el camino de Alcalá, para cruzar el Guadalquivir por la barca puente. Después atravesaba La Rinconada y llegaba a la capital por la antigua calzada. La primera parada era en el hospital de las Cinco Llagas, hoy Parlamento andaluz. Luego entraba en la ciudad a través del Arco de la Macarena, calle San Luis abajo, hasta la iglesia de San Marcos, donde se le celebraban unos cultos antes de hacer lo propio en la iglesia de San Salvador y en la propia Catedral. 

Del último milagro que se le documenta no se acuerda el hermano mayor, “porque yo entonces solo tenía un año, pero mi madre me lo ha contado miles de veces”. Ocurrió el 18 de febrero de 1963. Había llovido tanto que todo el pueblo se inundó y el agua llegaba a más de un metro en la puerta de la propia parroquia, en lo más alto de la localidad. Entonces, el párroco, Juan Barrios, sacó al porche la imagen de la Virgencita y todo el que pudo rezó desde su casa. “Siempre me ha contado la gente de la edad de mi madre que en pocas horas el pueblo quedó completamente seco”, insiste José Luis mientras explica los azulejos ilustrados de la fuente de Aguas Santas que se sitúa detrás de la capilla, bajo el risco original de la leyenda y frente a la explanada en que se celebra la romería de mayo, una jornada campera en la que se montan casetas y se convive con cante, baile y comida compartida hasta el anochecer. 

El menor de cada casa es de la Virgen

En la romería de mayo, declarada de Interés Turístico Nacional, no es la Virgen quien procesiona hasta su ermita, sino su Simpecado del siglo XVIII. La procesión de la Virgen en sí se celebra, por el pueblo, cada 8 de septiembre. Es la única Virgen que tiene el privilegio de procesionar bajo Custodia. Para colmo, el paso de la Virgen se detiene en cada casa del pueblo. O prácticamente. Porque la tradición literal se ha tenido que volver simbólica en un municipio que en el último siglo no ha parado de crecer. La costumbre de que la Virgen -en cuyo paso lleva un cepillo para recoger limosnas- se detenga en cada casa procede de cuando fue traída “sin nada” desde el convento franciscano hasta la parroquia. “Entonces todas las familias del pueblo abrieron las puertas de sus casas y le ofrecieron a la Virgen todo lo que tenían, empezando por el más chico de sus hijos”, explica el consiliario segundo de la hermandad, Manolo Porfirio González, a la sazón historiador del arte. “La costumbre de que la Virgen se pare en cada casa es una forma de agradecerle al pueblo lo que hizo por Ella, y para cada familia es un orgullo encomendarle al más pequeño de la casa”, añade el secretario de la Hermandad y productor de la película, José David de las Heras

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La Patrona de Villaverde arrastra tanta devoción que casi todo el pueblo forma parte de su Hermandad. MAURI BUHIGAS

El pueblo atardece en paz. Aquí no surgen polémicas cofrades porque la única hermandad de Semana Santa es la de la Vera Cruz, y la Virgen de las Aguas Santas es siempre punto y aparte. Aguas Santas y Victoria son dos hermanas que aparecen en la película, y aún no sospechan que ha sido su Virgen, tan pequeña, la que las ha catapultado al séptimo arte. Por las estampas de la Virgen minúscula sobre el risco en algunos balcones, por el trasiego de los técnicos de la productora de Carlos de Luna en la Casa de la Cultura, y por el gesto de afable respeto que dibuja en su rostro cualquier vecino al que se le pregunta por su Patrona, da igual la edad, uno tiene la sensación de dejar atrás un pueblo entre lejano y en la mano que se enciende a sí mismo, sin dependencias ajenas y modernas, su propia lámpara de la esperanza. 

Sobre el autor

Álvaro Romero Bernal.

Álvaro Romero

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