Las primeras decisiones no se han hecho esperar. En la medianoche, a las 12, cuando ya era oficialmente viernes, cuando ya era Madrugá, había ya varias hermandades que habían anunciado que no saldrían.
La primera fue la Esperanza de Triana. Una de las hermandades que, en alguna ocasión, más se había atrevido a desafiar al tiempo años atrás.
Alrededor de las doce horas, se sumaban Gran Poder, la Macarena, el Silencio y Los Gitanos. Los cabildos fueron tomando decisiones en base a los últimos partes meteorológicos. Cinco, cuando aún quedaban algunas horas para abrir los templos con sus cruces de guía.
La decepción era enorme en el centro de Sevilla, falto de ese ambiente de noche larga. Poca gente, aunque la que había sí se arremolinaba alrededor de las iglesias y parroquias.
Se han llegado a dar momentos propios de esta jornada, como la presencia de los armaos por las calles del centro, o hasta la venia entre el Gran Poder y la Macarena. Pero la decisión era esperada y hasta aplaudido por los hermanos cuando se comunicaba la decisión.
A estas horas, solo quedaba El Calvario por comunicarlo, que, en principio, quería esperar algo más para tomar la decisión.
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