Hay artistas que se nutren de otros artistas y espectáculos en los que se descubre una obra dentro de otra obra. Como si de una matrioshka se tratara, Abril, de Lucía Álvarez 'La Piñona' (Jimena de la Frontera, 1985), guarda en sí la obra literaria del poeta Juan Manuel Flores (Alcalá de Guadaíra, 1943 - Sevilla, 1996). La bailaora gaditana presentó este espectáculo en la pasada edición del Festival de Jerez, con una dramaturgia perfectamente hilada basada en los textos del poeta sevillano. La Piñona baila en Abril cada palabra que suena; cada una de ellas se mete en el cuerpo de Lucía y vuelven a salir disparadas a través de su baile. Según cuenta la bailaora, "Abril es un espectáculo riguroso, cargado de mucho simbolismo". Una conjunción perfecta entre poesía, música y danza con dirección artística de Pedro G. Romero, dirección musical de Alfredo Lagos y cante y adaptación de letras de Pepe de Pura.
"Este espectáculo cuenta la obra de un poeta caído en el olvido, la historia de un hombre capaz de vivir acorde a su pensamiento", explica la sinopsis de Abril. Esta misma reseña se abre con un fragmento de La tierra baldía de T.S. Elliot (Abril es el mes más cruel: engendra lilas de la tierra muerta, mezcla recuerdos y anhelos, despierta inertes raíces con lluvias primaverales). Abril es el mes más recurrente en la obra de Juan Manuel Flores; también lo es para la vida de Lucía. "El mes de abril es controversia, tiene las lluvias primaverales pero también mueve los cadáveres de la tierra", cuenta la bailaora. Su madre falleció en el mes de abril.
La gaditana se declara como una "fanática de Lole y Manuel y amante de Juan Manuel", y en sus letras no solo encontró amor hacia su poética, sino fascinación por la época en la que estas letras se escribieron, con el ambiente underground de Sevilla del final de la dictadura y la época de la Transición como telón de fondo. "Cuando algo te entra tan fuerte es porque tiene algo que ver contigo".
Una italiana llamada Marianna Maierú, bailaora, filóloga y apasionada del flamenco y de Triana, le dedicó su tesis doctoral y acabó publicando la antología Ha llegao la mañana (Ediciones en Huida, 2013). Juan Manuel Flores fue "poeta del pueblo" y letrista de Lole y Manuel. La voz de Lole, la capacidad musical de Manolo Molina, las letras de Flores y la producción de Ricardo Pachón se encontraron en el momento oportuno y crearon tres discos fundamentales de la historia del flamenco; sin embargo, el nombre de Juan Manuel, poeta bohemio que nunca quiso ser encumbrado por el canon, acabó diluyéndose. Nuevo día (1975) o Pasaje del agua (1976) contienen algunos de los grandes éxitos que firmaron juntos.
"La obra pretende mostrar no solo la poética, sino también la manera que tenía de estar en el mundo el poeta, una manera peculiar y generosa a la vez, donde lo material no tenía relevancia", explica la ficha artística de Abril. "El poeta de la luz", lo llaman en los circuitos literarios de Sevilla desde que José Miguel Évora hiciera por primera vez esta definición. "En Ocnos, Luis Cernuda apunta que hay destinos humanos unidos a un lugar o paisaje. En el caso de Juan Manuel Flores, esa latitud se encuentra en el barrio de El Tardón", narra la nota de los editores que abre Ha llegao la mañana. Para Lucía Álvarez, la obra de Flores "es luminosa y fresca, dan ganas de volver a nacer y vivir cuando se lee. Siempre está presente Sevilla y sentimientos como la desesperación, la añoranza y también el amor, el amor por las cosas simples, el cuestionamiento y la búsqueda de Dios".
El poeta nació en una "España gris" con una Guerra Civil recién terminada, en el seno de una familia de arquitectos que dieron forma a la ciudad hispalense que hoy conocemos, con la arquitectura regionalista. El bisabuelo, Juan Talavera y de la Vega, edificó el Costurero de la Reina y su abuelo, Juan Talavera y Heredia, fue delineante de Aníbal González. Su padre Manuel Elías, anticuario bastante conocido, lo introduce en el mundo de la pintura y los cuadros y su madre, lectora ávida y pianista, le inculca la escritura y la musicalidad.
Dice el periodista y escritor Pive Amador que nadie como él antes había escrito así para el flamenco. Ricardo Pachón recuerda las fotocopias de los poemas que llevaba escritos en servilletas o recetas médicas. Flores rechazó al representante de Camarón de la Isla y a la casa discográfica CBS, alegando "no saber quién las iba a cantar", quizás porque sus letras solo eran posibles en la voz de Lole, mientras que Tarantino lo situó en una de sus películas con la canción Tu mirá, que aparece en Kill Bill (vol. II).
Ahora, su obra ha vuelto a adquirir una nueva dimensión con este espectáculo. Si la voz de Lole captó a la perfección las letras de Juan Manuel, el baile de Lucía ha interiorizado sus versos para hacerlos movimiento. Parafraseando a Amador: "Nadie como ella había bailado así para Juan Manuel". Una carta de presentación del poeta, de su mundo, de esa ensoñación con Sevilla, con el amor, la belleza y el dolor. Una carta que también es la de Lucía.
Dame tu miedo más miedo, y lo pondré en tu sonrisa a escribir luces y cuentos. / Dame tu llanto más llanto, lo vestiré de chiquillos dando saltos en un charco. / Dame tu pena más pena, a ver si puedo esconderla en uno de mis poemas. (Letra de Juan Manuel Flores Batista, hijo de Juan Manuel Flores, que baila Lucía Álvarez por bulerías cantadas por Pepe de Pura).
Comentarios (1)