Un coleccionista durante 20 años, un ilustrador y un dibujante de DC Cómics hablan del 'boom' de los tebeos y novelas gráficas. "Me he llegado a gastar hasta 200 euros mensuales en colecciones", dice el primero de ellos.

“Un gran poder requiere una gran responsabilidad” era la frase que el tío Ben le dijo a su sobrino Peter Parker antes de morir. El joven Parker, cuyo alter ego era el héroe arácnido que muchas generaciones idolatraban bajo el nombre de Spiderman. El trepamuros más famoso no es el caso más llamativo pues también hay personas que han crecido disfrutando con las aventuras de Daredevil, el abogado ciego que lucha contra las injusticias a golpes y con la ley. Los cómics al igual que los libros inculcan valores o son tomados como referencia por miles de personas que desean acercarse a la lectura. Raúl Jiménez, a sus 38 años, es un jerezano que lleva prácticamente toda su vida coleccionando cómics. Más que una filosofía de vida es su verdadera pasión, un hobby en el que ha llegado a invertir en ocasiones hasta 200 euros mensuales.

“Son más de 20 años de mi vida coleccionando cómics. Cuando estudiaba en el colegio todos los críos leían El Barco de Vapor, era una época en la que el fomento lector en la escuela se hacía de otra manera. Un día un compañero de clase llevó un cómic de La Patrulla X y aquella cosa me atrapó, me cautivó la historia de los personajes que aparecían”.

Desde entonces la vida de Raúl cambió. Comenzó a ampliar su vocabulario además de imaginar en su mente las miles de historias que leía. Cada mes compraba un par de colecciones que posteriormente se convirtió en la compra del catálogo entero de Marvel. “Todo lo que he comprado ha sido adaptado a mis gustos. Mis padres nunca me han dicho nada al respecto de lo que hago porque son bastante modernos y se han adaptado a mis gustos incluso”.

La afición al cómic ha tenido muchísimos detractores, unas personas a las que no les ha temblado el pulso para usar la palabra friki con estos héroes anónimos que disfrutan de la lectura como motor de su vida. “Más de una vez he tenido un rifirrafe con aquella persona que no entiende al coleccionista de cómics. Siempre he estado en contra de esa palabra. ¿Por qué usan esa palabra para denominar a algo fuera de lo común? La he terminado aceptando porque ser coleccionista de cómics no es algo muy normal".

Spiderman, Daredevil, Lobezno e incluso Batman, la vida de los superhéroes está llena de historias dramáticas que contienen a su vez una vida de superación. “Los personajes de los tebeos han sido personas que han sufrido mucho en su vida, pero han mantenido su espíritu inquebrantable. Los mutantes por ejemplo de los X-Men son personas odiadas por la sociedad, pero con sus poderes salvan a la humanidad. Las personas de la sociedad no tenemos poderes, pero tenemos voluntad y ganas de ayudar a la gente. El cómic inculca valores también”.

A pesar de ser una afición cara, el cómic está enganchando cada vez más a la población. Y no necesariamente joven. Uno de los factores que beneficia a ello es la constante producción de películas de superhéroes además de las series de televisión. “Esta filosofía de vida es cara si se quiere hacer bien. Me he llegado a gastar hasta 200 euros mensuales en colecciones. Un cómic de grapa a día de hoy te vale de media tres euros y si ya hablamos de una novela gráfica, de los 20 euros no baja una decente. La realización de películas está ayudando a que se venda más también. Ahora mismo estamos en la etapa dorada del cine de superhéroes”.

El ilustrador jerezano Alberto Belmonte, es una persona encargada de dar vida a todo lo que dibuja. Desde sus comienzos en el colegio en los que comenzó a dibujar, no ha dejado de hacer bailar su lápiz para llenar el alma de la persona que diseña. El cómic para este jerezano es una afición importante en su vida. "He dibujado desde que estaba en el colegio. A los 15 años decidí meterme en este mundo. El cómic empezó siendo para mí una afición, aunque posteriormente me plantee dedicarme profesionalmente a este mundo. Sigue siendo una afición para mí, me gusta disfrutar de todas las posibilidades de ocio que encuentro. Cuando era joven coleccionaba cómics de superhéroes, actualmente puedo tener una colección de 5.000 o 6.000 ejemplares”.

Que existan personas para las que el tebeo forme parte de una filosofía de vida es algo que entiende Alberto Belmonte. “Entiendo a esas personas porque por ejemplo si yo tuviera tanto dinero a lo mejor me gastaría ese dinero en cómics como en otras cosas de ocio. Yo he pasado por etapas de bastante obsesión con el cómic. En mi adolescencia compraba compulsivamente números, tenía una ilusión tremenda por saber lo que iba a ocurrir en el próximo tomo. He vivido aquella época, pero algo más razonable por la edad que tenía”.

Mikel Janin, dibujante de DC Cómics y afincado en Jerez, es otra de las personas que sabe perfectamente en lo que consiste la filosofía del coleccionista de cómics. Desde que era pequeño las viñetas han formado parte de su vida tanto como afición como medio de expresión. “Me gustaba dibujar porque tenía muchas ideas en la cabeza. Las aficiones desde luego pueden ser caras según lo que pretendas que te aporte. Creo que el cómic no es de las más caras, pero si quieres estar al día de las novedades evidentemente tienes que invertir. Las viñetas tienen un empujón propio, la novela gráfica por ejemplo ha ocupado un sitio muy importante además de la popularidad que han alcanzado los superhéroes”.

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Borja García Tejero

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