"Como si fuéramos unos animales" con Leiva: rock "de puta madre" y la llamada a un médico

El músico madrileño eligió canciones de todas sus épocas para sorprender al público de Sancti Petri junto a su hermano Juancho, de Sidecars, y a Esmeralda, voz femenina que le acompaña en 'Cuando te muerdes el labio Tour'

Leiva, rock “de puta madre”, durante su concierto en Concert Music Festival, en Chiclana.   MARIANO CASTRO
Leiva, rock “de puta madre”, durante su concierto en Concert Music Festival, en Chiclana. MARIANO CASTRO

Noche de verano, pero sin calor. Refrescaba tras unos conciertos de mucho abanico y altas temperaturas. El escenario del Concert Music Festival, en Sancti Petri, ya estaba preparado para su próximo espectáculo mientras los fans entraban en la pista. Se veían pocos tenis y vaqueros -el atuendo propio para ir a brincar entre la multitud- y muchas camisas, jerseys y tacones.

Leiva estaba a punto de subir. Faltaban justo 9 minutos y 25 segundos para que revolucionara al personal con sus versos sentimentales acompañados de riffs. Un temporizador gigante en la pantalla indicaba la cuenta atrás. “It's the final countdown”. Móviles preparados, nervios y comienzan los primeros gritos a coro. “Tres, dos, uno” y aplauso.

José Miguel Conejo Torres entró en escena para dar rienda suelta a su Cuando te muerdes el labio Tour después de escuchar una voz femenina en francés que emergía de un fondo rojo pasión. No venía solo. A su vera estaba su hermano del alma y compañero de melodías, Juancho, el vocalista de Sidecars.

Un momento del concierto en Sancti Petri.
Un momento del concierto en Sancti Petri.  MARIANO CASTRO

La familia unida a la luz de la luna abrió la boca: “Si me está fallando la meditación a menudo estallo y tengo vértigos”. Los hermanos escogieron Terriblemente cruel para arrancar y La lluvia en los zapatos como segundo entrante. “Escucho el saxo”, comentó un joven desde la grada que agradeció la buena acústica.

Entre palmas, rock, pop o como quieras llamarlo, la música ganó a esa obsesión incontrolable por grabar cada minuto del show. Los móviles estaban en los bolsillos y los oídos en las nubes cuando la argentina Esmeralda Escalante entonó una voz dulce y envolvente que evocaba a lo onírico. La cantante de la banda indie pop Ainda había aceptado la propuesta “tímida” que Leiva le había hecho unos meses atrás. Mudarse a España dos años para participar en una gira dividida en tramos de seis meses.

La joven cambia a Yago Escrivá, su compañero de veladas en Latinoamérica por el madrileño con el que “Sigo creando infinitos”. Solo por un tiempo en el que el grupo español está encantado e “histérico de felicidad por tenerla con nosotros”.

Leiva con su guitarra en el concierto.
Leiva con su guitarra en el concierto.  MARIANO CASTRO

La sensibilidad de Esmeralda se fundió con una setlist de lo más variada repleta de canciones inesperadas y algún que otro guiño a Pereza, aquel grupo que Leiva y Ruben Pozo llevaron a lo más alto hace ya unos 20 años.

Una mezcla de la trayectoria del cantautor formada por Animales, Guerra Mundial, Lobos y Breaking Bad (Monstruos, 2016) que continuó con Premio de consolación, el tema grabado con Natalia Lacunza y Stranger Things, con Zahara.

Camuflados entre luces y humo, desvelaron sus Superpoderes para hipnotizar al público adulto con cerveza en mano y también al más pequeño. Un bebé a hombros de su padre, con los ojos muy abiertos, estaba embobado desde la grada.

El público disfrutó con los temas del madrileño.   MARIANO CASTRO
El público disfrutó con los temas del madrileño.   MARIANO CASTRO

Del 2019 saltó al 2021 con Flecha, tema bailón en el que nadie se resistió a mover las caderas excepto un hombre que estaba concentrado en comerse un perrito caliente sin mancharse y al que, minutos más tarde, le dedicó “te quiero como tantas cosas que no tienen solución”.

El mayor Sinsericidio —exceso de verdad— de Leiva dejaba claro que “no puedo darte tanto”. Sin embargo, él lo dio todo a Chiclana. Expresó que estaba “de puta madre” y optó por cantar una canción que le “exige mucho esfuerzo vocal” y que solo toca “cuando está conectado”.

Y se hizo el silencio. Vis a vis quincenal. El público aguantó como un campeón sin cantar a viva voz, respetando la petición del artista, que interpretó el tema de Diciembre (2012) con una guitarra, un foco, y sus entrañas.

Esmeralda y Leiva en Sancti Petri.  MARIANO CASTRO
Esmeralda y Leiva en Sancti Petri.  MARIANO CASTRO

Hubo tiempo para que Leiva felicitase el 55 cumpleaños a Enrique Bunbury, con el que, según contó, había comido en El Puerto —el nombre del restaurante lo mantuvo en secreto, aunque más de una vez se ha visto a la voz de Héroes del Silencio en Puerto Sherry. Después llegó La Llamada.

“Cuando no encontramos la velocidad y las piernas se clavan”, cantó el madrileño. Y justo en ese momento paró la Mejor canción original que le hizo sujetar un Goya en 2018, un año después de que se estrenara la película de los Javis.

“No sabemos qué ha sucedido. Si hay un médico en la zona que pueda echar un cable”, dijo señalando a las primeras filas. Los presentes, desconcertados, esperaron a que alguien interviniera. Una pequeña pausa que les vino bien para coger aire en los pulmones y seguir con Como lo tienes tú o Estrella polar, estandartes de Pereza.

Leiva, Juancho, Esmeralda y los músicos en el escenario.
Leiva, Juancho, Esmeralda y los músicos en el escenario.  MARIANO CASTRO

Juancho, Leiva y Esmeralda cantaron “No te preocupes por mi”, frase que parecía más propia de la persona que había necesitado asistencia médica. “Solo quiero que sepáis que la chica que se ha desmayado se encuentra en perfecto estado, un aplauso para ella”, dijo Leiva.

Todo quedó en un susto. Pero parecía que el suceso iba acorde con el repertorio. Hazlo como si fueras a morir mañana, gritaron cientos de personas al unísono. La noche mágica acabó con Lady Madrid, otra mítica, un besito de Leiva a Juancho, y cálidos abrazos entre los músicos, veteranos de las tablas, que una vez más, exaltaron los corazones.

Sobre el autor:

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Patricia Merello

Titulada en Doble Grado en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad de Sevilla y máster en Periodismo Multimedia por la Universidad Complutense de Madrid. Mis primeras idas y venidas a la redacción comenzaron como becaria en el Diario de Cádiz. En Sevilla, fui redactora de la revista digital de la Fundación Audiovisual de Andalucía y en el blog de la ONGD Tetoca Actuar, mientras que en Madrid aprendí en el departamento de televisión de la Agencia EFE. Al regresar, hice piezas para Onda Cádiz, estuve en la Agencia EFE de Sevilla y elaboré algún que otro informativo en Radio Puerto. He publicado el libro de investigación 'La huella del esperanto en los medios periodísticos', tema que también he plasmado en una revista académica, en un reportaje multimedia y en un blog. 

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