La guerra entre Siro López y Josep Pedrerol viene de hace años. Todo se inició cuando el primero, en una bronca en Punto Pelota, el programa que acabó siendo El Chiringuito cuando Pedrerol fichó por Atresmedia. Han pasado 12 años de aquello. Pero es ahora cuando más se ha tensado la situación.
López está viviendo una segunda juventud mediática gracias a Twitch y YouTube. Sigue dedicándose al deporte, pero también juega a videojuegos y le une una amistad con gigantes de la nueva comunicación, como Ibai Llanos.
La cuestión es que Siro López ha sido demandado por Pedrerol y su productora, reclamando por vía civil que se borre contenidos en internet y se abstenga de mencionar nunca más ni El Chiringuito ni Pedrerol, además de una cuantiosa reclamación económica.
Las críticas de Siro López a Pedrerol se han repetido tanto en estas plataformas como en medios de comunicación. En entrevistas, cuenta su mala experiencia con él, tildando al presentador de la noche televisiva de mala persona con compañeros. No deja en un segundo lugar aquello de "becarios no", un vídeo convertido en meme donde critica a la producción de su programa por unos errores en una emisión años atrás.
La demanda de Pedrerol no es por el derecho al honor, sino por competencia desleal. Considera la parte demandante que las declaraciones de López provocan un menoscabo económico si como consecuencia perdiera algún anunciante El Chiringuito. La parte demanda ha rechazado, según ha explicado López, alcanzar ningún acuerdo previo y se ampara en dos cosas: su derecho a la información y, subsidiariamente, la excepción de verdad.
Y es que ahora Siro López, contando con el testimonio de un testigo, un periodista que fue editor del programa, para que la demanda no prospere en base a que lo que está diciendo es verdad.
Ese testigo, Pablo Espinosa, relata que no recibió un buen trato laboral, y que se marchó por su propia decisión a sus 24 años del programa, cobrando más de 3.000 euros netos y con categoría de, prácticamente, jefe, porque estaba sufriendo. Relata que no denunció los hechos porque temía represalias de Pedrerol para encontrar trabajo en otros medios de comunicación.
Todo esto era una vista preliminar sobre la petición de los demandantes de que, de forma cautelar, ya se impidiera la difusión de críticas contra Pedrerol. Siro López, al ser una sesión pública, y al rechazar el juez declarar secreto el procedimiento, ha difundido la sesión en el juzgado en sus redes.
La vinculación entre el programa de Pedrerol y LaLiga, otra de las razones que aducen sus críticos sobre el poder del periodista, está en que algunos periodistas colaboradores forman parte de una manera o de otra de las retransmisiones oficiales, producidas desde este año por la propia competición. En concreto, en el canal Dazn, que es la que toma prácticamente en su totalidad lo que ofrece LaLiga, mientras que Movistar, propietaria de los derechos de la otra mitad de los partidos, sí realiza su propia producción, con sus propios periodistas habitualmente.
Una guerra que tiene tono empresarial, de cruzada, libertad de expresión... Y que ha sacudido desde las tripas al periodismo deportivo español.