El llamado sol del Cristo, esa luz que ilumina cada sobremesa de Viernes Santo desde tiempo inmemorial, ha vuelto a hacer acto de presencia para retar la borrasca Nelson, que está dejando una Semana Santa como no se recuerda de malo en lo inclemente del tiempo.
Sin embargo, el Cristo de la Expiración, popularmente conocido como el Cristo de Jerez o el Cristo de los Gitanos, ya está procesionando por las calles de la ciudad rumbo la Catedral para hacer estación de penitencia. Su nutrido cortejo ya procesiona por el barrio de San Miguel rumbo a la Carrera Oficial.
En una plaza del Cristo de la Expiración a reventar de público, ya han sonado las primeras marchas, la primera saeta —a cargo de Luis Jiménez, de la familia de los Salmonetes— a la imagen que tanto fervor genera a su paso, y ya incluso ha salido el segundo de los tres pasos, San Juan, al que le sigue de inmediato la Virgen del Valle coronada.
Unos kilómetros al norte de la ciudad, la hermandad de La Exaltación ya procesiona también por las calles de Las Viñas rumbo al centro de la ciudad, para entrar en Aladro a su hora en el palquillo del arranque de la Carrera Oficial. Quedan pendientes de decidir su salida Loreto y Soledad, que aún tienen margen para barajar los pronósticos que hablan de un empeoramiento de la climatología conforme avance la tarde.
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