Mario Vargas Llosa ha fallecido a los 89 años de edad. El escritor, Premio Nobel de Literatura, se encontraba en Lima, capital de Perú, su país natal.
Es su propia familia, en un comunicado, la que informa de su fallecimiento: "Su partida entristecerá a sus parientes, a sus amigos y a sus lectores alrededor del mundo, pero esperamos que encuentren consuelo, como nosotros, en el hecho de que gozó de una vida larga, múltiple y fructífera, y deja detrás una obra que le sobrevivirá".
Los hijos de Mario Vargas Llosa, Álvaro, Gonzalo y Morgana, firman el comunicado, en el que no se hace público el motivo del fallecimiento. Y se informa de que no tendrá lugar ninguna ceremonia pública. Los familiares confían "en tener el espacio y la privacidad para despedirlo en familia y en compañía de amigos cercanos".
Vargas Llosa tiene la nacionalidad española desde 1993 y la dominicana desde 2022. Es autor de obras fundamentales, como La ciudad y los perros o La fiesta del chivo. En 2023 publicó su última obra, la novela Le dedico mi silencio.
Con ella puso fin a la ficción. Poco después, anunciaba que dejaba de publicar sus columnas en El País, que mantenía desde 1990.
Los inicios de Vargas Llosa
Jorge Mario Pedro Vargas Llosa nació en Arequipa (Perú) el 28 de marzo de 1936 y cuenta con una extensa bibliografía, entre las que destacan obras como Travesuras de la niña mala (2006), La ciudad y los perros (1963), Conversación en la catedral (1969), Pantaleón y las visitadoras (1973), La tía Julia y el escribidor (1977), La guerra del fin del mundo (1981) o La fiesta del chivo (2000).
A lo largo de su larga trayectoria, ha cosechado reconocimientos como el Premio Nobel de Literatura (2010), el Premio Rómulo Gallegos (1967), el Premio Príncipe de Asturias de las Letras (1986) y el Premio Cervantes (1994), entre otros.
Hijo de Ernesto Vargas Maldonado y Dora Llosa Ureta, después del divorcio de sus padres, se crió con su madre y su abuelo en la ciudad de Cochabamba, en Bolivia. En 1946, la familia se mudó a la ciudad peruana de Piura, y en 1947, ya en Lima, sus padres restablecieron su relación.
Tras terminar sus estudios en el Colegio Nacional San Miguel en Piura, estudió Letras y Derecho, en contra de los deseos de su madre, en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Lima), donde empezó a colaborar profesionalmente en periódicos y revistas, siendo editor de los 'Cuadernos de Composición' y la revista 'Literatura'. Además, en esta etapa fue cuando conoció a su primera mujer, Julia Urquidi, y cuando comenzó a conformar su mirada utópica sobre la sociedad.
"Supongo que en mi juventud la idea del comunismo era la idea de la sociedad perfecta. Recuerdo el versito de Paul Eluard que recitábamos en Lima el año 1953, cuando entré a la Universidad de San Marcos: '¿Conoces el país donde no existen las putas, los ladrones, ni los curas?'. Nos parecía que esa era la sociedad ideal. Y creíamos que Rusia era eso. Fue una ilusión bastante pasajera, efímera, porque muy pronto caí en un mundo donde la realidad está muy lejos de la utopía", aseguró en una entrevista en el diario 'El País' en el año 2003.
En 1959, se trasladó a España gracias a la beca de estudios 'Javier Prado' y se doctoró en Filosofía y Letras por la Universidad Complutense de Madrid. Al terminar sus estudios, se instaló en París, donde trabajó como periodista en la agencia France Presse, profesor de castellano y locutor en la televisión francesa.
Carrera en España
En España ha publicado novelas como Tiempos recios (Alfaguara) o Cinco esquinas (Alfaguara), en las que regresó literariamente a Latinoámerica. Precisamente, en la primera de ellas trataba la participación de la CIA en el golpe militar contra el presidente guatemalteco Jacobo Árbenz, a comienzos de la Guerra Fría, mientras que en la segunda narró los últimos meses de la dictadura de Fujimori, retratando una "deriva" del periodismo que el autor consideraba que está presente en la actualidad, según declaraciones recogidas por Europa Press durante una rueda de prensa.
"En la novela hablo de una América Latina odiosa, detestable y con violencia que es la de los dictadores. Pero afortunadamente hoy ya no existen esas dictaduras militares, aunque sí haya dictaduras ideológicas como las de Venezuela, Cuba o Nicaragua y democracias imperfectas impregnadas de populismo", lamentaba aún en 2019 el Nobel de Literatura.