Para empezar, podría parecer una paradoja que un cantaor nombre de esa manera a su nuevo espectáculo, ya que el prefijo elegido (des) denota negación o inversión del significado de la palabra a la que se antepone (cantar). David Lagos, sabedor de la aparente contradicción, sale al paso de inmediato y aclara que el significado original de descantar es el de "limpiar el camino de cantos y de piedras, lo que llevado al cante sería liberarlo de los prejuicios y obstáculos que nos impiden disfrutarlo", señala. Como se puede observar, las cosas siempre claras en la cabeza de un artista que no deja de plantearse nuevos retos dentro de una admirable búsqueda creativa.
No es que sus dos primeros discos, El espejo en que me miro (2009) y Mi retoque al cante jerezano (2014), no fueran trabajos muy creativos y de mucho estudio, que lo fueron, especialmente el segundo; pero, sin duda, la publicación de Hodierno (2019) supuso un salto distintivo, al afrontar el cante con acompañamientos de música electrónica, entre otras. Fue la búsqueda de un nuevo concepto y de nuevos registros para su voz, además de un gran estudio de los estilos que interpretó o compuso.
El trabajo se trasladó posteriormente a la escena con el espectáculo Fandango, junto al bailarín David Coria, una obra que obtuvo 3 Premios Giraldillo en la última Bienal de Flamenco de Sevilla (2020).
Ahora Lagos se busca de nuevo con Cantes del silencio, que presentará en la próxima Bienal antes de registrarla en disco. De este trabajo, aún en proceso, nace Descantar, el espectáculo que ha configurado para inaugurar la edición de este año de Noches de Bohemia. Se podría decir que se trata de un avance —o un work in progress, como cuenta él, no sin cierta sorna, que se dice ahora—, sin dejar de ser algo especialmente creado para la noche del próximo sábado en Jerez (Claustros de Santo Domingo, 22.00 horas).
En el origen de Descantar, se encuentra su relación con el pianista Alejandro Rojas-Marcos, profesor en el Conservatorio de Jerez y compañero en algunos espectáculos del bailaor Israel Galván. El cantaor desarrolla con él su actual proyecto, pero más allá del piano, sobre el que mantiene dudas de su idoneidad para el cante, entra en escena el clavicordio, toda una novedad. Cuenta cómo Rojas-Marcos se ha construido su propia réplica de este instrumento barroco con la ayuda de un tutorial y alaba el rendimiento que extrae de él: "Alejandro es un especialista en la improvisación sonora y el sonido del clavicordio es muy parecido al de la guitarra, lo que lo hace muy apropiado para el cante, al que transporta a un flamenco antiguo".
También Lagos volverá a contar con el saxofón contemporáneo de Juan Jiménez, que ya participó en la grabación de Hodierno. Con él abordará, por ejemplo, la interpretación de una trilla en tonalidad creciente que "busca la extenuación". Junto a él, la versátil percusión de Antonio Moreno, el cante de Melchora Ortega y el baile de Leonor Leal, como artista invitada. Con ellos, se plantea un espectáculo que, a pesar de su aparente complejidad, busca ser "como el flamenco natural, en el que se establece una conversación sobre el escenario". Un diálogo con otros artistas y músicos, porque David confiesa que lo que más le gusta de relacionarse con otras músicas es lo mucho que le enseñan.
La obra se plantea como un trabajo conceptual tanto en lo musical como en lo temático, pues Lagos, con la colaboración del historiador Miguel González quiere afrontar paisajes silenciados de nuestra historia, desde la ejecución en Jerez de campesinos acusados de pertenecer a la Mano Negra a los hechos conocidos como «la desbandá», la huida de civiles de Málaga durante la Guerra Civil, que fue masacrada por la aviación alemana causando entre 3.000 y 5.000 muertos. «Fue nuestro Gernika, pero no hubo un Picasso que lo pintara, y, salvando las distancias, quiero hacer un Gernika musical», declara David, consciente de que con este y otros temas que aborda —la mujer anónima, la homosexualidad, la paradoja de que Queipo de Llano esté enterrado como héroe en La Macarena, entre otros temas— se posiciona: «Sé que tomo partido, pero son cosas que tengo que echar pa’ fuera. Es como una liberación, de esas que te dejan una gran resaca emocional».