En una carta escrita por su padre, que encontró una vez que éste falleció, María del Carmen Bretón leyó unas palabras que la animaron a iniciar su carrera artística. “No dejes tus pinceles”, le decía. Y desde entonces, no lo ha hecho. Esta gaditana, residente en Jerez, ha expuesto en el Alcázar del municipio jerezano después de ganar el certamen Paleta de colores en 2017, pero también representó a España en una exposición colectiva organizada por Artbox.Projects en Nueva York, así como en Milán, en otra exposición colectiva.
María del Carmen Bretón es una pintora autodidacta. “Mi padre decía que el arte se hereda”, cuenta cuando atiende a lavozdelsur.es, en Bretón Artespacio, el espacio multidisciplinar que regenta, inaugurada el pasado mes de diciembre, y situado en el número 1 de la avenida Caballero Bonald de Jerez. Su bisabuelo, de hecho, fue Tomás Bretón, compositor de obras como La verbena de la paloma. “Esa inquietud interna la he heredado”, confiesa María del Carmen, a la que la pintura la ha “salvado”.
Dos semanas antes de decretarse el confinamiento, la artista recibió las llaves del local que iba a convertirse en Bretón Artespacio. "Durante ese periodo tuve un sufrimiendo adicional", señala, porque pasaban los meses sin que su proyecto arrancara. En verano se iniciaron las obras y, finalmente, pudo inaugurarlo en diciembre. "Me han llamado loca en algún momento, pero es bonito estar loca de vez en cuando", señala. La artista dice que la sala de arte nace de la "necesidad de tener un espacio donde exponer, donde compartir, donde tener creatividad...".
"La gran mayoría de artistas saben que aquí tienen su casa", dice María del Carmen Bretón, que viene a "romper con todo" lo existente en Jerez y en un entorno que quiere dinamizar culturalmente. "Tenemos que estar abiertos a todo. Todo lo que podamos ayudar en esa tarea será interesante", agrega. En Bretón Artespacio hay en estos momentos una exposición de Keka Raffo, una artista chilena que realiza collages con una original técnica bautizada como Papirosaicos. Además, en la sala imparten clase artistas como el acuarelista Roberto Barba, el escultor Fernando Cotro, el pintor acrílico Paco Peralta, el vidrierista Víctor Polo, el imaginero Ángel Pantoja o la ilustradora de cuentos Lucía Ariza. "Son todos compañeros, amigos y buenas personas", agrega Bretón.
Ni la pandemia ha parado la inquietud de esta artista, que en los últimos años se ha dedicado a producir una obra con un estilo impresionista, basada en figuras y paisajes. "Pero esto para mí es una de mis mejores obras", dice, en referencia a Bretón Artespacio. "Es como si estuviera poniendo en un cuadro pinceladas de ilusión, de cariño, de oportunidades y dedicación a algo tan bonito como es el arte. Por muchos cuadros que haga en la vida, no va a haber obra de arte que pueda superar esto", señala.
"Soy muy emocional. Mi mayor felicidad es hacer feliz o sentir que las personas sean felices", cuenta María del Carmen Bretón. Para ella el arte, concretamente la pintura, ha sido terapéutico. Y quiere que lo sea para los artistas que expongan en la sala, para los alumnos que acudan a los cursos... "Puede ser algo importante mentalmente para muchas personas. Me veía en la obligación de no echarme para atrás porque este proyecto involucraba a mucha gente".
"A mis alumnos no los puedo llevar a un museo, pero esto es como un pequeño museo que cambia todos los meses", dice Bretón. De hecho, tiene comprometida la sala hasta final de año. "La idea es dar oportunidades a la gente joven", comenta. Dar solución a los problemas con los que se encontró ella misma para exponer su obra cuando quiso hacerlo en Jerez. "Cuando quise mostrar mi obra tuve que esperar una lista de espera, hubo impedimentos...", recalca.
Bretón Artespacio cuenta con un amplio escaparate. En su interior, en los 250 metros cuadrados que tiene de espacio, se encuentra la citada exposición de Raffo, un grafiti realizado por artistas locales, se imparten clases de acuarela cuando lavozdelsur.es visita la sala o se venden materiales para amantes de las bellas artes. Todo cabe en un lugar en el que se respira arte. "En este sitio no había nada, pero supe que era lo que buscaba", dice María del Carmen. "Fue un flechazo. Estuve mirando varios locales y era éste o ninguno. Tenía que adaptar mi mente y mi corazón a lo que estaba buscando. Y así fue".
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