Las condiciones climatológicas impidieron la salida de la Hermandad del Prendimiento a las calles de Jerez, pero el mal tiempo no pudo con el fervor popular.
Miles de personas acudieron a Santiago para ver en el interior de la iglesia los pasos del Prendi y del Desamparo. La lluvia cayó, pero en forma de saetas. Una tras otra.
Desde que la hermandad comunicó su decisión de no salir, esos rezos tan especiales que se le cantan al rey de Santiago no cesaron.
Con colas en la puerta para acceder al templo, el reguero de saetas fue continuo. Muchos fueron los momentos emotivos que se vivieron delante de los pasos, como el de una mujer mayor que se puso a llorar desconsolada.
Otro de esos instantes de duende y fe, de pellizco y devoción llegó la saeta de Pedro Montoya Junquera, conocido artísticamente como El Chanquita.
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