Dora Moth, la artista jerezana que pinta fantasmas tenebristas en cornucopias barrocas

La diseñadora, pintora y tatuadora, que envía sus creaciones a Italia, Francia o Noruega, trabaja desde su estudio de La Plata tras haber retratado a su hermana gemela fallecida de bebé: "La convertí en fantasma"

Dora Torralvo Díaz posa para lavozdelsur.es en su domicilio y estudio, sito en la barriada de La Plata de Jerez.
Dora Torralvo Díaz posa para lavozdelsur.es en su domicilio y estudio, sito en la barriada de La Plata de Jerez. MANU GARCÍA

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"No esperaba que llegase a tanto", reconoce Dora Torralvo Díaz (Jerez, 1976), más conocida como Dora Moth, a lavozdelsur.es en la vivienda donde reside en la barriada de La Plata de Jerez acompañada de sus dos gatos. Esta diseñadora gráfica, pintora, pero también tatuadora —hace tatuajes con sus diseños por encargo en Scholopendra Tattoo de la calle San Agustín—, empezó a experimentar con este género hace unos años, cuando en un intento de retratar a su hermana gemela, fallecida cuando era un bebé, la pintó como un fantasma.

"Fue un poco paranoia, yo tenía una hermana gemela pero ella murió de bebé. Un día dije: voy a hacer un retrato de mi hermana, me puse a pintar y como no sabía si seríamos igual ahora al final la convertí en un fantasma", explica mientras muestra sus creaciones a lavozdelsur.es. Aunque ese primer cuadro del fantasma de su hermana es un lienzo que nadie ha llegado a ver, a partir de ahí comenzó a subir cuadros de otros fantasmas a Ia red social Instagram, extendiendo sus pinturas a esqueletos, cráneos y otro tipo de creaciones artísticas que jugaban con la muerte y el mundo esotérico. "Siempre me han pasado cosas, pero no suelo contarlas porque me van a decir cualquier cosa, pero cojo ideas de cuentos, historias y libros, me gusta mucho ese mundo", dice al lado de un relato sobre fantasmas que preside la cómoda de entrada desde el hall a su estudio. 

Fantasmitas de Dora Moth en su estudio.
Fantasmitas de Dora Moth en su estudio.   MANU GARCÍA
Uno de los marcos barrocos de Dora, junto a sus pinturas.
Uno de los marcos barrocos de Dora, junto a sus pinturas.   MANU GARCÍA
Una de las estanterías del estudio de Dora.
Una de las estanterías del estudio de Dora.    MANU GARCÍA

Lejos de asociarse con el "rollo gótico", Dora hace gala de sus influencias y gustos pictóricos mencionando a clásicos de renombre como los claroscuros de Caravaggio o las pinturas negras de Goya. "A mí el gótico no me mola, lo que me gustan son las brujas, las luces... las pinturas oscuras y tenebristas", dice mientras recuerda a uno de los grandes de la pintura jerezana que ha caído en el olvido. "Por el tema de las calaveras sí que me han dicho que soy algo 'rajeliana' —de Carlos González Ragel, alias Rajel, y su esqueletomaquia—", expresa con algo de timidez y de orgullo por el amplio reconocimiento que recibe. La popularización de sus creaciones fue tal que hace unos años decidió dejar su trabajo por cuenta ajena para dedicarse en exclusiva a pintar este tipo de cuadros y otras pinturas por encargo. "Ahora estoy con los fantasmas en la bañera leyendo libros, pero me piden bastantes retratos de mascotas", dice.

En una de las mesas cercanas al recibidor, la artista jerezana tiene varios marcos de resina de estilo barroco o rococó, que ella misma luego trata con dorado para darle el aspecto historiado final a sus creaciones. Tras haber estudiado Diseño Gráfico en Jerez, Dora estuvo de prácticas en Graficolor donde llegó a trabajar durante una década. Luego, trabajó en otra empresa de diseño de El Puerto y de San Fernando, donde estuvo por cuenta ajena hasta la pandemia. "En estos años no pintaba porque no tenía tiempo, pero yo siempre lo había hecho desde chica, he aprendido y tenido profesores de dibujo y de óleo", recuerda sobre una etapa en la que hacía cuadros para sus compañeros del instituto Padre Luis Coloma, una remuneración con la que se pagaba viajes a ciudades como Madrid para visitar museos, una de sus aficiones.

El encuentro con su vocación más artística a partir de la conexión espiritual con su hermana gemela le hizo reflexionar sobre su vida cotidiana y hacerse autónoma, llegando a enviar ahora sus cuadros a Cataluña, Valencia, Madrid y países europeos como Noruega, Francia o Italia, donde tiene fantasmas repartidos por varias ciudades del país, e incluso uno a Estados Unidos. "Me llevo pintando todo el día, sábados y domingos también, pero si un día quiero irme al campo puedo parar entre semana y hacerlo cuando no hay nadie, ya que me llevo allí los dibujos o las pinturas y me pongo el horario que me da la gana", cuenta.  

La artista Dora Moth en su casa-estudio de La Plata.
La artista Dora Moth en su casa-estudio de La Plata.   MANU GARCÍA
La dolorosa de su tatarabuelo italiano que preside el pasillo de su casa.
La dolorosa de su bisabuelo italiano que preside el pasillo de su casa.   MANU GARCÍA
Algunas de las láminas de la artista.Algunas de las láminas de la artista.   MANU GARCÍA

En el pasillo de su casa y estudio, Dora contempla una pintura que es casi una reliquia. "Mi bisabuelo italiano pintaba mucho, pero solo tengo este cuadro de él", dice señalando a la dolorosa. "Todo lo que pintaba era así, y cuando llegó a Jerez desde Génova dio muchos de ellos a las monjas de Las Angustias", explica sobre su pasado familiar, vinculado al apellido italiano Scoseria, procedente de una colonia de genoveses que se instaló en la ciudad. Ahora son sus cuadros los que se cuelgan en salones y habitaciones de todos los rincones de Europa, también de algunos famosos, como una escritora descendiente de la Duquesa de Osuna que le encargó toda la serie de brujas de Goya. "Pinto de todo y me encanta que me encarguen cosas así porque salgo un poco del tema de los fantasmas y de los gatos y perros", ríe. 

Con casi todas sus pinturas vendidas, Dora Moth se ha hecho algo más profeta en su tierra con su reciente exposición en la librería El Laberinto, que finaliza este fin de semana de Reyes Magos. A diferencia de esta última, quiere que en la próxima, prevista para otoño de 2026 en Espacio Abierto de Jerez, haya suficiente stock y presencia de cuadros diferentes buscando una temática con la que explorar nuevas vías. "Habrá muchos fantasmas, pero quiero también otro rollo... algo que tenga que ver con Jerez y con su campiña, trabajadores que saquen esqueletos... no sé", dice en uno de sus alegatos rajelianos. El resultado aún está por ver y seguro que, como con sus brujas y fantasmas, no dejará indiferente ni a jerezanos ni a foráneos.

Sobre el autor:

Sebastián Chilla

Sebastián Chilla

Jerez, 1992. Cuento historias y junto letras en lavozdelsur.es desde 2015. Periodista y profesor de Historia. 

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