Una imagen de The Beatles como otra cualquiera. Otra de esas que forman parte de su innumerable archivo documental. No es emblemática, ni demasiado extraña o estrafalaria. Tampoco es icónica de teorías conspiranoicas. Pasa por ser una más, de las múltiples fotografías que acompañaron la carrera de la legendaria banda. Pero... ¿Quién es ese tipo de la derecha de la imagen? Y lo más importante... ¿Dónde está Ringo?
Vayamos por partes. El hombre de chaqueta de cuadros, mirada perdida y corte de pelo ciertamente improvisado es Jimmy Nicol. Y aunque parezca sumamente atorado en la instantánea, es sin lugar a duda, el quinto Beatle. Al menos de forma literal, no figurada.
Y es que Jimmy Nicol fue un batería británico que logró la fama al sustituir a Ringo Starr durante un breve lapso de tiempo, mientras que éste se recuperaba de una infección allá en 1964.
James George Nicol debutó en la la banda de Colin Hicks And His Cabin Boys. Una pequeña agrupación que consigue cierto éxito en Italia y le descubre a nivel profesional como batería de estudio, labor a la que se dedicaría casi exclusivamente, dándose a conocer entre grandes artistas como Vince Eager, Oscar Rabin, Cyril Stapleton o Charlie Katz. De personalidad plácida y carácter reservado, el joven londinense recibe una llamada de parte del propio George Martin que, para bien o para mal, cambiaría su vida durante un verano de mediado de los sesenta. Nicol lo rememora así: "Estaba acostado descansando un poquito, después de comer, cuando el teléfono sonó".
Cuando Ringo Starr enfermó y fue hospitalizado el 3 de junio de 1964 con amigdalitis, en víspera de la gira por Australia y Asi, Brian Epstein y su productor discográfico George Martin discutieron urgentemente acerca de la posibilidad de usar un batería de reemplazo en lugar de cancelar parte de los conciertos. Martin sugirió apoyarse en Jimmie Nicol, ya que venía de grabar una sesión con Tommy Quickly. Nicol también había participado en la grabación de un álbum titulado Beatlemanía grabado por un grupo de sesión llamado The Koppy Kats, así que conocía perfectamente las canciones.
Tanto Lennon como Mccartney aceptaron la propuesta de Martin desde un primer momento y aunque llevó un tiempo convencer a Harrison, el cual aseguró que de buscar un sustituto a Ringo deberían de hacerlo con él también, resultó ser una realidad. La primera actuación de Jimmy junto a los Beatles ocurro tan sólo 27 horas después de aquel primer contacto. Un 4 de junio de 1964 en el KB Hallen en Copenhague, Dinamarca.
De forma express este chico tenía que pasar por un Beatle. Con bastante infortunio se cortó el pelo como tal y usó el traje de Ringo (a pesar de que los pantalones le quedaron cortos) para entrar al escenario ocupado por una audiencia de 4.500 fanáticos de los Beatles. McCartney recuerda: "Él estaba sentado en la tribuna, solitario, mirando a todas las mujeres". La actuación se redujo a diez canciones, puesto que se excluyeron los temas cantados por Ringo. Nicol reflexionó acerca de lo que le supuso esa actuación "Un día antes de ser un Beatle, las chicas no se interesaban en mí, para nada. Un día después, con el traje y el corte de pelo Beatle subiendo a la limusina con John, Paul y George, todas morían por tocarme, era muy extraño y un poco aterrador".
Nicol acompañaría a la banda, a partir de ese momento y durante el mes de junio en un total de ocho conciertos tanto en Asia, Dinamarca, Australia y Holanda. Periodo durante el cual el propio músico reflexionó acerca de la naturaleza ociosa del conjunto, destacando los excesos de todo tipo y la distancia del conjunto con el resto de la sociedad.
"Pensé que podría beber y tener mujeres hasta que me enrolé con estos muchachos". En los Países Bajos, Nicol y Lennon supuestamente pasaron una noche entera en un burdel. Lennon dijo: "Cuando tocamos en una ciudad, éramos estrellas; no había donde orinar sin nadie mirándote. Hay fotografías de mí arrastrándome en Amsterdam de rodillas saliendo de casas de prostitución y esas cosas. La policía me acompañaba a los lugares, porque nunca desearon un escándalo".
Después de los ocho conciertos y algunas historias verdaderamente interesantes que arrojaron luz a los entresijos de la mítica banda, el 14 de Junio Ringo Starr regresa en Melbourne, Australia. Jimmy fue incapaz de decir adiós, se marchó mientras los chicos dormían porque en ningún momento quiso molestarlos. Esperando en el aeropuerto de la ciudad su avión para Gran Bretaña recibió de manos de Brain Epstein un cheque por 500 libras y un reloj de la marca Eterna-Matic de oro macizo con una inscripción que decía: "De Los Beatles y Brian Epstein para Jimmy, con aprecio y gratitud".
Aún sin estar suficientemente concretos los datos sobre su contratación, parece que esta última remuneración la recibió en forma de prima. Él mismo recuerda acerca de su propia contratación: "Cuando Brian habló de dinero frente a ellos me puse muy nervioso. Me pagaron 2.500 (libras) por actuación y un bono de 2.500 por firmar. Estaba totalmente bloqueado. En ese momento fue cuando John hablo en voz alta protestando: "¡Por Dios Brian, estás como una cabra!", pensé; esto se acabó, pero pronto volvió a decir "dale diez mil. Todos se rieron y me sentí mucho mejor."
La trayectoria de Nicol con los Beatles finalizó rápidamente sin grandes traumas ni pesares, aunque se negaría hablar de su actividad en la banda. En posteriores entrevistas iría dando algún que otro dato. Sin embargo su vida a posterior daría un vuelvo dramático en un deambular profesional y artístico del que jamás levantaría cabeza. Abandonó la música. En 1965 Nicol se declararía en bancarrota con una deuda que ascendía a las 4.000 libras, justo nueve meses después de haber sido un Beatle. En 1967 radicó en México estudiando samba y bossa nova, a la par fundó una empresa dedicada a la fabricación de botones. En 1975 regresó a Inglaterra y se dedicó a la construcción, más específicamente a la renovación de viviendas. En alguna intervención ha llegado a alegar, de forma muy extraña, que su estancia en la banda fue lo peor que le pasó en la vida. "Ocupar el lugar de Ringo fue la peor cosa que me haya sucedido, hasta entonces estaba tranquilo y feliz ganando treinta o cuarenta libras a la semana. Cuando John y Paul murieron, comencé a morir yo también".
Un hombre posiblemente sobrepasado por la naturaleza de su contexto llegó a sintetizar de forma espléndida lo que significaba ser un Beatle: "A menudo salía solo, casi nadie me reconoció y pude vagar por ahí. En Hong Kong vi miles de personas que vivían en barcos pequeños en el puerto. Vi a los refugiados de Kowloon, y visité un club nocturno. Me gusta ver la vida. Un Beatle realmente nunca podría hacer eso".