El 5 de junio de 1898, en el pueblo granadino de Fuente Vaqueros llegaba al mundo en el seno de una familia acomodada Federico del Sagrado Corazón de Jesús García Lorca, el mejor escritor y dramaturgo que ha dado Andalucía, sin lugar a duda, y que tal día como hoy, pero hace 88 años, en 1936, era asesinado a manos del franquismo, bajo los cargos de ser "un espía ruso".
Y aunque seguramente se conozca más de la vida y obra de este genio fuera de nuestras fronteras que dentro de ellas, nunca es mal momento para recordar algunos datos más allá de que vivió en Granada, fue eslabón fundamental de la Generación del 27, que era homosexual, tuvo una gran amistad con Salvador Dalí y Luis Buñuel o que, aún hoy en día, se desconozca el paradero en el que se encuentran sus restos mortales.
El primero de los datos que, a buen seguro muchos no conocen, es el nombre completo de este andaluz universal, que vivía de niño en "un pueblecito callado y oloroso de la Vega de Granada" y que, por un problema locomotor, no pudo andar hasta que tuvo cuatro años, pero que a los dos ya sabía y recitaba canciones populares de la tierra. Si se lo han pasado de largo, lo tienen al inicio de este reportaje.
Fue su madre Vicenta quien le inició en las letras y, gracias a que ejercía de profesora, se conservan fotos suyas con su clase, así como también con la clase de las niñas, donde es el único niño en la foto, justo en el centro de la instantánea.
Durante su infancia y juventud se trasladó de residencia varias veces hasta vivir en Granada, en parte motivado por los quehaceres laborales de su padre, quien hizo fortuna con la caña de azúcar en aquella época.
En Granada, además de su vivienda habitual, la familia también poseía una casa de verano — La huerta de San Vicente— que desde 1985 pertenece al Ayuntamiento y diez años después fue abierta al público como museo en el Parque García Lorca.
Además de este museo, su casa natal de Fuente Vaquero también ha sido convertida en un espacio similar en 1986, así como la residencia familiar de verano y el edificio en el que se basó para escribir La casa de Bernarda Alba en Valderrubio, desde 1996.
Interesado mucho más en la música que en las letras, tuvo su primer contacto con las blancas y negras gracias a Antonio Segura Mesa. Su ilusión era estudiar piano en París, pero su padre le convenció para cursar Derecho en Granada — formación que tardó nueve años en finalizar y nunca ejerció—, fracasando también en su intento de estudiar literatura. No obstante, escribió sus primeros poemas bajo el pseudónimo Vega de Zujuria.
Como principal mecenas siempre tuvo a su padre, que era quien pasaba a fin de mes a cerrar los créditos que tenía abiertos en las librerías de Granada, así como las cuentas de los viajes que realizaba a Madrid y sus estancias en la capital del reino.
Siempre se dijo que su primera obra de teatro fue Mariana Pineda, aunque realmente su ópera prima fue El maleficio de la mariposa, estrenada en Madrid en 1920, en la que habla de una historia de amor entre una mariposa y una cucaracha, en clara alegoría a una homosexualidad escondida. De hecho, todos los protagonistas son insectos.
Es más, dentro de su crónica negra particular, le gustaba fingir su propia muerte en la residencia de estudiantes, e incluso adoptaba poses imposibles como rigor mortis. Los compañeros, a sabiendas de la broma, simulaban su entierro y posterior traslado al cementerio, momento en el que él resucitaba.
Respecto a la heroína liberal granadina, no le permitieron estrenar la obra en el Teatro Cervantes — frente a la estatua de Mariana Pineda— y gracias a la actriz Margarita Xirgu pudo hacerlo en Barcelona. Dentro de su obra literaria, tiene otra obra de teatro, menos conocida, compuesta en 1928 en homenaje a Buster Keaton — icono del cine mudo— titulada Buster Keaton va de paseo.
Federico García Lorca era aficionado a mantener contacto por carta con sus amistades y personas que admiraba — incluso les enviaba poemas solicitándoles su aprobación o patronazgo— y, si bien el hecho de reunirse con otros intelectuales le atraía, las ciudades le agobiaban. "Los pueblos son libros. Las ciudades, periódicos mentirosos", llegó a escribir.
El hecho de que creciera rodeado de mujeres, le hizo ser consciente de la situación de opresión que sufrían y su reflejo queda patente en La casa de Bernarda Alba (1936), donde el énfasis radica en el mensaje y no en quien lo pronuncia. Nunca llegó a verla sobre los escenarios. En 1945 se estrenó en Buenos Aires y en España estuvo prohibida hasta 1964.
El costumbrismo fue una constante en su literatura. De hecho, Bodas de Sangre (1928) está basado en uno hechos reales que tuvieron lugar en Níjar — que leyó en un periódico— y Yerma (1934) está inspirada en la primera esposa de su padre que no podía concebir hijos. La censura impidió también el estreno de Amor de Don Perlimplín con Belisa en su jardín (1931), porque entendían que el señor de avanzada edad evocaba a Primo de Rivera.
Su particular teoría del duende, le llevó a definirlo primero en Buenos Aires y después en La Habana como una "interpretación subliminal de la tauromaquia, así como de cualquier otro fenómeno como el baile y el cante". Según el Poeta, una obra de arte inspirada por el duende "nos comunica la esencia del mundo, como sucede con la música de los cantaores flamencos".
Aun cuando su relación amorosa más conocida fue con Salvador Dalí, a quien llegó a escribir el poema Oda a Salvador Dalí, en 2010 se conoció el nombre y apellidos de "el rubio de Albacete" a quien Lorca dedica los Sonetos del Amor Oscuro, antes de ser asesinado: Juan Ramírez Lucas. Tras su fallecimiento, la hermana de Lorca recibiría una caja con cartas, poemas, documentos y un diario donde se confirma que él es el protagonista de esos versos.
Por último, hay que destacar que a Federico García Lorca le molestaba sobremanera que le etiquetaran como gitanista, consciente de la distancia que existía entre la casta burguesa y el pueblo llano, cosa que no veía con buenos ojos. De hecho, de ahí radica parte de la inspiración para componer el Romancero Gitano.
Comentarios