Álvaro Campelo lleva más de 20 años al frente de Mala Música, en pleno centro de Jerez, una de las últimas tiendas musicales que sobreviven día a día en la provincia. En España han caído el 90% de las existentes antes de la crisis, según el gerente de este establecimiento.
Hace más de 20 años que abrió sus puertas en pleno corazón de la calle Medina. La música se respira en cada uno de los rincones de Mala Música, una de las tiendas supervivientes del mercado discográfico en Jerez y la provincia. lavozdelsur.es cruza las puertas de este establecimiento para hablar con Álvaro Campelo, gerente de este negocio que sigue luchando por sobrevivir en un complicado mercado en el que la principal recompensa es hacer vibrar a ritmo de la mejor música al ser humano.
A pesar de los años de apertura de Mala Música, Álvaro aún recuerda con nostalgia el primer disco que vendió. La tienda aún respiraba el polvo de las obras de inauguración cuando un chaval se acercó a la puerta para preguntarle por un disco en particular: “La tienda no estaba aún abierta. Había trastos de la obra por medio del establecimiento y yo tenía montado un expositor con algunos vinilos. Un chico entró en el local preguntando por un disco de ‘Los Pixies’. Ese fue el primer disco que logré vender y con el tiempo ese muchacho sigue siendo un cliente fijo de la tienda”.
Los comienzos fueron complicados, ya que Álvaro inauguró su primera tienda en Cádiz y posteriormente abrió otra en Jerez. “En 1995, el primer local de Mala Música estaba en Cádiz pero lo cerré a los 3 o 4 años. Como vivía en Jerez mantuve esta tienda abierta. Han pasado los años y sigo detrás de este mostrador, sobreviviendo a ritmo de música”.
Si Daniel Day-Lewis se metió en la piel de El Último Mohicano, Álvaro Campelo, pese a no tener el pelo largo, es un superviviente nato en las dificultades que se encuentra día a día en el mercado. “Las tiendas musicales han ido desapareciendo. Antes de la crisis ya empezaron a cerrarse con motivo del boom de internet. La peña empezó a descargarse música a saco y los pequeños comercios hemos tenido que hacer frente a eso como hemos podido. Soy un superviviente de la tecnología a duras penas. El 90% de las tiendas de discos en toda España ha cerrado y solo hemos sobrevivido unos pocos”.
Si las descargas ilegales han provocado una crisis en el mercado musical sin precedentes, la subida del IVA cultural del 8 al 21% ha sido otra de las estocadas que casi han dado el puntillazo al sector: “Lo del IVA cultural es un disparate. Con los precios que nos obligan a poner es una locura ir al teatro o a un concierto. Personalmente eso me afecta porque es morder mi propia mano. Los chavales no tienen pasta suficiente para comprarse un disco todos los meses. Andan prometiendo que van a bajarlo pero yo no me creo nada. Ha sido una de las grandes meteduras de patas del Gobierno. A la cultura no se la cuida, se le castiga”.
Otro de los elementos con los que ha tenido que lidiar Mala Música, ha sido con la delincuencia que se ha generado en la plena calle Medina con motivo de los trapicheos que realizan algunas personas en el exterior de los comercios: “Indudablemente la delincuencia en esta calle ha afectado. Ahora la cosa está mucho más tranquila pero a costa de que los comercios tenemos que pagar una seguridad privada. La gente paseaba por aquí aterrorizada. El Ayuntamiento hace muy poco por reactivar el comercio del centro, lo tiene abandonado”.
Una de las anécdotas que recuerda el gerente, fue cuando el grupo Reincidentes presentó en su local el disco La otra orilla: “Hace muchos años, allá por 2001, vinieron Los Reincidentes a presentar su disco. Era la primera vez que se hacía algo así en una tienda en Jerez. Ese disco reflejaba en su portada la orilla del mar y estuve a punto de traer arena y esparcirla por la tienda para crear ambiente, pero pensé que me iba a meter en un ‘tinglado’ y decidí no hacerlo. Se hizo el evento y además se llevaron varios discos los miembros del grupo”. Otra muestra más del espíritu original e innovador que embarga el proyecto desde sus inicios.
La pasión de Álvaro por la música viene de muy lejos. Él mismo rememora que el primer concierto al que asistió fue en El Puerto de Santa María, cuando dos jóvenes hermanos llamados Francisco Javier y Pedro José Herrero eran los componentes de Los Pecos. Entre risas comenta esta anécdota, aunque si tiene que elegir un estilo musical a nivel personal ya es más complicado: “Normalmente me despierto con los boletines de noticias pero me cuesta elegir un género musical. Personalmente me es imposible elegir un disco por encima de otro porque tengo demasiados”.