Jerez está de aniversario cultural. A los 25 años del Teatro Villamarta se suma también la efeméride del Museo Arqueológico, que cumple nueve años desde su reapertura en 2012. No obstante, este es el equipamiento cultural municipal con más antigüedad de la ciudad, cuyos orígenes se remontan al ‘Depósito Municipal de Antigüedades’ a mediados del siglo XVIII; en 1935 se amplía con la denominación de ‘Colección arqueológica’ y en 1963 adquiere categoría de ‘Museo arqueológico’. En 1993 se traslada a la Plaza del Mercado y en 2005 se cierra para su remodelación, pasando siete largos años hasta que en 2012 volviera a abrir, por fin, sus puertas.
Desde entonces, no se ha parado de trabajar para que este sea un museo que viaje entre el pasado y el presente, haciendo continuas revisiones de sus piezas (de ahí la famosa 'pieza del mes'), preparando actividades para dinamizar tanto el espacio como la colección y poniendo especial cuidado a los talleres infantiles, esos con los que tantos niños y niñas de Jerez han aprendido a amar la historia y el arte de su ciudad. Como dice Carmen Martín, restauradora del museo, “cuidamos mucho a los niños, son nuestra cantera y viniendo al museo aprenden a querer nuestro patrimonio”.
El recorrido de la exposición se extiende por todas sus salas y patios, ya que como dice Carmen “hemos ocupado el museo”. El germen de la muestra lleva años gestándose, ya que cada mes hay una pieza elegida a partir de la cual realizan actividades concretas. Una de estas actividades fue vincularlas a una obra de arte actual, y de aquí nace la idea de extender esto a todo el museo con una exposición.
Luisa Porras ha seleccionado a doce artistas que ya trabajan con conceptos vinculados, como la memoria, la simbología o la arquitectura árabe: “Para que la exposición fuera de verdad tenía que buscar a artistas que ya tuvieran una obra relacionada con este concepto de diálogo y memoria”. Cada uno ha seleccionado una pieza de museo, y sobre ella han hecho una reinterpretación propia.
"El museo no puede ser vitrinas cerradas e intocables, tiene que ser un ente vivo"
“La exposición es muy explícita del momento actual que vive el museo, ya que queremos que sea un centro abierto y vivo, un espacio cultural que el ciudadano quiera y sienta como suyo. El museo no puede ser vitrinas cerradas e intocables, no puede estancarse en eso. Tiene que ser un ente vivo”. Carmen añade: “No se abandona la parte arqueológica, pero se abren nuevas puertas, un vínculo que une el pasado con el arte contemporáneo”.
“La arqueología es el arte a través del tiempo. El arte que se produce hoy formará parte en el futuro de algún museo arqueológico”. En este sentido, resulta sorprendente cómo las piezas muestran que los intereses, preocupaciones e inquietudes del pasado no difieren de las que tenemos en la actualidad. Como dice Luisa “al final te das cuenta que todos somos los mismos seres humanos, cuidamos de los recuerdos y de nuestra memoria”.
Un museo arqueológico también permite ver que el lenguaje es universal y que una misma pieza puede ser interpretada de muchas maneras distintas.
"Aunque las piezas estén metidas en una vitrina, realmente están vivas"
“Hay infinitas posibilidades del museo como inspiración. Las piezas además guardan un misterio sorprendente: ¿quién habrá usado tal cuenco, quién se habrá puesto aquella diadema? Estas imágenes son evocadoras y despiertan la imaginación”, comenta Luisa. “Aunque las piezas estén metidas en una vitrina, realmente están vivas”, concluye.
Dentro del museo
Los artistas presentes en la exposición son Juan Luis Rodríguez de Medina, Celia Márquez Goncer, Eugenio Tapia Cubiles, Gloria Aranda Miralles, Sancho Caparrini, Luisa Porras, Antonio Mejías Acosta, Manuel Cruzado, Manuela Bascón, María José Domínguez Parreño, Miguel Parra y Gloria Martín.
La inauguración será el día 26 de noviembre a las 18.30 h de la tarde y el horario es de martes a sábado de 9.00 a 15.00 h. El acceso es libre hasta completar afoto y estará disponible hasta el 11 de enero.
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