La Hermandad del Transporte de Jerez recupera este Domingo de Ramos la escuadra de soldados romanos que en la década de los sesenta del siglo pasado empezó a figurar en la hermandad, despareció en 1973 y ahora regresa medio siglo después como la Guardia Romana de Nuestro Padre Jesús del Consuelo.
No se trata solo de un grupo de hermanos que tendrán su misión el Domingo de Ramos. Se han constituido como asociación laica dentro de la cofradía, ya que a lo largo del año desarrollarán actividades benéficas.
A las dos de la tarde salieron de los Claustros, desfilaron por calle Larga y, para reponer fuerzas y comer algo -desde el mediodía estaban concentrados para vestirse-, entraron en el hotel María Luisa. Sobre las tres de la tarde fueron a la escuela de San José para hacer una ofrenda a La Estrella. Volvieron a la calle, tomaron Porvera, Ancha y, en Santiago, se incorporó la banda del Rosario para acompañar a los armaos hasta La Merced.
La hermandad recalca que la iniciativa de recuperar los romanos “ha sido muy meditada” durante dos años hasta que en 2023 se ha querido hacer realidad”. Y renace con una radical transformación. Antaño, fue algo casi improvisado, que se prestó a cierta burla en las calles. Se vestían soldados del antiguo cuartel del Tempul, siendo compensada su participación por parte de la hermandad mediante la entrega de un bocadillo para cada uno de ellos.
Ahora todo es diferente. La cofradía considera que la seriedad con la que se ha dotado esta iniciativa, poco o nada tiene que ver con aquel invento del que era prioste Francisco de la Rosa, que lo puso en marcha emulando a la centuria Macarena.
Son 16 los que conforman esta nueva escuadra con su capitán al frente, cargo que asume el conocido empresario y cofrade de esta hermandad José Ramón Estévez. El diseño de la vestimenta es del mayordomo de la hermandad José Carlos Gutiérrez. La confección de los ropajes es del taller de Bordados y Costura Sacra de José Segura.
Se inspiran en las mismas que visten los romanos que figuran en el paso de misterio por lo que llevarán coraza y casco de metal con unas espectaculares plumas de avestruz; no llevaran lanzas, sí una gladius romana. Su sitio en el cortejo es delante del paso de misterio.
Y ciertamente el atavío es precioso. Delata que todos los elementos que lo conforman son de calidad, desde las telas y cueros hasta la orfebrería de corazas, armas y, especialmente, los cascos emplumados. Evidentemente no es una recreación historicista pero es de enorme vistosidad.
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