La historia de Nuria Núñez Hierro es la de una amante de la música y, sobre todo, de la creación. Desde pequeña estudió piano en el Conservatorio de Jerez, "cuando todavía estaba en la Plaza del Banco", rememora, y se trasladó a Córdoba a estudiar el Grado Superior de Música y Composición. Luego, le llegaría el turno a Berlín, ciudad que la acogió para cursar un máster, y donde vivió desde 2008 hasta hace dos años, cuando regresó a Andalucía; en concreto, a Sevilla.
Es en esta ciudad donde este jueves la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla ha cerrado su temporada en el Teatro de La Maestranza con una pieza de esta compositora jerezana, Suite orquestal Rapaukes Sommernachtstraum Verano. "Son cinco piezas pequeñas que son tocadas por el director de continuo, y fueron concebidas como interludios entre los números del Sueño de una noche de verano de Mendelssohn. La relación entre Mendelssohn y esta pieza es muy estrecha, se puede ver a nivel armónico, respetando estructuras armónicas del propio Mendelssohn, o a nivel de motivos. Es una pieza donde priman principalmente el ruido y el mundo onírico. Mi intención es representar, a través de Mendelssohn, el relato de Shakespeare", explica ella misma.

"Cuando me pongo a componer lo que busco es no aburrirme a mí misma, porque, si no, creo que dejaría la profesión. Y siempre intento ir un pasito más allá y hacer algo que me sorprenda, que me incite también a encontrar nuevos caminos", expresa esta creadora, que trabaja tanto con proyectos propios como con encargos de orquestas o instituciones. En ese sentido, explica que el proceso varía mucho: "Cuando uno trabaja para escena, haciendo una ópera, por ejemplo, hay que tener en cuenta que es como un campo de fuerzas donde hay muchas disciplinas al mismo tiempo. La música está a veces al servicio de la escena o al servicio del texto, de forma que es un 'toma y daca' siempre. Cuando haces algo puramente abstracto, que es pura música, la composición es mucho más libre, porque solo estás limitada por las propias posibilidades instrumentales".
En 2022, Nuria Núñez Hierro recibió el Premio Reina Sofía de Composición Musical, que supuso un gran respaldo para su carrera
Los ensayos suelen ser frenéticos; en el caso de la Sinfónica de Sevilla, han estado ensayando en el Teatro de La Maestranza durante dos días. Explica que esos tiempos son los habituales: "Escribir para orquesta hoy es tener un compromiso entre decir lo que quieres decir y ser lo suficientemente preciso escribiendo y tener oficio suficiente, porque sabes que vas a tener dos días de ensayo y que tiene que sonar".

En ese sentido, y lejos de glorificar la labor de la compositora, la creadora y la música, Nuria es contundente: "Hoy en día, no es sostenible vivir solamente de la creación". Y puntualiza: "Los músicos somos como mercenarios, con varios trabajos a la vez". No obstante, expresa que ella se considera afortunada, porque desde que volvió a Sevilla, cuenta que no ha parado de trabajar. "Pero eso no es lo común", aclara.
Resulta inevitable preguntar a una profesional con tantos años en el extranjero cómo ha encontrado el panorama musical y creador nacional a su regreso: "Fuera, la composición musical es una disciplina más y se le dan los mismos fondos que al resto, pero aquí parece casi que no existimos. Incluso, a veces, falta compromiso por parte de gestores o instituciones de ofrecer al público algo diferente, de ofrecerle un reto. Tendemos a ser más complacientes, quizá, y sabemos que igual vamos a llenar un teatro con las Sinfonías de Beethoven seguidas, pues eso es lo que les damos. No le damos oportunidad al público de conocer otras cosas".
La trayectoria de una compositora, "una sola obra" que va puliéndose por el camino
La carrera de un compositor o compositora pasa por momentos de soledad, en la propia labor creadora, y momentos en equipo, preparando una pieza para una formación determinada: "Cuando tienes la suerte de encontrar intérpretes con los que ir de la mano, porque están en la misma línea que tú y les mueve la misma curiosidad, es un disfrute, porque puedes ir proponiendo cosas, recibes también su feedback, y la obra es mucho más un traje a medida".
Uno de los aspectos en los que Nuria Núñez Hierro ha centrado su carrera es en acercar la música contemporánea a las generaciones más jóvenes. Fruto de esa intención son proyectos como Bestiarium, en el que estuvo trabajando cuatro años y que fue su iniciativa más ambiciosa para llevar "más lejos el trabajo con niños y música contemporánea".

"Creo que precisamente ellos, por tener pocos prejuicios todavía, son capaces de enfrentarse a una música que les pilla mucho más cerca. Para ellos tiene mucho más sentido escuchar una pieza que se escribió hace uno o dos años que una que se escribió en 1719, por cercanía", apunta.
Para ella, "muchas veces esa promoción de la música con el público joven no se hace de forma correcta, y nos conformamos con ofrecerles restos, por ejemplo, versiones reducidas, cosas más sencillas, porque pensamos que no serán capaces de confrontarlo. Yo intento hacer justo lo contrario, no me pongo cortapisas a la hora de escribir; la música que escribo para ellos podría perfectamente ser escrita para adultos". Resalta que, para conseguir que la música les llegue, busca vías como "asociar la música a elementos escénicos, visuales o interactivos, pidiéndoles que participen también a la hora de tocar".
El proyecto 'Bestiarium' es una de las obras que Nuria recuerda con especial cariño de su carrera
En su carrera, se encuentran hitos como el Premio Reina Sofía de Composición Musical, el Premio de Roma otorgado por la Academia de las Artes alemana Villa Massimo-Casa Baldi y la residencia artística en Villa Aurora (Los Ángeles) otorgada por el Ministerio de Exteriores alemán, entre otros. El primero lo recibió por la obra Enjambres, que recuerda con especial cariño por el reconocimiento, pero aclara risueña: "Les tengo mucho cariño a muchas de mis piezas, más de las que debería".
Para ella, la carrera de una compositora es un camino en permanente evolución. "Poco a poco vas refinando, haciendo una búsqueda, formándote una biblioteca sonora en la cabeza, adquiriendo tus propios gestos e ideas… Y vas tomando decisiones que aplicas a la obra siguiente. Yo pienso que durante toda la carrera hacemos una sola obra que poco a poco vamos puliendo", se sincera.