Ya podemos decir que una mañana de sábado, en el luminoso patio del colegio Miguel de Cervantes de Jerez de la Frontera, entre helechos y pájaros, vino al mundo la Colección de Poesía de la Editorial Pie de Página. Humilde, discreta y elegante, lo mismo que una orquídea, se abrió su flor primera deleitando a los presentes con su aroma y color. No se puede empezar con mejor pie, valga la redundancia, ni con una voz escogida con más acierto. Y es que esta Invitación al viaje que nos regala nuestra querida y admirada Amalia Bautista es el punto de partida perfecto para dar comienzo a esta apasionante aventura.
Se trata de un libro delicioso —editado con el mimo y el cuidado al que José Mateos, ese gran jardinero de la palabra, nos ha tenido siempre acostumbrados—, exquisito en la forma y en el fondo, colmado de poemas antologados minuciosamente como frutos silvestres. Poco puedo añadir sobre su autora: referente de la literatura en castellano y una de las voces femeninas más influyentes del panorama nacional. ¿Quién no ha leído Los pies, Cuéntamelo otra vez o Caperucita? ¿Quién no se ha dejado atrapar entre las redes de su cercano intimismo y su aparente sencillez?
Muchos fueron los amigos y amigas, amantes de la buena poesía, que no quisieron perderse este cita marcada en rojo en el calendario cultural de la ciudad y, como era de esperar, la poeta madrileña no defraudo a su público. En la mesa, Amalia estuvo acompañada por el poeta mexicano Jorge Valdés, por Francisco J. Márquez, presidente de la asociación y por el delegado de Cultura de la ciudad, Francisco Zurita. Como ella misma dice en su poema La renuncia, yo también «estaba acostumbrado a las reuniones que nada conmemoran», hasta que, por suerte y para bien, me sorprenden este tipo de milagros.
Después del espléndido recital, tuvimos la ocasión de conversar con la poeta disfrutando de unos vinos de la tierra por cortesía de las Bodegas González Byass y de un aperitivo preparado para la ocasión por los miembros de la Asociación Pie de Página. Alimento para el cuerpo y el espíritu que sirvió para poner el broche a una presentación tan satisfactoria como gratificante. Bautizada la criatura, sólo queda desearle una vida próspera y colmada de éxitos. Un camino lleno de emociones y aventuras que, como reza su título, queremos invitarles a recorrer con nosotros. No se demoren… comienza el viaje.