No es habitual que Cultura y Turismo compartan la misma Consejería en la Junta de Andalucía. De hecho, tan sólo había pasado durante un breve periodo de 2015 por la salida de Izquierda Unida del Gobierno de coalición con el PSOE. Entonces, Luciano Alonso tuvo que asumir en una macroconsejería las competencias del turismo y del comercio. Fue la excepción hasta la actual legislatura.
Juanma Moreno decidió que Turismo encabezara un departamento en el que también iban a estar Cultura y Deporte. La anterior legislatura, con Patricia del Pozo a la cabeza, Cultura tuvo su propia Consejería junto a Patrimonio Histórico, un apellido que podría haberse integrado en el propio nombre. Ahora, en la que dirige Arturo Bernal la situación es bien distinta.
El mundo de la cultura protestó en su momento por lo que consideró un desprecio para el sector. Además había quien desconfiaba de Bernal por un currículum vinculado al turismo y a la gestión turística. Su gestión no ha estado exenta de críticas. Entre ellas, una recurrente en la oposición es que se apuesta por un modelo en el que los grandes eventos como los Grammy tienen más presencia que la apuesta por el tejido cultural andaluz.
Pese a ello, las críticas tampoco habían tenido el nivel que existe con otras consejeras como la de Salud. La decisión de cobrar en los museos andaluces, sin embargo, puede cambiar la situación. Más aún en un contexto en el que la Junta de Andalucía sigue negando la implantación de la tasa turística.
El escritor Manuel Jesús Roldán mostraba este mismo fin de semana su indignación en redes sociales y acuñaba un nuevo término. "Si se acaba cobrando la entrada en los museos de cultura avanzaremos en la conversión de los andaluces en turistas de su propio patrimonio. La Consejería podrá eliminar el título de Cultura y quedarse solamente con el de Turismo".
Turistas de su propio patrimonio porque los museos andaluces ya se conservan vía impuestos y porque la estimación de la Junta en la recaudación de estas entradas apenas llega a los 8 millones de euros, a todas luces insuficiente para la conservación del patrimonio que albergan estos espacios.
En el portal change.org ya existe una petición con 2.000 firmas para que el Museo Bellas Artes de Sevilla no cobre entrada. Hay otras iniciativas aún más ambiciosas. Adelante Andalucía ha registrado este lunes en el Parlamento de Andalucía con carácter urgente e el que solicitan la modificación de la Ley de Museos y Colecciones Muesográficas para garantizar su gratuidad. La Junta, por su parte, argumenta que en el resto de comunidades sí se cobran entradas.
El Gobierno andaluz tiene que sumar entre sus apoyos a José Luis Sanz, alcalde de Sevilla. El regidor hispalense ha respondido este lunes a la petición del PSOE de mostrarse en contra. Pero no, Sanz ha defendido el cobro de entradas en los museos de Sevilla, al igual que ha defendido el incremento de los precios del Alcázar. Todo espacios culturales. Sanz ha insistido en que "el todo gratis ha hecho mucho daño a la cultura y a nuestro patrimonio histórico", por lo que "creo que los espacios como este o como el Museo de Bellas Artes tienen que tener una entrada, hay que pagar una entrada porque si no, no puedes ver una promoción de calidad, una agenda de calidad o el estado de mantenimiento no es bueno".
Museos, sí; tasa turística, no
El malestar por el cobro de entradas en los museos se ha visto agravado por la negativa constante a instalar una tasa turística por pernoctaciones a los visitantes en Andalucía que, además, tiene una previsión de ingresos mucho mayor. Es la principal reivindicación de los grandes ayuntamientos, todos ellos en manos del Partido Popular, para mejorar su financiación y poder enfrentarse al coste que en términos patrimoniales y sociales tiene el turismo en los núcleos urbanos.
Esta reivindicación ha ido en aumento y lo que comenzó como una propuesta de los grupos de izquierdas en el Parlamento de Andalucía ahora tiene el visto bueno de los alcaldes del Partido Popular. Esta presión ha llevado a la Junta a mantener este mismo lunes una reunión con empresarios (principales opositores a la medida) y la Federación Andaluza de Municipios y Provincias que preside José María Bellido, alcalde de Córdoba. No obstante, el resultado ha vuelto a ser el mismo de siempre: no a la tasa turística.
La Junta de Andalucía, de momento, se ha mantenido firme en el no a esta tasa. El propio Juanma Moreno respaldó la posición de Bernal porque su Gobierno "no está a favor" de subir impuestos. La consejera de Hacienda, Carolina España, sí que abrió la puerta a instaurar este tributo y, de hecho, aseguró que ella no era contraria.
Antes de la reunión, Arturo Bernal había manifestado que confiaba en que hubiese un acuerdo a "corto o medio plazo" y ponía de ejemplo los alojamientos turísticos. "Todas las partes compartimos el interés de generar servicios de excelencia en Andalucía y que el turismo siga siendo nuestra actividad principal", ha abundado. En este punto, ha recalcado que la industria turística "da trabajo a 450.000 personas en la comunidad y genera 26.000 millones de euros de ingresos", al tiempo que ha destacado su "impacto positivo" en más de 70 sectores de actividad. Para evitar introducir una tasa turística, Bernal ha hablado de la posibilidad de destinar a los ayuntamientos el 1% de la recaudación del IVA.