Ali Khattab, el sueño de un egipcio en Jerez: "Vine hace 25 años sin nada, aprendí flamenco en la calle"

El artista cairota, amante del flamenco y de la música oriental, ha inventado la "séptima técnica" que permite producir el sonido del laúd árabe en la guitarra, algo nunca escuchado que ya se estudia en la universidad

Ali Khattab reside en el barrio de San Miguel, que considera uno de los baluartes del cante y el toque.

Sueño claro en Jerez. Así se llama una de las canciones del primer disco de Ali Khattab (El Cairo, 1977), publicado hace ya catorce años. Al Zarqa, traducido al castellano “morena de ojos azules”, es toda una declaración de intenciones sobre la hibridación cultural entre Occidente y Oriente. Sin País (2014), su segundo álbum, hace lo propio con la fraternidad entre las diferentes culturas del mundo. “No entiendo lo de las fronteras, todos somos ciudadanos del mismo planeta”, dice durante la entrevista con lavozdelsur.es este artista egipcio, que vino prácticamente sin nada hace 25 años a Jerez, la ciudad donde ha aprendido flamenco recorriéndose sus calles y sus peñas.

“No hice la típica carrera del extranjero que viene a dar clases, iba a la peña La Zúa, a la Bulería, a la de Antonio Chacón… acabé conociendo y haciendo amistad con los grandes flamencos de Jerez”, recuerda el guitarrista, que llegó a intimar con Fernando de la Morena, Moraíto Chico y Juan Moneo El Torta, entre otros. “Ellos me enseñaron de todo, una vez verlos ya coges todas las licencias, en aquellos años había muchas más juergas que hoy”, dice haciendo una dicotomía entre el flamenco de conservatorio y el flamenco de la calle, del que ha bebido desde los años 90.

Sin embargo, Ali no se considera un guitarrista flamenco al uso. Más allá de la interpretación, este maestro de las cuerdas ha querido innovar, creando puentes entre Egipto y Andalucía a través de sus composiciones e incluso de una inédita técnica, que él mismo ha denominado como la “séptima” —teniendo en cuenta las otras seis técnicas de la guitarra— tras nueve años de trabajo. “Me permite imitar el sonido del laúd —también llamado ud—; con el pulgar tú no puedes picar, bajar y subir, pero he inventado esta técnica con la que sí se puede”, explica. Ahora este método se enseña en la Universidad de El Cairo y la próxima semana hará una masterclass para que se conozca en el Festival de la Guitarra de Córdoba.

El guitarrista egipcio considera a Jerez como una ciudad "única", que conserva su identidad en unos tiempos difíciles.   MANU GARCÍA
La "séptima técnica" de Ali Khattab une el laud árabe con la guitarra española.   MANU GARCÍA

La elaboración de esta curiosa técnica no es fruto de la casualidad. Ali, que lleva la mitad de su vida en Andalucía, habiendo residido también en Granada y en Málaga, buscó a propósito un punto de encuentro entre dos mundos. “Si Jerez es la cuna del flamenco, Egipto es la cuna de la música árabe”, dice aclarando que llama “oriental” a lo “árabe”.

“Todo lo que he hecho en mi vida son experimentos para llegar a lo que estoy haciendo ahora mismo; estoy donde quiero, incorporando palos flamencos con modos árabes y orientales”, comenta. En sus conciertos, totalmente en solitario, híbrida soleás, bulerías, seguiriyas o tangos, entre otros, con ritmos arabescos, haciendo uso del citado método desarrollado en un libro que está a punto de ser publicado.

"Si Jerez es la cuna del flamenco, Egipto es la cuna de la música árabe"


“El 99% de los extranjeros que vienen aquí, sean norteamericanos, alemanes o japoneses vienen a seguir ese modelo, una plantilla universal en la que dan sus clases vuelve a su tierra y reproducen lo que han aprendido. Para mí eso está genial, son capacidades, pero no está la creación, la imaginación. A mí me gusta algo más el surrealismo; no quiero imitar a Paco de Lucía, yo no he nacido en Algeciras… quiero que busquemos lo que sale de mezclar nuestras culturas, que son maravillosas”, explica Ali emocionado.

El artista durante la entrevista con lavozdelsur.es en la plaza del Banco de Jerez.    MANU GARCÍA

El mismo Paco de Lucía, desobediente por naturaleza, hizo un alegato contra la forma estética de la pureza, que no es sino un artificio, y en pos de la creación y de la mezcla. “Quiero llevar con mi música a la gente al pasado, el flamenco antiguo era más moruno y Andalucía es como triángulo gitano, árabe y andaluz a la vez”, añade el músico cairota. Eso sí, llevar al pasado recorriendo un camino que mira al futuro, que une su cultura natal con la adoptiva, un “mundo abierto” en el que las identidades son múltiples y se entremezclan.

Un artista en una familia acomodada

Ali Khattab pertenece a una notable familia de banqueros, políticos y médicos de El Cairo. Cuando era un chaval, tras terminar el Bachiller de económicas, tuvo claro que su sueño era ser músico y no empresario. “Mi padre no quería, ahora los padres son diferentes y todos los niños dan clases de música y de pintura, pero en los 90 no era así”, recuerda entre anécdotas. Él, que no tenía intención de tocar la guitarra, cogió una que estaba “tirada” sin usar en su casa. La guitarra, acústica de doce cuerdas, era “muy difícil”, pero a base de insistir aprendió a tocarla y se “enganchó”.

Ali Khattab posa para lavozdelsur.es tras la entrevista.    MANU GARCÍA

“Antes tocaba un poco el teclado, el típico Casio de toda la vida. Sabía algo de música, pero no de guitarra, es un instrumento complicado si no hay nadie que te enseñe”, dice el músico, autodidacta desde que era un niño. A partir de los trece años, guitarra clásica y libro en mano, se hizo con unos casetes de Manolo Sanlúcar. Un poco más tarde, Víctor Monge Serranito dio un recital de guitarra en la Ópera de El Cairo. Allí quedó prendado por el flamenco e hizo las maletas para venirse a España: “Lo tuve claro, en ese momento dije eso es lo que yo quiero”.

Con apenas 21 años, Ali aterrizó en Jerez, de la que había oído hablar por ser la capital del flamenco, pero sobre la que apenas sabía nada. “Jerez me llamó a mí”, dice. Sin saber apenas una palabra de español, se recorrió las calles de la ciudad, buscando los rincones donde escuchaba cante y toque, haciendo realidad aquello que dicen de que no se paga por el flamenco. “El mejor flamenco se escucha gratis en Jerez, te lo encuentras cuando estás paseando por la calle, pero también cuando vas a comprar”, cuenta.

Tras muchos años formando parte de una compañía de cante y baile e interpretando “flamenco puro” ahora está dedicado en cuerpo y alma a su proyecto de guitarrista solista, enseñando en cursos y academias tanto la “séptima técnica” como su toque personal, a camino entre las dos orillas del Mediterráneo. Ali Khattab, un faraón andaluz con un imperio entre las cuerdas.