La historia compartida entre las dos orillas atlánticas y su influjo en la fertilidad del lenguaje y la literatura en español han sido eje de debate de la sesión plenaria sobre Viaje, tornaviaje y cultura literaria transatlántica, una de las seis líneas temáticas del IX Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE) que celebra este martes en Cádiz su segunda jornada.
El escritor y académico mexicano Gonzalo Celorio ha pronunciado la ponencia marco de la sesión en la que se ha apoyado en el arte Barroco para analizar la influencia de movimientos literarios de «Latinoamérica en España y su literatura». Celorio ha abundado en la “relación de identidad entre el Barroco y España” y el papel de éste en América para evidenciar el impacto literario de ida y vuelta desde el siglo XVII.
«El Barroco trasciende a obras literarias», «impacta en novelas, textos y construcciones gramaticales” y permea en las «señas de identidad» de la narrativa de España e Hispanoamérica, ha declarado citando en su discurso autores de filiación barroca como Rubén Darío, Alejo Carpentier, García Márquez, Borges o Cortázar, entre otros escritores.
Celorio ha incidido en la repercusión del Barroco en el “relato y en la transformación ideológica del escritor en el proceso de la escritura” pero también en la Historia, sobre todo después de la Conquista del Nuevo Mundo, para concluir que «toda una narrativa se significa para expresar que viene de regreso de las cosas, de su propia historia».
La mesa de diálogo, moderada por la catedrática honoraria de Literatura Española en la Universidad de Zaragoza, Aurora Egido, ha abundado desde distintos ángulos en la retroalimentación lingüística y literaria entre España y Latinoamérica desde siglos atrás.
La doctora por la Universidad de Nueva York y especialista en Estudios Hispánicos, Raquel Chang-Rodríguez, ha construído su relato sobre las figuras del Inca Garcilaso y del franciscano Luis Jerónimo de Oré y sus obras («La Florida del Ynca y «Relación de los mártires de La Florida», respectivamente) para explicar los lazos entre La Florida y el virreinato peruano y su centralidad compartida con la historia de España y América. «Ambos autores tejen en sus obras los hilos de experiencias sorprendentes y terribles y vislumbran su pertenencia a la fragua de la historia compartida entre España la América del Sur y del Norte», ha dicho.
En la mesa ha intervenido también el profesor emérito y catedrático de Literatura Hispanoamericana en la Universidad Autónoma de Madrid, Teodosio Fernández Rodríguez, que ha apuntado al ensayo de Max Henríquez Ureña, «El retorno de los galeones», para conectar con el periodo en el que los escritores americanos reflexionaron ante la España de 1900. «Con el Modernismo, algo de América influyó en España», ha afirmado destacando las obras «El embrujo de Sevilla», de Carlos Reyles, y «Pasión y muerte del cura Deusto», de Augusto d´Almar como el encuentro de una «identidad común»: «En estas novelas vemos un intento de asociar lo español a lo andaluz. Son historias trágicas. La tragedia exige un regreso al orden. Escritores que buscan la identidad con una raíz grecolatina compartida entre España e Hispanoamérica».
El presidente de la Sociedad Mexicana de Historiografía Lingüística, Rodrigo Martínez Baracs, por su parte, ha analizado la relación entre el latín, el español, el náhuatl y la lengua michoacana en los vocabularios de Antonio de Nebrija (1495), fray Alonso de Molina (1555 y 1571) y fray Maturino Gilberti (1559) partiendo del nacimiento de la lexicografía mexicana en las lenguas indígenas. «El encuentro de los dos mundos dio lugar al Nuevo Mundo y dos inventos importantes como fueron el alfabeto y la imprenta, que tuvo un papel decisivo en América donde los europeos encontraron una gran dispersión y riqueza lingüística».