El escritor gaditano Alberto Puyana, que compatibiliza su pasión por las letras con su trabajo como enfermero, publica 'Lo que no te conté', una historia de suspense oscura y violenta sobre el maltrato en la España rural.
Alberto Puyana (Cádiz, 1974) es diplomado en Enfermería y escritor. Ha publicado ya dos novelas, un poemario y ha participado en numerosas antologías de relatos cortos. Tiene en su haber una veintena de premios literarios y colabora cada jueves como columnista en lavozdelsur.es. En su última novela, Lo que no te conté (semifinalista en el Premio Ateneo Ciudad de Valladolid 2013), Puyana nos presenta una historia oscura y violenta en la que el pasado, de pronto, acaba reescribiéndose en el presente.
Enfermero y escritor... ¿cómo se compagina esto? ¿Cómo lo hace? ¿A qué hora escribe?
No te voy a decir que sea sencillo, la verdad... esta novela tiene muchas horas de guardia a sus espaldas, en una unidad de Medicina Interna, mientras los enfermos descansan y uno se queda de centinela. Ser enfermero y trabajar a turno tiene su lado positivo y su lado negativo. Afortunadamente, a la hora de escribir, siempre he sido animal nocturno.
Su primera novela está directamente relacionada con su profesión, basándose en anécdotas del día a día en un hospital, pero ahora da un giro total y se sumerge en el suspense: ¿a qué se debe este cambio de registro?
Supongo que a una necesidad. Mi primera novela, El Preticante, como bien dices, era de corte humorístico y buscaba un público muy particular y pertenece a un momento muy determinado de mi vida. La mejor manera que tenía de mostrar mi trabajo literario era contando historias que conocía al dedillo, relatos de pasillo de hospital. Pero en esta segunda novela ya quería introducirme en el género que realmente más me llena como escritor y lector: el suspense.
En esta novela tocas un tema espinoso como es el maltrato y el papel de la mujer en la sociedad, sobre todo, en la España rural. ¿Le ha resultado difícil adentrarse en esta lacra desde el punto de vista del thriller?
Es complicado y muy espinoso. Quizás porque en ciertas zonas rurales se han tomado determinadas actitudes como una costumbre natural, y es difícil luchar contra las tradiciones. Si encima se trata de asuntos de familia, apaga y vámonos: el hermetismo en esos casos es absoluto, y llama la atención que dentro de esa complicidad y filosofía oscurantista, a veces se instalan autoridades e instituciones, dándole una pátina de normalidad a asuntos que son claramente reprobables. Aun así hay que señalar que, por desgracia, esa lacra no se circunscribe únicamente al ámbito rural. Sucede en la ciudad... en tu barrio... en la casa de al lado.
"Ser enfermero y trabajar a turno tiene su lado positivo y su lado negativo. Afortunadamente, a la hora de escribir, siempre he sido animal nocturno"
El pueblo en el que se lleva a cabo la acción no tiene nombre. ¿Cuál es? ¿Por qué ese anonimato?
El anonimato es a conciencia. Pretendía que cada cual identificase actitudes de su propio pueblo o ciudad. Lo que no te conté sucede en un pueblo sin nombre porque no lo tiene, es inventado. Y aun así, existe en cada una de nuestras poblaciones.
¿Qué tipo de literatura le ha inspirado para hacer esta novela?
Siempre me han fascinado las novelas de misterio, suspense... y terror. Supongo que la infancia marca mucho en ese sentido, y crecí entre novelas de Stephen King y relatos de Edgar Allan Poe. Luego, ya de adulto, descubrí otros autores clásicos del género como Conan Doyle, Agatha Christie, o más contemporáneos como Donna Leon... aunque he leído de todo y creo que hay un poco de ese todo en las influencias de mi novela.
"Estamos perdiendo una gran generación de escritores que están en el ostracismo, y no porque lo que escriban no tenga calidad... sino porque no son famosos"
¿Cómo le ha ido el proceso de edición?
Teniendo en cuenta como está el mundo editorial español, puedo darme con un canto en los dientes. Ten en cuenta que esta novela la escribí hace cinco años. Cinco años en los que toqué puertas que últimamente solo se abren para personalidades de la farándula televisiva, hasta que la editorial gallega Tandaia confió en mi proyecto y le dio una oportunidad. Desde entonces, solo puedo tener palabras de agradecimiento... Hoy día los escritores anónimos solo podemos aspirar a editar en editoriales medianas o pequeñas, y créeme si te digo que estamos perdiendo una gran generación de escritores que están en el ostracismo, y no porque lo que escriban no tenga calidad... sino porque no son famosos, no venden y por tanto no hay negocio para las grandes editoriales. La cultura, al parecer, es lo de menos.
¿En qué está ahora? ¿Tiene entre manos nuevos proyectos literarios?
Pues desde que acabé Lo que no te conté, tengo escritas tres novelas -dos de ellas, cortas- esperando su momento en un cajón. A principios de este año empecé a redactar una nueva, también de misterio, que espero terminar en el primer trimestre del 2018. Y aparte de eso, sigo escribiendo relatos cortos a discreción, según me pida el cuerpo, entre proyecto y proyecto. Lo importante es persistir y no darse por vencido... la literatura es una carrera de fondo y, desengañémonos, no todos disfrutamos de las mismas armas y oportunidades en este bendito país. Escribo porque me gusta escribir. La gloria, si viene, bienvenida sea... y si no, que la disfruten otros.
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