Tenemos que aguantar las infaustas consecuencias de las ambiciones, los desvaríos y, en definitiva, las taras de unos señores encorbatados que tienen en su mano, a golpe de botón, que la vida de todos cambie de un plumazo
Y no niego que hay mucho politicastro, y mucho vil lacayo tratando de aprovechar la situación para sacar rédito y terminar de hundir a nuestro gobierno, echando mano de bulos
Hemos visto y seguimos viendo a personas que tienden su mano no a compatriotas, sino a otras personas a las que han visto sumidas en la peor de las desgracias
Qué doloroso sería abandonar mi país, cercado por la miseria, para buscar un destino que me dé la felicidad que no me da mi tierra y finalmente darme de bruces con un lugar hostil
Y yo, que en mi adolescencia estudiaba Historia, comparaba lo que leía con el presente que me había tocado vivir y llegaba a una rápida conclusión: qué época más aburrida
Qué bello es vivir es una película que Frank Capra estrenó en el año 1946. Una obra que surge de los escombros de una guerra —la más terrible guerra que el ser humano haya presenciado— como si fuese un clavo ardiendo. Un clavo ardiendo de esperanza para agarrarnos a él y seguir adelante después de tanta destrucción. Hoy toda esperanza ha desaparecido
Cualquiera puede disfrutarla, ya lo decía el profesor Keating de 'El club de los poetas muertos': "Leemos y escribimos poesía porque pertenecemos a la raza humana y la raza humana está llena de pasión"